Sevilla

El 16 de julio de 1945, Estados Unidos realizó la prueba Trinity. Lanzó su primera bomba atómica proyectada en el desierto de Nuevo México. Este hecho protagoniza los libros de historia del siglo XX con su característica e imperiosa columna de humo. El mismo día pero 75 años más tarde, la escena se repitió.

Se cambió la ubicación por Dos Hermanas (Sevilla), el conflicto bélico por el calor sofocante veraniego y dejó sin aliento a la industria sevillana, andaluza y española. El 16 de junio de 2016, Ybarra ardió. Las cabeceras y los informativos abrían sus espacios con la gran humareda y las llamas de la fábrica de la tradicional empresa.

Fundada en 1842, la factoría quedó en cenizas pese al trabajo de los efectivos en busca de un milagro. Aún con las llamas avivadas, miles de mensajes mandaban ánimos a la compañía a sus cientos de empleados. Cuatro años más tarde, el presidente de Grupo Ybarra, Antonio Gallego, atiende a Invertia tras obrarse el milagro: el resurgir de las cenizas.

Este capítulo lo define con dos palabras: muy duro. “Ybarra estaba en su mejor momento en cuanto a la modernización de sus activos, reconocimiento y ventas” y, de la noche a la mañana, se esfumó la fábrica más importante del grupo. Además de contar con su principal almacén logístico, era su epicentro de producción basado en el aceite de oliva, salsas y mayonesas.

“Al día siguiente del incendio ya teníamos claro en el Consejo de Administración que teníamos que desarrollar un proyecto que desembocara en la Ybarra del futuro. Un proyecto que apostara por el mantenimiento del empleo y la generación de riqueza”, recuerda Gallego mientras reconoce el esfuerzo conjunto realizado, también el de los consumidores.

Durante la reconstrucción, la empresa tuvo que derivar su producción y capital humano a diversos centros repartidos por España, Francia y Portugal al mismo que tiempo que se planificaba la nueva planta en Dos Hermanas. El trabajo tuvo pronto sus frutos: un año y medio después se bautizó la nueva planta diseñada bajo el pilar de la sostenibilidad.

Con una superficie construida de 37.000 metros cuadrados, cuenta con 15 líneas de envasado de aceites, mayonesas y salsas, un centro de I+D+i y un almacén logístico para 20.000 huecos de palet. Dispone además de las máximas certificaciones de calidad y seguridad alimentaria, como la certificación de la norma BRC Food con grado A.

Refuerzo de su liderazgo

Tras la inauguración que encabezó el Rey Felipe VI, la nueva fábrica echó a andar como una de las más modernas del sector agroalimentario nacional e internacional y con los empleados de la anterior planta que no fueron despedidos durante la reconstrucción.

El Rey Felipe VI inaugura la nueva fábrica de Ybarra en Dos Hermanas (Sevilla)

La primera piedra de la futura fábrica se colocó en marzo de 2017. Tras pasar los meses posteriores al incendio, los más difíciles para la compañía a juicio de su presidente, se fueron controlando los diferentes procesos productivos para finalmente ocupar progresivamente los lineales con los productos.

“Gracias al apoyo y cariño de los consumidores, Ybarra ha reforzado su posición de marca líder en España en la categoría de salsas frías y ha ido mejorando progresivamente su presencia y ventas en categorías como aceites, verduras y vinagres”, explica el presidente de Grupo Ybarra.

En cuanto a la capacidad productiva de las nuevas instalaciones, ésta es de 40 millones de kilos de mayonesas y salsas al año y de 150 millones de litros de aceites al año, prácticamente el doble que en la anterior fábrica.

La cifra total de ventas en 2019 fue de 187,9 millones de euros con un total de 269 empleados mientras que actualmente fabrica el 25% de las salsas y mayonesas y envasa el 20% del aceite que se consume en España.

Ybarra durante la crisis sanitaria

Considerado sector esencial durante la crisis sanitaria del Covid-19, Ybarra ha trabajado junto a sus compañeros de filas para evitar el temido desabastecimiento en el mercado nacional e internacional, así como a colaborar en la vuelta a la normalidad con una respuesta “ejemplar” ante una situación precedentes.

Entre las iniciativas para combatir los efectos de la pandemia, ha realizado aportaciones extraordinarias a diferentes organismos e instituciones sin ánimo de lucro como Cáritas o Banco de Alimentos. También, a través de la campaña ‘No estáis solos’, ha reunido a marcas del sector agroalimentario y del cuidado personal para animar a los sanitarios con una bolsa con productos de primera necesidad.

Aún con la recesión latente, desde Ybarra hacen un llamamiento a uno de los sectores más afectados: la hostelería. “Las cifras siguen siendo muy preocupantes. Deben tomarse medidas para garantizar que este sector estratégico y dependiente en gran medida del turismo vuelva a ser lo que fue”, subraya Antonio Gallego.

Su historia

La empresa acumula una experiencia de más de 175 años en el sector de la producción, envasado y comercialización de aceite de oliva, salsas, mayonesas, entre otros productos, basados en la selección, unos sistemas modernos de elaboración y unos estrictos controles de calidad.

La visión exportadora de Ybarra se remonta a sus orígenes y prueba de ello es el premio que obtuvo en la feria de Philadelphia de 1876 a la calidad de sus aceites. Actualmente, la marca está presente en más de 90 países.

Fue pionera en 1945 del envasado de aceite de oliva en botellas de plástico y en 1965 en la elaboración de mayonesas y salsas. En 1996, Hijos de Ybarra y Migasa pusieron en marcha una alianza estratégica para unir esfuerzos y consolidar la presencia del grupo.

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