Los costes de construcción en edificación residencial cayeron un 3,8% en 2020, frente al aumento del 5,23% que registraron en 2019, en gran medida por la incertidumbre provocada por la pandemia, según refleja el Índice de Costes Directos de Construcción que elabora Construcciones ACR.
Así, el Índice de Precios Pagados se colocó en 128,51 puntos, retrocediendo al mismo nivel que el segundo trimestre de 2019. De esta forma, se rompió la tendencia alcista iniciada en 2015, con subidas de doble dígito a todas las partidas, y que tuvo su punto más alto en el IVT de 2019. Pese a ello, todavía se encuentran muy por encima de los niveles registrados en 2018 y principios de 2019.
Los datos presentados por ACR reflejan un comportamiento irregular según la partida analizada. Los descensos están protagonizados por los capítulos que entran primero en obra, principalmente acusando la corrección en el coste de la mano de obra y, en menor medida, por el menor precio de algunos materiales. La excepción es el coste del acero, que se ha incrementado más de un 40% en los últimos meses.
Las bajadas más notables afectan a Divisiones interiores (-7,9%), Estructura (-7,1%) y Cimentaciones (-6,6%). Los precios de Movimiento de tierras y Vidriería bajaron un 4,5%, mientras que en Fachadas descendieron un 1,6%.
En el lado opuesto, cuatro partidas continuaron registrando crecimientos de precio, aunque más suaves que en 2019. Así, la partida de Pinturas subió un 5,1%, seguida de Falsos techos y Revestimientos (+3,1%), Alicatados y Solados (+2%) e Impermeabilizaciones y Cubiertas (+1,8%).
Análisis con cautela
El director general de ACR, Guillermo Jiménez, ha explicado que “estas cifras deben tomarse con gran cautela y responsabilidad, porque están muy influenciados por la crisis sanitaria y no está claro que se vayan a mantener en el tiempo”. Algunos oficios han contenido sus precios ante el descenso de proyectos en otros segmentos de mercado y anticipando también el previsible descenso de nuevos proyectos residenciales para la venta, ha señalado la constructora.
Sin embargo, cuando la situación mejore y se recuperen los niveles de producción, es posible que los precios retomen la senda de crecimiento que mantenían desde 2015, aunque quizá de forma más moderada, según se desprende del informe de ACR. “En este contexto, las constructoras que hayan tensionado sus márgenes en exceso a la hora de contratar, estimando bajadas de precios que finalmente no se mantengan en el tiempo, podrían encontrarse en dificultades”, ha subrayado el directivo.
Aunque las perspectivas macroeconómicas no son las mejores y parece dilatarse el final de la situación provocada por la pandemia, el sector inmobiliario continúa dinámico, al tiempo que cauteloso, lo que lleva a dilatar los procesos de contratación, pero no a parar los proyectos, ha apuntado ACR.
“En ACR somos moderadamente optimistas”, ha explicado el director general de ACR. “Detectamos demanda de vivienda, interés entre los inversores y promotores dispuestos a iniciar proyectos. Además, cada vez más actores comienzan a explorar nuevas vías de negocio, como el Build to rent, y nuevas formas de trabajar, como la construcción colaborativa, avanzando en materia de industrialización. Todo ello debe ser positivo y estimamos que va a tener un efecto tractor en la evolución necesaria de nuestro sector”.
Así, el posible descenso de producción ligada a ventas de vivienda, por la difícil situación de la economía y el empleo, se podría compensar con la construcción de vivienda en alquiler, lo que podría hacer que los precios retomen la senda prevista.