El proyecto de ley impulsado por PP y Vox para ampliar los regadíos de Doñana ha derivado en un enfrentamiento político entre el Gobierno y la Junta de Andalucía en pleno contexto electoral. Una batalla en la que media el sector de la fresa, que está sufriendo un boicot iniciado en Alemania que arriesga la reputación de un negocio que exportó el pasado año 1.300 millones de euros y emplea a unos 100.000 trabajadores.
El sector fresero está en pie de guerra contra el Gobierno por, según dicen sus representantes, apoyar la campaña iniciada en Alemania a través de la plataforma Campact para que los supermercados no compren fresa de la región. Una iniciativa que surge realmente en respuesta al polémico proyecto de ley de regadíos que están impulsando en Andalucía PP y Vox.
También está contra el Ejecutivo la propia Junta de Andalucía, que ha acusado a sus miembros de posicionarse a favor del boicot a la fresa. "Creo que se está jugando, por parte del Gobierno, de forma muy irresponsable, con un sector económico vital para los intereses de España", apuntaba hace unos días la consejera de Agricultura de Andalucía, Carmen Crespo, en una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia.
También el consejero de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, se pronunció el domingo al respecto, al afirmar que es "muy lamentable y vergonzoso" que Sánchez esté "estimulando y apoyando" campañas que soliciten el boicot de los productos andaluces.
El Gobierno, por su parte, se ha desmarcado de la responsabilidad de este boicot y se ha posicionado como defensor del sector de la fresa. "Moreno Bonilla sabía que ponía en riesgo al sector de la fresa por un puñado de votos. Ya en la anterior ocasión (2021) en que planteó una iniciativa similar para aumentar las hectáreas de regadío en la Corona de Doñana, las comercializadoras de fresas amenazaron con un boicot. Sabía que volvería a suceder. Su conducta es temeraria: pone en riesgo a los freseros por su empeño en secar Doñana", criticaba con dureza el Ministerio para la Transición Ecológica el domingo en un comunicado.
100.000 empleados
Una batalla política en la que los peor parados son los agricultores, que están viendo cómo su reputación se mancha por las acusaciones de sobreexplotar el Parque Nacional de Doñana, aunque por el momento las exportaciones de fresas, cuya campaña está cerca de terminar, no han sufrido.
Así, al menos, lo afirma Freshuelva, la Federación de Productores y Exportadores de Fresa de la provincia. La plataforma considera que la temporada de producción y comercialización de la fresa está casi finalizada y quedan solo pequeños reductos, por lo que la iniciativa alemana no está repercutiendo de forma práctica en las ventas, según informa Efe.
Con todo, existen motivos de preocupación, especialmente en Huelva. Una región que es la principal productora europea, con un 30%. Y que exporta alrededor del 80% de su producción, principalmente a mercados europeos y especialmente a Alemania. Es por eso que el sector espera que la campaña de la plataforma germana no tenga repercusiones en el futuro.
No hay que olvidar que los productores y comercializadores de fresa de Huelva concentran el 98% de la producción nacional. Y es que el sector de la fresa tiene gran relevancia en España, pero sobre todo en Andalucía.
La pasada campaña alcanzó los 1.300 millones de euros en exportaciones gracias a una producción de 270.000 toneladas de fresas, casi 50.000 toneladas de frambuesas, 59.100 toneladas de arándano y 2.000 toneladas de mora. De acuerdo con los datos de Asaja, además, el sector productor de fresa y otros frutos rojos da trabajo de manera directa a 100.000 personas.
Los productores ven "insidiosa y dañina" la campaña contra la fresa, especialmente teniendo en cuenta que "en el Parque Nacional de Doñana no hay cultivos, ni de berries ni de ningún otro tipo. Las fincas más cercanas a Doñana están a 35 kilómetros del espacio natural y la gran mayoría de las empresas del sector de los berries cultivan a 100 kilómetros o más de la Corona Norte", como explican desde la Interprofesional Andaluza de la Fresa y los Frutos Rojos (Interfresa).
La visita del Bundestag
En Alemania, desde luego, no lo están entendiendo así. En la plataforma Campact ha surgido una recogida de firmas que busca evitar que los supermercados Edeka y Lidl vendan fresas de la región. "Estos supermercados importan fresas en cualquier época del año, incluso en invierno. Para cubrir esta necesidad, la industria agrícola española bombea grandes cantidades de agua. También del Parque Nacional de Doñana, que es Patrimonio de la Humanidad. El robo ilegal de agua de sus proveedores amenaza con destruir este frágil ecosistema", afirman los promotores de la campaña en la plataforma.
Y añaden: "Si el gobierno regional andaluz se sale con la suya, ahora debería usarse aún más agua para el cultivo de fresas. En esta situación, depende de ustedes como mayores compradores de fresas. Les instamos: detengan la venta de fresas de sequía hasta que la Junta de Andalucía garantice un uso sostenible del agua".
La visita del Bundestag
Una batalla política, un polémico proyecto de ley y una campaña de boicot que se aderezan con la visita de un grupo de diputados del Bundestag, el Parlamento alemán, que llegó a España el domingo y permanecerá en el país hasta el próximo viernes en una misión con el foco puesto en la "escasez de agua" y la protección del consumidor.
Esta comisión se reunirá, además, con el Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, el lunes en Madrid. Pese a ello desde el Gobierno no han querido valorar la conveniencia de esta visita.
"El Miteco no valora las iniciativas del Parlamento de un Estado Miembro de la UE, ni opina sobre si es conveniente o no que dicha visita se produzca en periodo electoral", apuntaba en su comunicado el Ministerio de Transición Ecológica.