El pollo frito se ha convertido en una de las comidas más demandadas, especialmente para pedir a domicilio. En España, la llegada de Popeyes en 2019 y su rápida expansión ha encendido las alarmas de KFC, el rey de esta comida en nuestro país desde la apertura de su primera franquicia en 1976. Ahora, ambas compañías estadounidenses libran su particular batalla en un negocio cuyo potencial se ve en los planes de expansión.
Recientemente, KFC anunció su intención de cerrar 2024 con más de 400 restaurantes en España, donde ha alcanzado los 247 locales en 2022, año en el que ha generado más de 1.000 nuevos puestos de trabajo.
De hecho, KFC finalizó el año logrando el hito de haber superado su cifra de aperturas de 2019, que hasta ahora ostentaba su récord anual, con un total de 30 nuevos restaurantes en 2022. Sus últimas tiendas se abrieron en Madrid, Vigo y Comunidad Valenciana.
La intención es mantener su liderazgo como rey del pollo. "Después de haber logrado un récord anual de aperturas, vamos a seguir apostando por aumentar nuestra presencia en todas las comunidades de la mano de nuestros franquiciados", dijo José Manuel Rubio, Chief Development Officer & Market Coordinator de KFC Iberia.
El plan de expansión de Popeyes de cara a 2024 plantea tener la mitad de la presencia de KFC en el país. No por ello deja de ser importante. La compañía prevé realizar más de 40 aperturas este año y llegar a los 200 locales en 2024. Si tenemos en cuenta que solo llevan tres años en España, sus planes para alzarse como el rey del pollo frito en el país son más ambiciosos.
Desde su llegada a España, Popeyes suma una inversión total de cerca de 80 millones de euros, y emplea a más de 2.300 personas repartidas en los 77 restaurantes que tiene abiertos por todo el país.
Desde la propia compañía lo asumen así. "Tenemos el objetivo de convertirnos en la primera opción de restauración a la hora de consumir pollo en nuestro país", apuntan.
Historias
Popeyes, propiedad de Restaurant Brands Iberia (máster franquiciador de Burger King y Tim Hortons), aterrizó en España en 2019, más concretamente el 21 de noviembre en Madrid. Y lo hizo claramente para plantar batalla a KFC con lo que para ellos les diferencia del resto.
Se trata de su receta secreta de siete especias que le confiere el sabor diferencial al pollo, que posteriormente se marina durante 12 horas y se prepara y reboza a mano. Este proceso permite asegurar que el producto esté siempre crujiente por fuera.
Ambas compañías tienen su origen en EEUU. Popeyes fue fundada en Nueva Orleans en 1972, cuenta con 50 años de experiencia en el sector y más de 3.600 restaurantes en 25 países.
Por su parte, Kentucky Fried Chicken (KFC), perteneciente a Yum! Brands, tiene origen en 1939 cuando Harland D. Sanders empezó a preparar pollo frito.