Con una crisis bancaria en ciernes en Estados Unidos, la atención de los inversores este miércoles está puesta en Credit Suisse, una entidad que lleva años sorteando las dudas del mercado y que vuelve a estar en el ojo del huracán tras reconocer públicamente sus problemas, entre los que se encuentran una fuga de clientes y la falta de apoyo de su principal accionista.
La entidad se dejaba en bolsa este miércoles más de un 20%, lo que ha generado un efecto dominó en el resto del sector bancario. Entre los más afectados estaban Société Générale (-12%), BNP Paribas (-12%), Commerzbank (-11%) y Deutsche Bank (-8,5%).
Entre los bancos españoles, Sabadell vuelve a ser el que se lleva la peor parte, como le ha pasado también durante los últimos días con las caídas provocadas por el colapso del Silicon Valley Bank. Se deja ahora más de un 9%, con BBVA siguiéndole el ritmo al caer un 8%.
Los temores han llevado a la suspensión de la cotización del propio Credit Suisse, Société Générale, Monte dei Paschi y UniCredit. En el momento, Société Générale caía un 9,93%, hasta los 22,04 euros por acción. En el caso del Monte dei Paschi, el descenso era del 7,71%, hasta los 16,29 euros; mientras que UniCredit perdía un 6,54%, hasta los 2 euros por título.
Especialmente preocupante sería un contagio al Monte dei Paschi, una entidad que ostenta el dudoso honor de mostrar la peor resistencia a una hipotética crisis en los test de estrés. En los llevados a cabo por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) en el verano de 2021 su resultado fue que no aguantaría una recesión, pues mantendría un capital del -0,1% en un escenario adverso.
Por su parte, Credit Suisse pasó el año pasado los test de estrés de la Reserva Federal de Estados Unidos por la filial que tiene allí. En el mismo, entre los bancos europeos que tuvieron que someterse al mismo por su carácter de sistémicos, Deutsche Bank alcanzó una ratio de capital del 22,8% en un escenario moderado, mientras que Credit Suisse fue el tercero con resultado más alto, 20,1%. HSBC se quedó por atrás con un 7,7%.
Sin embargo, como puntualizaba Reuters en el momento, la ratio de Credit Suisse era la que más caía en el escenario adverso, dejándose siete puntos porcentuales desde su calificación en el escenario moderado. HSBC era en esta consideración el segundo que peor lo haría.
Problemas acumulados
Las dudas vuelven al sector bancario en un momento en el que los inversores aún están digiriendo la caída de Silicon Valley Bank en Estados Unidos. La crisis que está viviendo Credit Suisse, sin embargo, poco tiene que ver con el colapso del 16º banco por activos del país anglosajón.
La entidad suiza despertó los temores el martes tras reconocer en su informe anual -cuya publicación había estado retrasando- que "la gestión [de la entidad] no diseñó ni mantuvo un proceso de evaluación de riesgos efectivo para identificar y analizar el riesgo de incorrecciones importantes en sus estados financieros".
De hecho, la publicación del informe sobre los resultados de la entidad se retrasó debido a un requerimiento de la SEC -la CNMV de Estados Unidos, donde el banco tiene una filial- para que aclarara una cuestión "técnica" sobre sus estados de cash flow de tres años antes.
Pese a que la entidad afirmó que esta situación no había tenido un impacto material en sus cuentas de 2022, que por sí mismas reflejaron las peores pérdidas desde la pasada crisis financiera, lo cierto es que el reconocimiento por parte de la entidad de sus problemas ha hecho saltar las alarmas.
A Credit Suisse le cuesta levantar cabeza especialmente desde la primavera de 2021, cuando reconoció pérdidas por valor de 4.000 millones de euros por su exposición a Archegos, tras lo cual sufrió fuertes salidas de depósitos que ha estado intentando recuperar durante los últimos meses. El año pasado la entidad experimentó una retirada de liquidez por valor de 123.200 millones de francos suizos (126.000 millones de euros).
La última estocada ha sido la falta de apoyo de su principal accionista, Banco Nacional Saudí, que ya ha advertido de que no continuará inyectando asistencia financiera al banco para afrontar sus problemas. "No podemos porque superaríamos el 10% del accionariado, es una cuestión regulatoria", ha apuntado su presidente, Ammar al Khudairy, en declaraciones a la agencia Bloomberg recogidas por la agencia Efe.