El estallido de la guerra en Ucrania tras la invasión de Rusia puede complicar las cosas a las empresas españolas, muchas de las cuales ya se endeudaron considerablemente durante la pandemia. Aunque aún existe mucha incertidumbre sobre el impacto económico de la guerra, lo cierto es que es posible que la escalada de la inflación dé lugar, entre otras consecuencias, a un repunte de la morosidad en los próximos meses.
La clave va a estar en las políticas públicas que se pongan en marcha para intentar evitarlo. Para Josep Oliu, presidente de Sabadell, aunque está claro que habrá crecimiento este año y el próximo, lo cierto es que existen "nubarrones" en el horizonte. "Con un afinamiento de la gestión [empresarial] y no uno de la política, que pueda favorecer el mantenimiento de la actividad empresarial, puede haber aumentos de morosidad circunstanciales".
Para el banquero, de producirse un aumento del nivel de impagos debido al conflicto bélico, sería en todo caso "circunstancial" y "no importante". Con todo, en un encuentro con medios celebrado el jueves subrayó la necesidad de "tener controlada la tasa de morosidad".
Carencias de los créditos ICO
Los próximos meses van a ser determinantes para la evolución de la deuda de las empresas. El próximo trimestre está previsto que venzan las carencias de los conocidos como créditos ICO -la financiación con aval estatal concedida a empresas en problemas tras la llegada de la Covid-, por lo que miles de compañías tendrán que empezar a pagar el capital de estos préstamos y no solamente el interés, como han venido haciendo durante los últimos dos años. Y no es buen momento con las consecuencias que la inflación está teniendo en las compañías.
Es por eso que el Gobierno ha anunciado ya que ampliará las carencias, los vencimientos y las líneas de crédito avalado para que las empresas puedan seguir contando con liquidez y tengan más tiempo para hacer frente a sus deudas.
De esta forma, tanto el Estado -que avala a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO) entre un 60% y un 80% de estos créditos- como el sector financiero esquivan una posible oleada de impagos que se temía para los próximos meses y que se iba a agravar por las consecuencias económicas de la guerra en las empresas (principalmente, la inflación). Por el momento, la morosidad se encuentra en mínimos (cerró enero en el 4,32%) y los expertos preveían que se situara hasta en el 6,5% por el fin de las carencias. Este crecimiento se aplazará o diluirá en el tiempo gracias a las ampliaciones de plazos.
A falta de los detalles sobre estas nuevas líneas de crédito avalado, desde Sabadell valoran muy positivamente esta decisión del Gobierno. "Nos parecen unas medidas buenísimas", apuntaba César González-Bueno, consejero delegado de Sabadell, en el mismo foro, para después añadir que es necesario que sean "de alcance", dado que las empresas necesitan "liquidez y apoyo".
Impacto indirecto
La exposición directa de Sabadell a Ucrania o Rusia es "bajísima", apenas de "unos cientos de millones en hipotecas de ciudadanos con residencia fiscal en Rusia". Es por ello que lo que puede preocupar al banco no es un impacto directo de la guerra, sino los posibles efectos indirectos.
"Hablamos de inflación y, especialmente, de los precios de la energía", expuso González-Bueno, que explicó que desde el banco se está trabajando con "los clientes más sensibles", es decir, los que dependen más de ingresos relacionados con el sector energético. Desde la entidad les ayudan a "buscar opciones" para contar con "alternativas de energía verde más próxima y sostenible".
De nuevo, el banco fía al acierto de las autoridades en sus políticas las consecuencias que esta crisis pueda tener sobre las empresas. "Estamos muy expectantes por ver cuál será el impacto, que será mayor o menor en función de las medidas monetarias y fiscales que tomen los estamentos públicos", dijo.
Con todo, en su opinión ahora el Estado cuenta con una ventaja y es que la pandemia ya puso a prueba una serie de medidas que ahora también van a ser necesarias, como los créditos ICO.
"Hasta el Covid todo era política monetaria. Eso ahora ha cambiado. Es desafortunado que haya que volver a hacerlo, pero así lo exigen la sociedad y el buen funcionamiento de la economía", añadió.
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