La crisis sanitaria está teniendo un profundo impacto en el ritmo y la dirección de la transición energética global. La construcción de un entorno más sostenible se ha posicionado como una de las palancas clave en la reactivación económica, impulsado por las expectativas de la sociedad, la tecnología y las preferencias de los consumidores.
En este contexto, en el tablero energético ya han surgido lo primeros ganadores y perdedores, tal como lo demuestra el World Energy Trilemma Index 2020, publicado por el Consejo Mundial de la Energía y Oliver Wyman.
El informe clasifica 130 países conforme a los últimos progresos realizados en la elaboración de políticas y el desempeño real, con el objetivo de alcanzar la sostenibilidad energética.
Y lo hace a través de tres dimensiones: Seguridad energética, Equidad energética y Sostenibilidad ambiental. Este año solo ocho países han conseguido alcanzar un balance de grado AAA, en comparación a los diez que lo alcanzaron el pasado año.
Entre ellos están Suiza, Dinamarca, Austria, Francia y Reino Unido, que mantienen su posición en la parte superior del ranking. En conjunto, la tasa de mejora en el desempeño general va en aumento: la mitad de los países han mejorado los resultados generales desde 2015; los tres que más han mejorado son Camboya, Myanmar y Kenia.
España, en el número 15
Este año, los diez primeros puestos de la clasificación general siguen estando dominados por los países de la OCDE, orientados a impulsar la sostenibilidad y asequibilidad del sector energético.
España, que ha recibido la máxima puntuación en dos de las tres categorías (Equidad energética y Sostenibilidad ambiental) y, en el Índice Trilemma, obtiene una puntuación de 77,9 sobre 100, ha adelantado un puesto respecto al pasado año, situándose en la decimoquinta posición.
España queda por debajo de 12 países europeos, entre los que se encuentran Suiza, Suecia y Dinamarca, que mantienen su posición en lo alto de la tabla. Estos tres países demuestran que la mejora de la sostenibilidad y la seguridad van de la mano.
Sus inversiones sostenidas en el tiempo, en energía eólica y solar han dado lugar a una reducción simultánea de las emisiones y a una diversificación de sus sistemas energéticos. Otros países como Canadá, Estados Unidos y Nueva Zelanda rompen el monopolio europeo del ranking y se posicionan por encima de España.
En palabras de Alejandro Gaffner, socio de Energía y Transportes de Oliver Wyman, "El Índice Trilemma 2020 muestra que las naciones que han mejorado significativamente están experimentando una rápida transición energética. Si bien es probable que el impacto de la pandemia no sea visible hasta el próximo año, una cosa es segura: las naciones con mejor desempeño logran sus objetivos energéticos al equilibrar la política, la acción privada/corporativa, el uso de recursos nacionales y los cambios en el comportamiento individual con las preocupaciones ambientales".
"Estas tendencias, tanto en conjunto como a nivel nacional y regional, pueden marcar las decisiones de los responsables de la formulación de políticas y a las compañías a la hora de dar forma al futuro de la energía", ha dicho.
Angela Wilkinson, secretaria general del Consejo Mundial de Energía, ha añadido que "estamos ante un año turbulento para las sociedades y las economías. Herramientas como el World Energy Trilemma Index, son más importantes que nunca, ya que los países, las empresas y los consumidores empiezan a recuperarse. El índice permite a las naciones aprender unas de las otras, acerca de lo que funciona y lo que no funciona entre la sociedad, el planeta y la prosperidad, y la gestión de los desafíos conectados a la seguridad energética, la asequibilidad y la equidad de la energía y la sostenibilidad ambiental".
Seguridad energética
Dicha dimensión refleja la capacidad de una nación para satisfacer la demanda de energía actual y futura. Los diez primeros puestos lo integran países con importantes reservas de hidrocarburos, junto a países centrados en la diversificación y descarbonización de sus sistemas energéticos. Principalmente se trata de inversiones en energía solar y eólica, con Canadá, Finlandia y Rumania encabezando la lista.
Aunque la dotación de recursos naturales respalda fuertemente el buen desempeño en esta dimensión, debe ir acompañada de la diversificación de fuentes energéticas para obtener una puntuación equilibrada.
