Las organizaciones agrarias (Asaja, COAG, UPA, Cooperativas Agroalimentarias) y las asociaciones empresariales representantes de los sectores agroalimentarios español y de la hostelería (FIAB, Aecoc, ACES, Anged, Asedas, Cedecarne, Fedepesca, Hostelería de España y Marcas de Restauración) se han unido para pedir a los transportistas que no convoque un nuevo paro por las consecuencias en pérdidas millonarias que supondría para toda la cadena.
“Un nuevo paro podría suponer la entrada en pérdidas de muchos operadores del sector, que están soportando a duras penas una coyuntura económica y geopolítica sin precedentes”, explican en un comunicado.
Por ello, toda la cadena agroalimentaria al completo pide a todo el sector del transporte que “no sometan a la sociedad a una nueva amenaza y que tengan en consideración la difícil situación en la que se encuentra un sector esencial, como es el agroalimentario”.
[El temor a un nuevo paro de transportistas lleva a las empresas a adelantar pedidos]
Además, recuerdan a los transportistas que en este contexto de inflación, “la cadena de valor agroalimentaria está haciendo un gran esfuerzo para tratar de repercutir lo menos posible al consumidor el alza de los precios de la energía, del coste del combustible y sus derivados como los fertilizantes, del precio y la dificultad de acceso a las materias primas, de la presión fiscal y el coste regulatorio que sufre el sector”.
El próximo domingo, la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte de Mercancías por Carretera convocará a todos los transportistas y conductores para efectuar la consulta sobre la reactivación del paro suspendido el pasado mes de abril. Paro que se podría reactivar a partir del 30 de junio.
Temporada de fruta
En el comunicado también alertan de los riesgos que supone ahora mismo la campaña de la fruta de verano. “El hecho de no poder responder a la demanda, además de manera reiterada, supone una pérdida de prestigio para el sector productor español que puede redundar en la pérdida de destinos de exportación”, recuerdan.
Además, hablan de otros peligros asociados a los productos frescos. “Apenas existe capacidad de almacenamiento y, al tratarse de productos perecederos, la imposibilidad de transportarlos produciría enormes pérdidas de producto”.
Por otro lado, alertan de que la industria alimentaria puede sufrir paros en su actividad si los productos básicos no llegan a las fábricas e, igualmente, experimentar enormes costes derivados de la conservación de los alimentos o de su pérdida. “La recuperación de la actividad normal puede extenderse durante varias semanas, prolongando los problemas de desabastecimiento a la población”, explican.
Asimismo, avisan de que la distribución alimentaria, por su parte, tiene que hacer un sobreesfuerzo de redistribución de alimentos a los puntos de venta y de reorganización del surtido disponible para no dejar desabastecida a la población. Cabe recordar que en el paro de marzo se repitieron las imágenes de lineales de supermercado vacíos por el temor al desabastecimiento. Y los 'súper' cuantificaron en 130 millones las pérdidas que sufrían al día.
Y van más allá al extender el impacto de un posible nuevo paro a la temporada de turismo. “La hostelería, la restauración y el turismo pueden ver nuevamente amenazado su abastecimiento y, por tanto, sus negocios en plena campaña de verano, con las consecuencias que eso podría llegar a tener para la imagen de España como destino turístico nacional e internacional”, detallan.
Por último, avisan de las pérdidas millonarias cuando el producto no pueda salir de las cooperativas y el funcionamiento de los negocios no pueda garantizarse, almacenistas de origen, lonjas, de las industrias o de las plataformas logísticas.