Susto en el mercado de CoCos de la banca. El precio de este tipo de deuda cayó bruscamente el lunes tras conocerse que las autoridades suizas habían decidido amortizar totalmente la inversión en este tipo de instrumentos emitidos por Credit Suisse antes de su venta a UBS, pero no la inversión en acciones. Pasado el primer impacto, los precios han conseguido recuperarse a niveles del viernes pasado, antes de la operación, pero no a los previos a la caída de Silicon Valley Bank.
La distribución de pérdidas entre los inversores de Credit Suisse ha traído bastante estupefacción al sector financiero, como coinciden varias fuentes. Los accionistas van a recibir una acción de UBS por cada 22,48 títulos de Credit Suisse en su posesión, lo que equivale a 0,76 francos por acción. Un total de 3.000 millones de francos por todo el capital.
En el momento de la venta, la Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero (FINMA) de Suiza, que es también la encargada de los procesos de resolución, decidió, sin embargo, amortizar a cero los 16.000 millones de francos que se habían invertido en bonos de deuda contingentemente convertibles en acciones (los llamados CoCos o deuda AT1).
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Y eso que el orden de prelación para la amortización de los diferentes instrumentos con los que cuentan los bancos, que está establecido en los esquemas de resolución, marca claramente que las acciones de la entidad se deben consumir primero, aunque en Suiza se ha habilitado por ley a las autoridades para saltarse este orden.
La propia FINMA salió el jueves a defender su actuación amparándose en la ordenanza de urgencia que se aprobó el fin de semana para poder proceder al rescate de Credit Suisse a través de su venta a UBS.
"Los instrumentos AT1 en Suiza están diseñados de tal manera que se amortizan o se convierten en capital ordinario de nivel 1 antes de que el capital social del banco en cuestión se agote o se amortice por completo", apunta la autoridad, recordando a la vez que esta deuda está en manos de inversores institucionales, no minoristas.
Esta circunstancia, con todo, ha creado algo de nerviosismo y mucha sorpresa en el sector financiero. No en vano, los inversores en CoCos pueden plantearse que en el momento en el que no se cuenta con la seguridad de no ser los primeros que perderán su inversión, el instrumento deja de tener parte del interés que antes suscitaba. Y eso que sus tenedores conocen de primera mano que el producto es arriesgado, dado que ofrece una alta rentabilidad.
Caída del precio
Esos nervios se han palpado esta semana en el mercado secundario de deuda AT1 (additional Tier 1, por su nombre técnico), como explican fuentes financieras a este periódico. Especialmente al inicio de la semana, cuando se observó una abrupta caída de los precios de los CoCos de algunos bancos europeos.
En concreto, el precio de esta deuda se desplomó entre 7 y 15 puntos el lunes, con fuerte impacto en los instrumentos de UBS. En ese momento se produjo la intervención de las autoridades europeas y británicas, que calmaron a los mercados.
El Banco Central Europeo (BCE), la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y la Junta Única de Resolución (JUR) dejaron claro ese mismo día que en el caso de que la intervención bancaria se hubiera llevado a cabo en la zona euro se habrían amortizado antes las acciones que los CoCos. El Banco de Inglaterra hizo lo propio.
Y las posteriores declaraciones de Christine Lagarde, presidenta del BCE, fueron clave. "Las normas que se aplican en Europa no son las que han aplicado otras instituciones, como las autoridades suizas. Suiza no fija los estándares de Europa", dijo.
Palabras mágicas que tranquilizaron al mercado de estos particulares bonos. "Tras sus respectivas declaraciones se produjo un rápido rebote y al final de la sesión se había recuperado aproximadamente la mitad del movimiento a la baja", explica Dillon Lancaster, gestor de carteras de TwentyFour AM, boutique de Vontobel.
De hecho, el impulso se amplió en los días siguientes hasta que algunos bonos bancarios, como los de BNP Paribas y Barclays, han recuperado ya los niveles en los que estaban el pasado viernes, antes de la venta de Credit Suisse.
"Todavía hay valores rezagados, sobre todo UBS, y no nos sorprendería ver que esto continúe debido a los interrogantes sobre el régimen regulador suizo", añade Lancaster, algo a lo que coadyuvarán las millonarias demandas que inversores y accionistas están preparando, que podrían afectar a la rentabilidad de los bonos, en su opinión.
Desde BrightGate Capital prevén volatilidad en este mercado durante las próximas semanas. "En esta situación de incertidumbre regulatoria el mercado tratará en los próximos días de ajustar las valoraciones de los distintos instrumentos de deuda para que reflejen el verdadero valor de los riesgos en el que se incurre (...). En este contradictorio escenario, los AT1 de Credit Suisse cotizan a valores cercanos a cero y es probable que a sus tenedores no les quede más remedio que tratar de recuperar parte de su inversión en los tribunales", apuntan.
Como advierte el gestor de TwentyFour AM, los precios "siguen estando por debajo de los niveles anteriores al episodio de ventas masivas experimentadas por los bancos regionales estadounidenses". Y es que los nervios están a flor de piel en los mercados con los dos episodios bancarios que han movido el ritmo de los mercados en las últimas dos semanas: la caída de Silicon Valley Bank y el rescate de Credit Suisse.