"No hay ninguna razón por la que muchos ciudadanos y empresas en la UE no puedan enviar y recibir dinero de forma inmediata, ya que la tecnología que lo permite está disponible desde 2017", se queja la comisaria europea de Servicios Financieros, Mairead McGuinness. Sin embargo, sólo el 11% de las trasferencias que se realizan en Europa son instantáneas, frente al 90% en países como Brasil o India. En algunos Estados miembros, este tipo de operaciones tienen un precio disparado que puede llegar a los 30 euros.
Para acabar con este retraso, la Comisión de Ursula von der Leyen ha adoptado este miércoles un proyecto de reglamento que obligará a todos los bancos comunitarios a ofrecer a sus clientes servicios de pago instantáneo como Bizum: transferencias en apenas 10 segundos, disponibles las 24 horas del día los 365 días del año. "Esta facilidad para enviar y recibir dinero en segundos es especialmente importante en un momento en que las facturas de los hogares y las pymes están aumentando y cada céntimo cuenta", sostiene McGuinness.
El Ejecutivo comunitario asegura que su objetivo no es sustituir sino complementar las transferencias tradicionales (que pueden tardar hasta tres días). Pero también destaca que los pagos instantáneos no sólo aumentan la velocidad y la comodidad para los consumidores, sino que además ayudan a liberar el dinero bloqueado en tránsito en el sistema financiero (casi 200.000 millones de euros cada día), que podrá utilizarse antes para consumo o inversión.
El impulso a los pagos instantáneos dará además nuevas posibilidades a las empresas Fintech, que llevan tiempo reclamando este reglamento para desarrollar negocios innovadores. También aumentará la competencia con los gigantes del pago, como Visa o MasterCard.
¿Cómo se explica el retraso de la UE en materia de pagos instantáneos? Algunas entidades aducen que el servicio no tiene demanda, lo cual para Bruselas no tiene ningún fundamento. Otras se muestran reticentes a hacer una inversión tan elevada hasta tener garantías de que el resto también acepta este servicio.
Por ello, Bruselas ha llegado a la conclusión de que se necesita una intervención legislativa para desbloquear los efectos de red a gran escala conectando a todos los proveedores de servicios de pago a la tecnología de pago instantáneo, abordando los problemas de altos precios y mitigando el riesgo de fraudes y errores.
La propuesta de este miércoles modifica y moderniza el reglamento de 2012 de la zona única de pagos en euros (SEPA). Para lograr que los pagos instantáneos en euros estén universalmente disponibles, la norma obliga a las entidades que ya ofrecen transferencias normales a poner a disposición de sus clientes también su versión instantánea.
En segundo lugar, el reglamento establece que el precio de estos pagos instantáneos no superar al de las trasferencias tradicionales. El objetivo último de Bruselas es que estas operaciones tengan un coste cero.
Para aumentar la confianza en los pagos instantáneos, los proveedores deberán verificar la coincidencia entre el número de cuenta bancaria (IBAN) y el nombre del beneficiario proporcionado por el pagador con el fin de alertar a éste de un posible error o fraude antes de que se realice el pago.
Finalmente, el reglamento fija un procedimiento simplificado por el cual las entidades verificarán al menos diariamente a sus clientes para verificar si están afectados por las sanciones de la UE, en lugar de tener que filtrar todas las transacciones una por una. De esta forma, se eliminan las fricciones en el procesamiento de los pagos instantáneos, preservando al mismo tiempo la eficacia de las sanciones.
El proyecto de reglamento todavía debe ser negociado y aprobado tanto por el Ecofin como por la Eurocámara. Una vez que entre en vigor, la obligación de ofrecer el servicio de recepción de pagos instantáneos se aplicará en un plazo de seis meses, mientras que para el servicio de envío de pagos los bancos dispondrán de 12 meses.