La investigación que está llevando a cabo la Audiencia Nacional sobre el 'caso Popular' puede dejar malparada a la CNMV. A las dudas que existen sobre el papel que jugó el expresidente de la CNMV, Sebastián Albella, en los últimos momentos del banco por su conflicto de interés como exasesor de la entidad cuando era socio de Linklaters, se suma ahora otro testimonio. Nada menos que el de un exdirectivo del organismo que arroja dudas sobre el rigor con el que se abordó la crisis del banco por parte del supervisor.
Este martes ha acudido a declarar Carlos Sánchez-Vilar Burdiel, exresponsable de la Unidad de Vigilancia del Mercado de la CNMV. Se trata del directivo que firmó el informe sobre la posible manipulación de mercado sobre las acciones del Banco Popular. Y de su testimonio se desprende una inacción que acabó pasando factura a los accionistas de la entidad.
Según ha reconocido Sánchez-Vilar ante el juez José Luis Calama, la CNMV no investigó en profundidad las posiciones cortas que atacaron al banco en las semanas previas a su resolución. Y tampoco se indagó a fondo sobre la difusión de las noticias que dañaron la imagen de la entidad y que provocaron la crisis de liquidez del banco.
Fuentes conocedoras del contenido de esa declaración cuentan a EL ESPAÑOL-Invertia que la conclusión que extrajo el supervisor sobre su investigación es que no había evidencias de que se iba a precipitar la caída del banco, como finalmente ocurrió, cuando fue resuelto y comprado por un euro por el Banco Santander.
Cortos por el 12%
El volumen de posiciones cortas en el capital del Popular llegó a alcanzar niveles desconocidos en la Bolsa española, puesto que se superó el 12% del capital. Esto suponía una anomalía que fue denunciada por la asociación de minoritarios AEMEC.
El informe de Sánchez-Vilar constató la existencia de esas posiciones cortas sobre el banco. Sin embargo, la CNMV decidió no seguir investigando.
Es un hecho que fuentes involucradas en el caso consideran "escandaloso", dado que el supervisor contaba con herramientas legales para actuar ante estos hechos en virtud del Real Decreto Legislativo 4/2015, de 23 de octubre.
Albella y Buenaventura
Tanto el expresidente de la CNMV, Sebastián Albella, como el actual, Rodrigo Buenaventura (que en aquellos años era director general de Mercados del organismo) han acudido a declarar en los últimos meses a la Audiencia Nacional por este caso.
Buenaventura defendió ante el juez que el organismo no encontró irregularidades. Sin embargo, con el testimonio de este martes se podría poner de manifiesto que el interés del supervisor por llegar hasta el final fue limitado.
En ese sentido, desde el entorno de una de las defensas se recuerda que entre las facultades que tiene la CNMV figura la de prohibir las posiciones cortas, como se ha hecho en otros casos y como -de hecho- se hizo poco después en Liberbank.
Entre los fondos que apostaron por posicionarse en corto en el Popular figuran AQR o Marshall Wace -hedge fund financiado por JP Morgan, entidad de la que provenía el último presidente del Popular, Emilio Saracho-.
La Audiencia Nacional mantiene abiertas dos piezas sobre la crisis que precipitó la desaparición de la entidad. Una de ellas afecta al expresidente del banco, Ángel Ron, y la otra, a Saracho, su sucesor en el cargo.
En esta segunda pieza, que afecta al mandato de los últimos meses del Popular, el foco está en una supuesta o posible "manipulación de mercado". Y la CNMV tiene mucho que decir sobre este asunto, dado que hubo noticias difundidas por la prensa que aceleraron una crisis de liquidez, así como un testimonio de la presidenta de la JUR, Elke König, a la agencia Reuters a finales de mayo que también provocó una salida de capitales del banco por temor a una inminente intervención.
A juzgar por la declaración de este martes, el supervisor podría no haber actuado con toda la contundencia necesaria para evitar el desenlace final del Popular.