El pasado mes de agosto de 2019 fue el último en el que La Moncloa tuvo servicio de restauración. Es decir, se va a cumplir un año desde que está sin cafetería. El principal motivo es un lío empresarial que ha terminado con una sentencia contra el Ministerio de la Presidencia por despido colectivo nulo y un cúmulo de licitaciones desiertas para cubrir dicho servicio.
El origen del problema está en la primera empresa adjudicataria, Dulcinea Nutrición, a la que el propio Gobierno canceló el contrato el pasado mes de septiembre. Un mes antes, ya había dejado de abonar las nóminas a sus 38 empleados. Además, acumula una gran deuda con la Seguridad Social, según el propio Ejecutivo.
El servicio -que incluía desayunos, comidas y cafés para las reuniones en el complejo de La Moncloa- se dejó de prestar mientras que los trabajadores quedaron en un limbo laboral. El 11 de diciembre, el sindicato de Servicios de CCOO interpuso una demanda contra las empresas adjudicatarias y el Ministerio de Presidencia tras el cese de los trabajadores y trabajadoras que venían realizando su actividad laboral.
El juicio debería haberse celebrado el 11 de abril, pero tal y como cuentan fuentes sindicales, “se aplazó por el Covid” hasta ahora que esta semana se ha conocido la sentencia.
El fallo de la sentencia declara nulo el despido colectivo y condena al Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad al abono de los salarios dejados de percibir por los trabajadores afectados por el despido colectivo, reconociéndose el derecho de estos a la inmediata reincorporación en sus puestos de trabajo.
Además, absuelve de responsabilidad, en relación con la concreta pretensión deducida en las presentes actuaciones por despido colectivo, a Dulcinea Nutrición y Grupo Nazábal Restauración. Contra esta sentencia, el Ministerio puede interponer un recurso de casación; algo que aún se desconoce si hará. A cierre de la edición, el Ministerio no había respondido a las preguntas de este medio sobre esta posibilidad.
Máquinas vending
La consecuencia directa de todo este conflicto laboral es que La Moncloa se ha quedado sin servicio de cafetería en sus instalaciones durante un año y lo ha suplido por máquinas vending de refrescos y sándwiches -que se pueden ver en la zona de prensa los días de Consejo de Ministros- o por "servicios especiales de catering" que contratan de forma temporal, según fuentes conocedoras.
De hecho, en febrero la Subdirección General de la Oficina Presupuestaria y de Gestión Económica del Gobierno adjudicó un servicio de catering para el Complejo de La Moncloa por una duración de un mes y medio. Curiosamente, el grupo Nazábal Restauración fue la empresa que ganó el concurso. Este ofrecía menús a 7,5 euros.
Y lo cierto es que el Gobierno ha intentado en varias ocasiones licitar el servicio de restauración, pero ninguna empresa se presentaba. El último concurso, cuya fecha de inicio estaba prevista para el 1 de julio con una duración de cinco años, quedó desierto a finales de mayo. El presupuesto base de este alcanzaba los 2,9 millones de euros (con impuestos incluidos), según el portal de Contratación del Estado.
Al Gobierno esta situación le preocupa y le urge. Tanto es así que el 6 de marzo tramitó esta contratación por la vía de urgencia al no contar con la prestación de este servicio. “Dicho servicio se considera esencial para el personal que presta servicios en el Complejo de Moncloa, alejado de otras instalaciones donde se puedan recibir las atenciones y servicios incluidos en el ámbito del contrato y, al mismo tiempo, satisfaga las atenciones específicas que precisa la Presidencia del Gobierno”, reza en el pliego de condiciones técnicas del contrato.
Pero la realidad es que pocas empresas se han interesado en estas licitaciones, ya que entre los requisitos se encontraba el de asumir las deudas de la anterior adjudicataria y subrogar a los empleados, según fuentes sindicales. Ahora, la sentencia obliga a readmitir a dichos trabajadores. El problema es que no hay ninguna empresa que quiera gestionar la restauración de La Moncloa.