En el ámbito de la Seguridad, España obtiene una puntuación de 65,7, ligeramente inferior a la obtenida en Equidad y Sostenibilidad, debido, principalmente, a la caída de la capacidad de almacenamiento, quedando relegado al puesto 25, solo un puesto por debajo de Suiza, que se sitúa en el primer puesto en el Índice Trilemma.
Equidad energética
Se refiere a la capacidad de garantizar el acceso a una energía asequible y segura, factor clave de la prosperidad económica.
Es la dimensión que ha experimentado mayores mejoras respecto al año 2000. Los diez primeros puestos, encabezados por Luxemburgo, Qatar y Kuwait, se caracterizan por ser naciones pequeñas con un elevado PIB, excelentes interconexiones con las redes energéticas de los países vecinos y bajos precios de la energía gracias a las subvenciones y/o el acceso a importantes recursos energéticos fácilmente extraíbles.
Las subvenciones de precios (ya sean explícitas o implícitas) tienden a obstaculizar la diversificación de la oferta de energía y a reducir las puntuaciones de Trilemma en las demás dimensiones.
Los países que más han mejorado desde el año 2000, como Kenia y Bangladesh, comparten una apuesta política común por incrementar el acceso a una energía asequible. Destaca Irán, como nuevo participante en el top 10, en la dimensión Equidad Energética, gracias a su inversión en subsidios energéticos, centrados en el mantenimiento de los bajos precios de la electricidad.
España también ha mejorado en el ámbito de la Equidad, consiguiendo una de las máximas puntuaciones, 92,4, que sitúa al país en el puesto 33, muy cerca de países con máximas puntuaciones en el Índice Trilemma como Suecia (2) o Finlandia (4) y por delante de Portugal, gracias a la plena garantía de acceso a la energía. No obstante, un ligero incremento de los precios de la electricidad en el último año ha resultado en un ligero impacto negativo en las puntuaciones.
Sostenibilidad ambiental
Representa la transición hacia un sistema energético descarbonizado. Los países con mayor rendimiento en materia de sostenibilidad ambiental en 2020 han sido Suiza, Suecia y Noruega, y se caracterizan por disponer de un sistema energético diversificado, apoyado por decisiones políticas encaminadas a la reducción de emisiones, junto a la implementación de medidas de eficiencia energética.
A nivel global, los sistemas energéticos se están volviendo más sostenibles a medida que la transición energética continúa acelerándose, lo que estimula el incremento de la participación de fuentes de energía bajas en carbono en la generación eléctrica y una mayor productividad energética. Sin embargo, la mejora no es todavía un fenómeno mundial; 57 países han experimentado descensos en sus puntuaciones de sostenibilidad desde 2000.
España atesora una de las máximas puntuaciones en Sostenibilidad (79,8), lo que le sitúa en el puesto 15 de la clasificación, y comparte primeros puestos del ranking junto a los países nórdicos (Suecia, Dinamarca o Noruega) que tienen la intención de asumir el liderazgo global climático.
La puntuación obtenida por España refleja el compromiso del país, tras presentar el pasado año el Marco Estratégico de Energía y Clima en 2019, cuyo objetivo es alcanzar el 100% de energía renovable y la neutralidad climática en 2050. Tras la crisis de la Covid-19, dicho compromiso se ha mantenido y la aceleración de la transición energética se ha convertido en una oportunidad para la recuperación económica.
Se trata de la misma dirección elegida por la Comisión Europea para la recuperación post covid, a través de la aprobación del Plan Europeo de Recuperación, una clara señal financiera hacia la recuperación verde y la apuesta por las transiciones ecológica y digital.
Puesto que los exhaustivos datos y las perspectivas analíticas ofrecidas por el informe son herramientas necesarias para que los responsables políticos desarrollen enfoques coherentes del futuro energético mundial y para que estos conocimientos estén disponibles, el Consejo Mundial de la Energía y Oliver Wyman han lanzado una nueva herramienta interactiva online, Trilemma, que presenta los perfiles energéticos de los países y la evolución de Trilemma desde el año 2000.