La filial británica de Sabadell publicó el jueves sus resultados, al igual que lo hizo su matriz. TSB obtuvo un beneficio atribuido de 87 millones de euros en 2022 (un 10% del beneficio del grupo), lo que supone un 26,2% menos que un año antes.

No obstante, sus ganancias antes de impuestos, que alcanzaron los 182 millones de euros (+21,5% respecto al año anterior), marcaron un récord desde que se integró en Sabadell. Esta cantidad supone casi el 15% del beneficio antes de impuestos del grupo. Fruto de estas ganancias, la entidad ha decidido comenzar a pagar dividendo al que es su accionista único.

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"Como resultado del progreso que hemos hecho, este año pretendemos pagar un dividendo a Sabadell por primera vez", afirmó Robin Bullochhan, consejero delegado de TSB, durante la conferencia que la entidad ha concedido a analistas con motivo de la presentación de resultados.

El importe será de 50 millones de libras, lo que equivale a unos 57 millones de euros al cambio actual y se abonará a lo largo del primer trimestre de este año, tras recibir las autorizaciones correspondientes. "Es un hito importante para TSB y demuestra el progreso que hemos hecho en los últimos años para devolver el negocio a una rentabilidad sostenible", añadió el director financiero de TSB, Declan Hourican.

Una historia atropellada

Una cifra de resultados antes de impuestos que ya tiene en cuenta la multa impuesta por parte del regulador británico de 48,65 millones de libras (unos 55,26 millones de euros al cambio actual) que el banco tuvo que abonar debido a los problemas que generó a los clientes su migración tecnológica en 2018.

Y es que durante sus últimos años tanto Sabadell como TSB han tenido que hacer frente a algunas turbulencias. La entidad que dirige César González-Bueno se hizo hace ya ocho años con el banco británico por más de 2.000 millones de euros. 

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El proceso de migración tecnológica de la entidad desde su antigua matriz, Lloyds, sin embargo, no se produjo hasta abril de 2018. Y no salió bien. A lo largo del proceso se produjeron fallos que provocaron bloqueos de cuentas de clientes e intentos de fraude.

Un caos que se saldó con un coste superior a los 300 millones de euros para Sabadell, que lo asumió en sus cuentas del ejercicio 2018, y un importante daño reputacional. El caso llegó, incluso, al Parlamento británico y a la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) de Reino Unido, que abrió una investigación sobre la migración.

A los meses de esfuerzo para solucionar los problemas y compensar a los clientes siguieron los años que TSB tardó en recuperarse y en empezar a dar beneficio a Sabadell, algo que ocurrió en el primer trimestre de 2021.

La entidad pudo dar carpetazo a la cuestión el pasado mes de diciembre, cuando informó a través de un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de la multa impuesta por las autoridades.

Sabadell se queda con TSB

La pesadilla de la migración hizo a Sabadell plantearse la venta de su filial británica entre finales de 2020 y principios del año siguiente y en el momento se habló de que al menos una oferta había llegado a la mesa de los gestores del banco, si bien el proceso en ningún momento llegó a buen puerto.

Y ahora el banco, tras probar que TSB podía volver a la senda correcta, quiere quedarse con la entidad británica. Así, al menos, lo manifiestan sus gestores desde hace años cada vez que se les pregunta por la cuestión.

El mandato del consejo de administración es claro, como siempre dice González-Bueno: el plan pasa por quedarse con TSB. En la presentación de resultados del jueves el banquero volvió a insistir en que el grupo está cómodo con el "perímetro" que tiene en la actualidad, apostando una vez más públicamente por no vender la filial británica.