Cepsa sigue la estela del resto de compañías del sector de los hidrocarburos. La paralización de la economía y la movilidad por la pandemia ha provocado que 2020 termine con un negativo de 919 millones de euros en sus resultados. Contrasta con el año anterior que tuvo beneficios por valor de 820 millones.
Sin embargo, el EBITDA de 2020 alcanzó los 1.187 millones de euros, y todos los segmentos de negocio registraron un EBITDA positivo en este ejercicio. Según un comunicado de la compañía, el buen comportamiento del negocio de Química, que logro un año récord. También la resiliencia mostrada por el negocio de Comercialización.
Ambos compensaron la caída de la actividad de las áreas de Exploración y Producción y de Refino generada por la reducción de la demanda y la bajada del precio del petróleo provocados por la COVID-19.
La demanda de productos petrolíferos en Iberia sigue viéndose negativamente afectada por las consecuencias de la COVID-19. En enero entraron en vigor nuevas restricciones a la movilidad tanto en España como en Portugal, lo que se ha traducido en una disminución del 20% de los volúmenes de ventas del negocio de comercialización respecto a diciembre.
Dividendos
Los dividendos pagados correspondientes al ejercicio 2020 han sido de 166 millones, un descenso del 63% frente a la magnitud pagada el año anterior, una reducción histórica que solo afecta a dos accionistas, Mubadala Investment Company, el fondo soberano de Abu Dhabi, y el fondo de inversiones estadounidense The Carlyle Group.
El flujo de caja operativo del ejercicio fue de 881 millones de euros, con una liberación adicional de 138 millones de euros proveniente de la variación del capital circulante, como resultado del descenso de los precios del crudo y de los productos, y de la aplicación de varias iniciativas de optimización.
Las medidas implementadas dentro del Plan de Contingencia, que se puso en marcha en abril, superaron el objetivo inicial de 500 millones de euros, consiguiendo 527 millones de euros de ahorro al final del ejercicio.
La compañía invirtió el pasado ejercicio 652 millones de euros, fundamentalmente destinados a incrementar la eficiencia de sus instalaciones industriales. En diciembre, la empresa contaba con una liquidez total de 4.530 millones de euros, capaces de hacer frente a casi 5 años de vencimientos de deuda y con un ratio de deuda neta a EBITDA de 2,7x.
Sostenibilidad
Philippe Boisseau, consejero delegado de Cepsa ha dicho que “el año 2020 ha sido extremadamente complejo para la industria del petróleo y el gas a nivel mundial. Nuestra prioridad desde el principio de la pandemia ha sido, y sigue siendo, garantizar la seguridad, la salud y la protección de todos nuestros empleados, clientes y proveedores, y mantener nuestras operaciones como proveedor de energía esencial para la sociedad".
"Asimismo, hemos estado centrados en estabilizar los flujos de caja, reforzando el balance y aumentando la liquidez para proteger a la compañía".
Además, "gracias a nuestro temprano enfoque en la eficiencia, el control de costes y acciones comerciales, hemos terminado el año con un flujo de caja libre positivo y una posición financiera muy sólida. Esto nos permitirá capturar las oportunidades que surjan a partir de la esperada recuperación del mercado durante 2021".
En los próximos meses la compañía espera que continúe la presión sobre los márgenes de refino en Europa y una demanda moderada de productos refinados, ya que las economías europeas, incluidas las de España y Portugal, siguen viéndose afectadas por las consecuencias de la COVID-19.