Miedo y expectación. Esas son las emociones que se respiran en el sector a la espera de que se conozcan los proyectos ganadores de la subasta de renovables que se celebrará en pocos días. Se rifa la escueta cifra de 3.000 MW, de los cuales solo 1.000 MW podrían ser eólicos y otros tantos para fotovoltaica. El resto, sin restricción tecnológica.
Ya se han desvelado las cartas más importantes, tal y como contamos en Invertia. Las grandes energéticas, Naturgy, Endesa, Acciona, Repsol y con casi toda probabilidad Iberdrola, acudirán a la llamada, pero hay muchas más empresas, españolas e internacionales que también han mostrado su interés en participar.
Y por supuesto Forestalia, la gran ganadora de las tres subastas pasadas, la de 2016 de biomasa y eólica, y las de 2017, de eólica y fotovoltaica respectivamente. Sin embargo, no es a la única que teme el sector, visto su manera de proceder en el pasado, con precios de derribo con tal de salir ganadora.
También hay miedo a Capital Energy. A día de hoy, la compañía tiene intención de desarrollar una cartera de 30 GW entre eólica y fotovoltaica en España y Portugal, y de ellos, 6,3 GW ya tiene el permiso de acceso a la red. Son muchos megavatios y la financiación 'a merchant' está difícil, es arriesgado jugárselo todo a PPA y por tanto, hay que acudir a la subasta.
"Pero hay otra clave", explican fuentes del sector, "qué mejor promoción de una compañía que prevé salir a bolsa que estar en los titulares de los periódicos porque ha resultado ganadora de la subasta".
Nuevos participantes
No son a las únicas a las que se tiene miedo. En la subasta de Portugal de agosto pasado sorprendió la entrada, como un elefante en una cacharrería, del gigante coreano Hanwha, a través de su filial Q-Cells. Pulverizó todos los récords al ofertar a un precio de derribo. Se quedó con casi toda la tarta. "Pero podrían venir otros asiáticos", señalan otros expertos, "podrían acudir desde Jinko Solar a Trina Solar o cualquier otro fabricante que quiera posicionarse en España para su producto central, la venta de paneles solares".
"No creo que vengan fabricantes asiáticos como en la de Portugal, las características de esa subasta y la de España no tienen nada que ver", contradicen otros.
Tanto si aterrizan los asiáticos o no, todavía quedan muchos jugadores que podrían querer estar en las subastas. Las compañías oil&gas, como Repsol. En su caso, nadie cree que presentarán ofertas agresivas, su perfil no es de necesitar ingresos garantizados del Estado. "Están acostumbrados al trading", y ni Total ni Repsol lo necesitan con su cartera de clientes gracias a las compras de comercializadoras de electricidad de los últimos años.
Y por último también están las pequeñas y medianas promotoras fotovoltaicas, que necesitan financiación para parques de 10 MW o 20 MW y la banca les cierra la puerta si van directamente a mercado. En este caso, sí les podría interesar alzarse con un trozo de la tarta para poder llamar de nuevo a sus puertas.
"Incluso podría haber constructoras", apunta por su parte Yann Dumont, CEO de REOLUM y presidente de la Asociación Española de Almacenamiento de Energía (ASEALEN), "pero sí, podría haber una locura de precios en fotovoltaica sobre todo. Incluso bajar de los 20 euros/MWh, pero estarían ofertando por debajo de los costes".
Por esa razón, lo más esperable es que haya una guerra de precios a la baja. Al menos en fotovoltaica. De ser así, España podría tener el nuevo récord mundial de una subasta solar.
Almacenamiento
“Las subastas de renovables en Europa deben fomentar la exportación energética de los países, no solo las producciones locales. La demanda interna (nacional) puede servir de base para sostener las inversiones industriales, pero es vital que haya una visión y un objetivo plurianual claro y concreto”, añade Dumont.
“Es la primera vez que se introduce en España el almacenamiento energético como elemento posible para participar en la subasta y es una buena noticia que se tenga en cuenta".
"Aún así, no se prevé que sea suficiente para impulsar, realmente, el desarrollo de los sistemas de almacenamiento que requerimos, para apuntar a los objetivos más ambiciosos de penetración de renovables en el sistema”, concluye.
En definitiva, la ruleta ya ha empezado a girar. Los 'players' ya han hecho sus apuestas y habrá que esperar a conocer el resultado el próximo martes. Mientras tanto, los participantes contienen la respiración y el resto del sector observa con una bolsa de palomitas en la mano.