No ha pasado tanto tiempo desde que la única manera en la que era posible consultar los movimientos bancarios era acudir al cajero o a la oficina con una libreta bancaria. El vuelco que la banca online ha dado a la relación de los clientes con sus entidades está potenciando la extinción de estos documentos, pues ahora es posible consultar el registro de la cuenta bancaria en apenas unos segundos desde el móvil. Es por eso por lo que cada vez se ven menos clientes actualizando la cartilla en el cajero, una acción que parece haber quedado destinada únicamente a los mayores.
En España perviven aún al menos 13 millones de cartillas de ahorro, de acuerdo con los datos que EL ESPAÑOL-Invertia ha recopilado de diferentes entidades. No obstante, el número real es superior, dado que Unicaja, Abanca y Kutxabank no han proporcionado esta cifra.
El volumen es mayor en CaixaBank, que aún contabiliza 4,8 millones de libretas de ahorro en circulación. Santander dispone de algo más de 4 millones, mientras que BBVA tiene unos 2 millones de libretas operativas.
En el caso de Sabadell, hay 1,12 millones de cartillas activas, mientras que en el de Ibercaja son unas 320.000. Cajamar, por su parte, tiene aún 846.817 libretas de ahorro en circulación. Desde Bankinter explican que en el último año se han renovado unas 27, de forma que el número total en circulación es muy bajo.
Pese a lo abultado de la cifra, hay que tener en cuenta que todas estas entidades suman un número muy elevado de clientes en España, pues solamente entre Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell dan servicio a casi 50 millones de usuarios (hay que tener en cuenta que un cliente puede serlo de varios bancos). El dato del número de cartillas, por tanto, no es demasiado alto. En el caso de CaixaBank, la entidad con más clientes en España, las libretas representan en torno a un 23%.
Gratuitas en su mayoría
Y es que cada vez se renuevan menos estos cuadernillos que ejercen de soporte físico y tangible de las cuentas bancarias. Los que lo hacen son, por lo general, clientes mayores que no utilizan asiduamente la banca online (o nunca) y siguen necesitando un registro físico de sus movimientos para comprobar cómo evoluciona su dinero.
El servicio se sigue manteniendo a pesar de que cada vez se utilice menos, si bien los bancos han cambiado sus condiciones. En algunos casos se ofrecen estas libretas de forma gratuita, en otros solo a los mayores y en otras entidades se carga un coste.
Según han informado los propios bancos a este periódico, BBVA lo sigue ofreciendo de forma gratuita, así como CaixaBank, Unicaja, Bankinter, Abanca y Cajamar. En el caso de Ibercaja, es gratis para mayores de 70 años, mientras que Santander cobra una comisión por emitirlas.
Desde las entidades explican que todos los clientes que quieran tener libreta podrán hacerlo. No obstante, OCU publicó el mes pasado un estudio según el cual Abanca, BBVA, Bankinter y Caja Rural de Jaén ya no ofrecen la posibilidad de contar con una de estas libretas.
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Fuentes de BBVA explican a este periódico que "mantiene este servicio a todos aquellos clientes que tengan la libreta" y que "nunca ha tenido intención de retirar este servicio, si bien hoy prácticamente no hay demanda nueva de libretas gracias a la facilidad que ofrecen los nuevos canales digitales".
Desde Bankinter señalan también que la entidad "no ha eliminado" las cartillas y que "aquellos clientes que quieran tener libreta la tienen", mientras que por parte de Abanca apuntan que "las libretas se mantienen, se les da a los mayores de 65 que las piden y pueden utilizarla en cualquier oficina en el cajero automático".
Diferentes usos
Las peticiones a los bancos para renovar estos documentos son cada vez menos debido a que la mayoría de los clientes utiliza habitualmente los canales digitales, como las aplicaciones y la banca online. Y es que los clientes muy jóvenes, de hecho, ni siquiera saben qué es una cartilla bancaria, pues nunca han llegado a utilizarla.
Los mayores sí lo hacen y para algunos es clave para conocer sus movimientos dado que no utilizan la banca online, si bien su uso es cada vez más marginal. De acuerdo con un estudio publicado por Asufin el mes pasado, entre los clientes mayores solamente un 40,9% las utiliza y el porcentaje se reduce especialmente en Abanca (7,3%) y BBVA (13,4%) mientras que el mayor uso se mantiene en Unicaja (66,9%) y CaixaBank (73,9%).
Durante años, antes de la irrupción de la banca online, estos cuadernillos han sido muy útiles para clientes de todas las edades, si bien cuando nacieron, en el siglo VIII, ni siquiera estaban relacionadas con las cuentas y el ahorro, sino que se utilizaban para registrar la contabilidad. Entonces se llamaban libretas de cuentas.
No fue hasta el siglo XIX cuando empezaron a circular en Reino Unido las primeras versiones de lo que a día de hoy conocemos como cartilla de ahorro, que estaban asociadas, ya sí, a una cuenta bancaria. Empezó a emitirlas el británico Post Office Savings Bank and National Savings, según explica CaixaBank en su blog.
A España llegaron en el siglo XX, pero su momentum tuvo lugar con el nacimiento hace medio siglo de los cajeros, que permitían actualizar estos cuadernillos sin que fuera necesaria la intervención de un trabajador de la entidad.
Precisamente los cajeros, al igual que ocurre con el número de oficinas bancarias, están desapareciendo poco a poco según los clientes van necesitándolos menos. Aunque es cierto que el efectivo se sigue utilizando mucho, los pagos digitales están creciendo exponencialmente y va siendo menos necesario obtener cash.
En un mundo en el que los clientes van cada vez menos a los cajeros y pueden consultar sus posiciones en cualquier momento desde su móvil, estas libretas de ahorro van sufriendo una lenta extinción. Tendrán que ser los más de 13 millones de clientes que aún las utilizan quienes les expliquen a sus nietos su uso y por qué tiene sentido pedir otra al banco cuando los movimientos bancarios llegan a la última línea de la última página.