Está en el matadero de Gijón y se trata de una planta biogás con un procedimiento único para evitar que las miles de toneladas de purines sólidos terminen en las balsas sin tratar: los digestores anaerobios secuenciales.
"Es un procedimiento único que he patentado para que se obtenga un biogás con secado térmico y que lo único que quede al final sea un agua lo suficiente depurada como para que se pueda verter a la red municipal", explica a Invertia, Julio Valdés, responsable de Indurbiogás y tecnológico de la planta de biogás, algo que no ocurre con el resto de plantas de biogás que existen en España.
"Lleva tres años funcionando pero hemos estado incorporando mejoras para el procesamiento de la energía en un centro como es el matadero de Gijón, con altas concentraciones de materia orgánica", señala.
En España, todas las plantas de tratamiento de purines utilizan sistemas de digestores anaeróbicos, "obtienen un biogás digestato (es decir que los desechos ya no tienen el gas), pero si inicialmente hay 400 Tn de purines, el proceso termina con 300 Tn digestadas que no se sabe que hacer con ellas".
Por eso, muchas plantas de biogás, cuando almacenan demasiados residuos orgánicos sólidos cierran la planta tras haber cobrado las ayudas para ponerlas en funcionamiento, dice el experto.
Sistema único en España
"Con el sistema que está funcionando en Gijón, lo primero que hacemos es depurar las aguas con las que se ha limpiado el matadero, las cuadras y los camiones, y separamos el líquido -que suele ser entre el 50% y 70%- para que se inicie el proceso".
El 30% es un agua con restos orgánicos y con una alta cantidad de nitrógeno que no se puede utilizar como fertilizante "pero se puede depurar más". Se realiza mediante electrocoagulación y oxidación, de tal manera, que "quitamos los metales y minerales mediante evaporación y cuando se precipita lo que queda es agua muy limpia que perfectamente puede ser utilizada para riego o verterse al colector".
Valdés propone que "ese agua, que tiene todavía restos de biofertilizantes, podría ser muy útil para plantas que requieran altos niveles de hierro como los cultivos de arándanos".
Por último, reconoce que aún queda una base sólida, que suele ser de entre el 2% y el 3%, pero "puede perfectamente destinarse a compost para abono o fertilizante ecológico".
Es la perfecta definición de economía circular. "Conseguimos tratar hasta 60 metros cúbicos de agua residual a diario, gracias a los cuales producimos unos 60 metros cúbicos de biogás, unos 30 kW térmicos".
Después de varios años de un esfuerzo continuado en el desarrollo, ensayo, validación y patente de nuestros digestores anaerobios secuenciales, hemos conseguido depurar residuos eficientemente, para obtener energía renovable limpia (biogás) a un coste muy competitivo, además de producir compuestos orgánicos sólidos y líquidos con muy buenas propiedades como fertilizantes para riego o abono, dice Indurbiogas en su web.
Depurar, generar calor y vender la cogeneración
En septiembre, la planta inaugura un nuevo avance en su gestión. "Llegamos a un acuerdo con Veolia para poner en marcha una instalación de calor que se utilizase en el propio centro del matadero".
Aún así, las posibilidades que se abren con este sistema son enormes, como la de desarrollar cogeneración y, en caso de ser rentable, poder vender los excedentes a la red.
Eso podría ser posible en una planta de biogás gemela en la explotación ganadera Bardasquera, situada en el concejo asturiano de Gozón, al ser ligeramente de mayor tamaño.
Hace tres años fue HUNOSA quien le propuso su instalación, de tal manera que su propietaria, Beatriz Fernández, pudieran tratar, depurar y procesar los purines de las más de cuatrocientas vacas lecheras con las que cuenta y que generan anualmente entre 25.000 y 30.000 toneladas de purines.
Sin embargo, la planta nunca se ha puesto en marcha, a excepción de un mes en 2017, porque la empresa pública Hulleras del Norte, hasta ahora dedicada a la extracción del carbón y con una supuesta estrategia de conversión a tecnologías más limpias, le da largas a la propietaria para hacerlo.
"Aún no entiendo por qué no puedo poner en marcha la central de biogás después de tres años de papeleo y burocracia", explica a Invertia Beatriz Fernández, quien señala que "la realidad es que me supondría un ahorro de costes de entre un 20 y un 25%, eso sin olvidar que ofrece subproductos que se pueden reutilizar como la cama para las vacas o el agua para el regadío".