Balfegó sigue sentando los pilares de su estrategia de sostenibilidad en plena pandemia. La empresa especializada en la pesca, acuicultura y venta del atún rojo pretende presentar al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) el protocolo que ha aplicado este año de manera pionera durante la campaña de pesca de 2021, acabada el pasado 7 de junio.
El protocolo, diseñado internamente por la empresa, ha tenido como objetivo la seguridad de los pescadores, evitar daños en redes o roturas de aparejos –con los riesgos que conlleva–, así como el reajuste de las maniobras de cerco y transferencia de atún rojo para incrementar la calidad de este túnido desde el mismo momento de su captura.
La empresa, que ya venía aplicando durante las últimas campañas modificaciones en la operativa del arte para adaptarse a la circunstancia de la sobreabundancia de atún rojo en el mar, ha decidido este año unificarlas y, junto al uso de nuevas tecnologías, ha creado el primer protocolo de pesca de atún rojo que, a su juicio, y así se lo quiere transmitir al Gobierno, puede convertirse en un manual de buenas prácticas en esta pesquería.
Todo ello está dentro de una estrategia de compromiso social y medioambiental en el que Balfegó es consciente de que va a tener que renunciar a una parte de sus beneficios para implantar este modelo de sostenibilidad, según Juan Serrano, director general de Balfegó. La economía circular o la nueva planta que generará energía solar son algunos de sus proyectos.
Normativa adecuada
En este sentido, Balfegó vuelve a solicitar que se adecue la normativa de la pesquería del atún rojo a la evolución experimentada por esta especie que, por su volumen y cantidad de ejemplares, “nada tiene que ver” con su situación de hace años, señalan.
Así, y según Balfegó, además de haber razones más que suficientes para poder revisar las cuotas de pesca, una solución inmediata podría ser el adelanto de la campaña una o dos semanas lo que garantizaría la presencia de menos ejemplares y facilitaría las labores de pesca.
Además de este compromiso, la empresa también quiere conocer por parte del Gobierno las previsiones de capacidades de engorde para poder organizar los planes de la empresa, según asegura Juan Serrano.
Protocolo
El protocolo aplicado por Balfegó durante esta campaña de pesca contempla cuatro puntos fundamentales: verificar que no se realizan lances a bancos de atún rojo que supere los 2.000 ejemplares y la no realización de más de tres lances diarios por el conjunto de barcos cerqueros.
En tercer lugar, el aseguramiento de la disponibilidad de barcos auxiliares suficientes (un mínimo de 6 o siete unidades) para apoyar las maniobras y, como cuarto punto, sólo realizar operaciones si se puede garantizar la existencia de barcos remolcadores cercanos que eviten que los ejemplares queden atrapados durante más de un día en alta mar.
Además del protocolo puesto en marcha este año, la empresa ha abordado durante esta campaña la digitalización y automatización de todas las transmisiones entre los barcos de la flota –ocho barcos cerqueros, dieciséis remolcadores y cinco embarcaciones auxiliares–, lo que ha permitido optimizar y agilizar, tanto el registro de las capturas como la custodia de la documentación y las comunicaciones.
De hecho, esta campaña la compañía ha conseguido la validación de todos los documentos que certifican la gestión de sus capturas.