Tensa junta de accionistas la que Credit Suisse está viviendo este martes. Los pequeños inversores, dueños aún del capital del banco que será absorbido por UBS, han vertido su indignación contra los directivos de la entidad y han manifestado su repulsa a la operación con camisetas y otros elementos.
En concreto, uno de los accionistas ha sacado en directo las cáscaras de unos cocos vacíos, probablemente en referencia a la amortización total de los bonos de deuda AT1, conocidos en el argot financiero como CoCos, que se llevó a cabo durante la operación de emergencia. Previamente ha sacado unas cáscaras de nueces vacías para expresar el valor que ahora tienen las acciones de Credit Suisse.
Otros accionistas han querido manifestar su indignación a través de camisetas en la que se podía leer "dejen de estafar" escrito en alemán, mientras que otro ha aparecido con una americana a cuya espalda se podía leer "liquidate criminal suisse + banksters assets" ("liquiden los activos de los banqueros criminales suizos").
Los accionistas han dejado clara su oposición a la operación, que se aprobó de emergencia hace dos semanas, para lo cual se eliminó legalmente la necesidad de pedir permiso a los accionistas. Algo que ellos no se han tomado muy bien.
"Estáis manejando el negocio en nuestro interés, pero sin preguntarnos. Me gustaría saber todos los detalles", criticaba uno de los accionistas. Otro lamentaba: "Hemos sido expropiados sin nuestro permiso y esto va contra la ley".
"Siento que esta institución me ha engañado y que el Gobierno no ha comunicado bien", ha afirmado el primer accionista en intervenir, quien ha asegurado que los responsables de la entidad de 167 años de historia "se durmieron en los laureles durante los últimos 15 años", informa Efe.
"Tranquilos, no he traído una pistola", ha apuntado el accionista tras llamar la atención sobre el hecho de las altas medidas de seguridad que rodearon la asamblea de este año, donde la tensión era palpable y se oyeron incluso gritos desde el público.
Grandes accionistas
Vincent Kauffmann, director de la Fundación Ethos, importante accionista compuesta por fondos de pensiones y otros inversores institucionales suizos, ha señalado que ellos habían pedido en numerosas ocasiones que se investigaran las operaciones de riesgo de la entidad y sus numerosos escándalos, que en su opinión "habían arruinado su reputación".
"Debemos asegurarnos de que los accionistas seamos compensados de la mejor forma posible tras las grandes sumas de dinero perdidas, y de que la directiva asuma su responsabilidad en la crisis", señaló Kauffmann.
En ocasiones las protestas han adoptado tintes casi surrealistas: un accionista mostró unas cáscaras de nueces vacías para expresar el valor que ahora tenían las acciones de Credit Suisse, y otro llegó a asegurar que los responsables del banco "en la Edad Media, por acciones como las suyas, hubieran sido crucificados".
"Hace 25 años con una acción de Credit Suisse a 80 francos podríamos haber pagado una cena en un buen restaurante, pero ahora (que vale menos de un franco) no da para un cruasán", ha lamentado ese segundo accionista.
Lehmann pide perdón
El presidente del banco, Axel Lehmann, quien ha abierto la junta ofreciendo sus disculpas por no haber podido contener la crisis del banco, respondió uno por uno a todos los accionistas tras sus intervenciones, visiblemente contrariado.
"Ustedes tienen la culpa de esto, del daño causado al país, un daño que seguirá siendo visible dentro de unas décadas", ha asegurado otro accionista, Francesco de Giorgio, quien dijo sentirse "avergonzado de este completo desastre, como antiguo empleado y actual accionista".
Un representante de la organización de inversores individuales Actares ha calificado de "fiasco" la gestión del banco tras los muchos riesgos asumidos en años anteriores, que desembocaron en su crisis final y que tuviera que ser comprado por UBS para evitar la bancarrota.
En las proximidades del Hallenstadion de Zúrich, donde se celebra la junta, también ha habido protestas, y alguien ha plantado una barca rota y en una posición que simula su naufragio como símbolo de la caída de Credit Suisse (cuyo logotipo son las velas de un velero).
En la junta también ha habido espacio para las quejas medioambientales: una representante de accionistas ha denunciado que Credit Suisse ha invertido en un proyecto de extracción de gas en Texas (EEUU) mediante técnicas de fracking que, advirtió, causará daños en el turismo, la pesca y afectará a terrenos sagrados de los pueblos nativos.