Sabadell ya no es el banco que BBVA quiso comprar en 2020: qué ha cambiado para que la operación sea mucho más cara
La entidad con sede en Alicante ha fortalecido su balance, sus cuentas y su filial británica. En general, vale mucho más.
1 mayo, 2024 02:30La intención de BBVA de fusionarse con Sabadell no es nueva. El banco que preside Carlos Torres ya lo intentó hace tres años y medio, pero las cosas han cambiado mucho desde entonces. La propia entidad tiene ahora más músculo, mientras que el banco con sede en Alicante ha fortalecido su balance, sus cuentas, su filial británica y, en general, su valor.
El anuncio del martes no solamente pilló por sorpresa al mercado. Según comunicó Sabadell a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), había recibido una "propuesta escrita indicativa de BBVA" en relación con la fusión "a las 13.43 horas del día de hoy", es decir, apenas cuatro minutos antes de que el supervisor publicara la nota remitida por BBVA en la que confirmaba que ya había contratado asesores para llevar a cabo la operación.
Una forma cuando menos llamativa de proponer una integración a una entidad que el banco que preside Carlos Torres ya quiso comprar en noviembre de 2020. En aquel momento, desde que se conocieron las intenciones hasta que las negociaciones entre ambos bancos se rompieron pasaron menos de dos semanas.
La ecuación de canje fue el origen del desacuerdo entre ambos equipos gestores debido, principalmente, a las diferencias a la hora de valorar los activos de la entidad que sería integrada.
Particularmente, la filial británica de Sabadell, TSB, que se encontraba inmersa en un proceso de reestructuración tras los problemas de su integración tecnológica, que costaron cientos de millones a su matriz.
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Pero no sólo: también hubo desacuerdos a la hora de valorar el negocio de pymes de Sabadell, tocado entonces por la pandemia debido a su alta exposición a los sectores más afectados por el confinamiento estricto.
Diferencias que llevaron a ambos bancos a romper sus negociaciones para la fusión a finales de noviembre de 2020. Han pasado, por tanto, tres años y medio en los que tanto BBVA como Sabadell han tenido mucho tiempo para reflexionar si la decisión que tomaron fue la correcta y en los que la transacción se ha encarecido en gran medida para el banco azul. Pero ¿qué ha cambiado?
El valor de Sabadell
Si uno presta atención al valor de mercado de Sabadell, las cosas no podrían ser más diferentes. En noviembre de 2020, sus títulos valían en bolsa 0,3363 euros por acción, más de cinco veces menos que su último cierre, el del martes -este miércoles es festivo en la Bolsa de Madrid-, que fue de 1,796 euros por título.
La capitalización de Sabadell se ha ensanchado considerablemente en los últimos años, como también lo ha hecho la de BBVA. En el primer caso, el valor de sus títulos está en máximos de los últimos seis años. En el segundo, en máximos de los últimos catorce.
Actualmente, la capitalización de Sabadell ronda los 10.000 millones de euros, frente a los 2.500 millones en los que se situaba hace tres años y medio. La diferencia es inferior a cinco veces porque hay que tener en cuenta que la entidad ha realizado recompras de acciones en los últimos años, por lo que ha amortizado una parte de su capital.
Y no sólo eso. Aquella exposición a sectores tocados por la pandemia se ha tornado en positiva con la recuperación de los mismos y el fin de los tipos de interés negativos. El banco ha saneado su balance y ha ganado en eficiencia y en rentabilidad, convirtiéndose en una entidad mucho más valiosa.
La recuperación de TSB
En este tiempo también ha crecido considerablemente el valor de TSB, la filial británica de Sabadell. Entonces se había convertido prácticamente en un lastre para el banco, que terminó costándole cientos de millones de euros en indemnizaciones a clientes, mejoras en el servicio y multas. La "pesadilla" de su integración salió muy cara a la entidad.
Sabadell, de hecho, llegó a poner en venta este negocio, pero después de algún tiempo en el mercado decidió confiar en su potencial y quedarse con ella. Tras unos años, la entidad no sólo se ha recuperado, sino que el banco confía en su filial para apuntalar su rentabilidad en 2025, una vez la bajada de los tipos de interés que se espera para el verano comience a hacer mella en los márgenes del negocio de Sabadell en España.
A finales de 2020, TSB tenía activos por valor de 42.406 millones de libras (49.652 millones de euros al cambio actual), mientras que tres años después eran de 47.652 millones de libras (55.794 millones de euros).
La rentabilidad del banco estaba por los suelos en 2020, cuando registró pérdidas por valor de 160 millones de libras (187 millones de euros), un resultado que en 2023 se reconvirtió a positivo y alcanzó los 174,8 millones de libras (204 millones de euros).
El empuje de los tipos
La etapa de tipos de interés negativos que vivió la banca hace unos años dio lugar a algunas operaciones corporativas, como la integración de Bankia en CaixaBank o la de Liberbank en Unicaja. La debilidad de los ingresos era el caldo de cultivo perfecto para la concentración del sector tras la primera gran oleada de fusiones que se produjo tras la crisis financiera.
