La iniciativa fue presentada por Cintra, filial de la empresa dirigida por Rafael del Pino, y posteriormente se adhirieron Acciona y Sacyr. El interés de las tres empresas trascendió el pasado 4 de enero, momento en el que la Agencia de Promoción de la Inversión Privada de Perú (Proinversión) dio un plazo de 90 días para que otras empresas compitieran en la adjudicación. 

El interés por parte de los principales grupos promotores nacionales en el proyecto ha sido notable. El pasado mes de febrero, un equipo de funcionarios del Gobierno de Perú viajó a Madrid para reunirse con Santander, ACS, OHLA, Rover y Grupo Ortiz y sondear si les seducía la construcción de la autopista. Al no haberse presentado ninguna otra empresa, el proyecto ha sido adjudicado al proponente original. 

Según los datos ofrecidos por Proinversión, la nueva autopista reducirá a 15 minutos el trayecto entre los extremos de la ciudad, en algunos casos, incluso a 10 minutos. Antes, el trayecto demoraba casi una hora. Reducirá un 13% la brecha de Perú en infraestructuras respecto de otros países latinoamericanos, ya que permitirá la interconexión de los usuarios con la Panamericana Norte y la Carretera Central, dos vías clave para el transporte de mercancías en el país. 

La construcción se completará en tres fases. La primera de ellas, que se iniciará en julio de 2024, cubrirá los primeros 8,7 kilómetros. La segunda, que comenzará en enero de 2025 y será la más extensa por longitud, se prolongará a lo largo de 15 kilómetros. La tercera, que se desarrollará desde julio de 2025, será de 11 kilómetros.

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El Gobierno peruano ha hecho una apuesta decidida por esta autopista como elemento transformador de su capital e, incluso, de la economía del país. Su desarrollo va a facilitar el acceso a otros megaproyectos, como son el Muelle Sur del puerto del Callao o el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. 

La autopista tendrá tres carriles por sentido con peajes y dos carriles por sentido sin peaje para una conexión local. Está previsto que cada 500 metros se instale un puente peatonal. 

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"El proyecto del Anillo Vial Periférico no sólo incrementará la conectividad y la productividad de Lima y Callao, también le dará calidad de vida a los miles de pasajeros que a diario enfrentan el caótico tráfico limeño, que afecta a los más vulnerables, permitiendo que muchas familias lleguen a tiempo a sus destinos y tengan mayor acceso a instituciones localizadas dentro de su área de influencia", detallaron desde el Ejecutivo de Perú en el momento en el que el proyecto fue presentado. 

El proyecto fue presentado en febrero de 2014, en 2015 Proinversión lo aceptó y en 2016 el Ministerio de Economía y Finanzas lo declaró viable. Está previsto que la autopista soporte un total de 173.000 vehículos al día para 2034, momento en el que concluirán las obras. El 78% del tráfico serán turismos y el 22% restantes serán camiones.