Sin embargo, ahora la situación es muy diferente. La rápida e intensa subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) ha dado lugar a beneficios históricos para los bancos españoles, como ha sido el caso de los protagonistas de esta posible fusión.
En el caso de Sabadell, en 2020 obtuvo un beneficio de 2 millones de euros, cifra que multiplicó por 666 veces al cierre de 2023, cuando ganó 1.332 millones de euros. En estos años, su rentabilidad sobre recursos propios (ROE) ha pasado del 0,02% al 9,48%. Y en el primer trimestre de este año ya estaba en el 10,1%.
No obstante, el escenario actual está a punto de cambiar con el inicio de los recortes de los tipos de interés por parte del BCE, aunque aún existen pocas certezas sobre cuántas bajadas de tipos habrá y cuándo se producirán. En ese contexto, "la consolidación en todo el sector ganará protagonismo", anticipa Filippo Maria Alloatti, responsable de Crédito Financiero de Federated Hermes Limited, que recuerda que "ya se han anunciado dos fusiones y adquisiciones en Reino Unido: Virgin Money y Nationwide, y Coventry Building Society y The Co-operative Bank".
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"Cuando empiecen a caer los tipos de interés y los márgenes de intereses vuelven a estrecharse, será difícil que los bancos vuelvan a obtener los actuales niveles de beneficios, ya que no invirtieron el exceso de beneficios en seguir creciendo en otras áreas o países ante la consolidación y competencia", exponen desde XTB.
Sus expertos valoran "positivamente" la posible operación. "El retraso de los recortes en los tipos de interés permitirá a la banca seguir incrementado sus beneficios y una forma para seguir manteniendo el actual nivel de ingresos sin depender de los tipos de interés es diversificar sus ingresos y aumentar su tamaño", dicen.
El exceso de capital de BBVA
Sabadell no es el único que ha cambiado en estos años. Si la entidad ha crecido y se ha revalorizado, también ha sido el caso de BBVA. La entidad que preside Carlos Torres tiene ahora más músculo para afrontar una operación corporativa gracias a su exceso de capital.
El banco publicó el pasado lunes sus cuentas del primer trimestre, de las que se desprende que su ratio de capital CET1 fully loaded -la que toma como referencia el mercado para valorar la solvencia- se situó en el 12,82%, muy por encima del requerimiento que le ponen los reguladores (9,1%). El dato es también superior a su rango objetivo (11,5%-12%).
Además, el banco se sitúa en una buena posición de liquidez especialmente tras la venta de su negocio de Estados Unidos, en el que hizo caja. Fue, precisamente, en noviembre de 2020 cuando la entidad vendió su filial en Estados Unidos a PNC por 9.700 millones de euros.
En el primer intento, se estimaba que la operación costaría entre 2.500 y 5.000 millones de euros, en línea con la capitalización de Sabadell, si bien ahora el coste sería mucho más alto.
A la mejora del valor de la entidad hay que sumarle la posibilidad de que BBVA tuviera que pagar una prima a los accionistas del banco alicantino para convencerles.
Por el momento, es poca la información de la que dispone el mercado, aunque ya ha emitido su juicio preliminar. Las acciones de Sabadell se llegaron a impulsar un 7% en bolsa el martes -cerraron sumando un 3,37%-, mientras que las de BBVA cayeron un 6,65%.
La voluntad de las partes
Es de suponer que BBVA cree que merece la pena fusionarse con Sabadell porque si no, no habría contratado a asesores para valorar la operación ni habría confirmado al mercado sus intenciones. Pero dos no se fusionan si uno no quiere. Y esto lo saben muy bien en el banco azul.
Durante los últimos tres años y medio han sido pocas las ruedas de prensa de los más altos ejecutivos de BBVA y de Sabadell en las que no ha salido el tema de las negociaciones fallidas. Y ante esta repetitiva cuestión el mensaje de los gestores Sabadell siempre ha sido que no se arrepienten de la ruptura.
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"El tema de BBVA pertenece al pasado", decía Josep Oliu, presidente de Sabadell, ya en febrero de 2021, apenas dos meses después del fin de las negociaciones. "El tiempo está dando la razón a una decisión previa, que fue la del consejo. Está demostrando que este banco está teniendo futuro", espetaba César González-Bueno, su consejero delegado, hace un par de años.
El tema estaba tan olvidado que no salió a relucir en las últimas ruedas de prensa que han dado los directivos de ambos bancos, los pasados jueves y lunes, con motivo de la presentación de los resultados del primer trimestre. Hasta la prensa había pasado página.
Para convencer a Sabadell, BBVA tendrá que poner sobre la mesa una oferta que satisfaga más a sus gestores que la emitida hace tres años y medio. Tendrá, como mínimo, que valorar más o mejor sus activos. Y, sobre todo, estimar si la operación merece la pena. También Sabadell tendrá mucho que pensar sobre unas intenciones que, por el momento, le han pillado por sorpresa.