La principal diferencia entre los neobancos, como N26, y las entidades más tradicionales está clara para Marta Echarri, directora general de la entidad en España y Portugal. "Ellos van caminando como un dinosaurio con los pasos muy pesados. Nosotros vamos en pantalones cortos por la vida, muy ligeros", explica durante una entrevista con Invertia.
El sector financiero transita en estos momentos un camino complicado y lleno de obstáculos. A la baja rentabilidad, minada por los inmutables tipos de interés, se suma el deterioro económico de la pandemia, que traerá al sistema un fuerte aumento de la morosidad.
En este contexto, N26 es muy optimista con su futuro, al que se enfrenta con un modelo diferente al de la banca tradicional. "El hecho de que esté habiendo tantas fusiones entre los bancos principales para nosotros es una oportunidad enorme", apunta Echarri, que defiende un modelo de banca de suscripción en el que es el cliente el que elige cómo de estrecha quiere que sea su relación con el banco, no al revés.
"El cliente está muy cansado de que sea el banco el que le impone lo que necesita para trabajar con él y le diga: Le voy a dar una cuenta gratuita, pero me tiene que traer su hipoteca, su plan de pensiones y su nómina. Y si no me trae estas tres cosas, entonces le empezaré a cobrar", explica Echarri, que se incorporó al banco el pasado mes de enero procedente de Lombard Odier.
La directora general de N26 asemeja la provisión de servicios financieros a la oferta de alojamiento que hay en la industria hotelera. "Te puedes ir a una habitación de hotel que es muy baratita, pero que tienen lo mínimo y necesario, al Holiday Inn de turno, o te puedes ir al Four Seasons, donde tienes un señor te lleva la maleta, un albornoz espectacular y te dejan elegir las almohadas. Esto tiene un precio, pero eres tú el que elige", ejemplifica.
Banca a la carta
En este marco de modelo de suscripción, N26 sigue apostando por una cuenta gratuita "de verdad: sin condiciones y sin vinculaciones" (Estándar), que es la que prefiere la mayoría de sus clientes, pero también ofrece otros tres niveles de vinculación: Smart, que cuesta 4,9 euros al mes; You, por 9,9 euros, o Metal, por la que se pagan 16,9 euros mensuales, "como dos copas".
La oferta es similar para los clientes autónomos, que se enmarcan en la categoría Business pero pueden optar a los mismos niveles de vinculación que los particulares. Es precisamente este segmento el que más crecimiento está experimentando en estos momentos. "Las tarjetas Business son las que ahora están volando. Este semestre el foco en las tarjetas de autónomos ha sido brutal y lo estamos viendo en los números", señala.
Un modelo que choca con el que ofrecen los bancos más tradicionales, que, en busca de una mayor rentabilidad, cada vez tienden más a exigir una mayor vinculación a los clientes a cambio de no pagar comisiones por su cuenta.
¿Cómo pueden convivir estas diferencias en un mismo sector? "La infraestructura de costes que tienen nuestros competidores tradicionales es demasiado pesada. El hecho de que tengan las sucursales que tienen y su gestión, la gestión del legado tecnológico... Van caminando como un dinosaurio con los pasos muy pesados", apunta Echarri. N26, sin embargo, no tiene sucursales ni planes de tenerlas, lo que le hace caminar "muy ligero".
Las cifras, defiende Echarri, avalan su teoría. La entidad ha elevado su número de clientes un 70% entre 2020 y lo que va de 2021. "Los americanos nos consideran una high growth company, una compañía de altísimo crecimiento, incluso hablan de hipercrecimiento", explica a este periódico.
La estructura de costes de su compañía es mucho más sencilla. "Nuestros gastos son el motor tecnológico de nuestra compañía y, por supuesto, los empleados. Para todo lo demás vamos en pantalones cortos por la vida, vamos bien ligeros", añade la directora del banco, que tiene licencia bancaria en Alemania y está cubierto por su fondo de garantía de depósitos, aunque como sucursal de establecimiento permanente en España está también bajo el paraguas supervisor del Banco de España.
Marketplace y criptos
Para futuro, los planes de N26 pasan por lanzar al mercado un marketplace en el que se ofrecerán productos de ahorro, seguros, trading y, en general, compraventa de activos financieros, entre los que se encuentran también los criptoactivos. "Estratégicamente está totalmente en nuestra hoja de ruta", explica Echarri sobre estos últimos.
La entidad trabaja en estos momentos en sellar alianzas con terceros tanto en Europa como en cada uno de los mercados en los que está presente para lanzar este marketplace, que permitirá la compra de los productos en la propia aplicación de N26.
"Con esto lo que estamos haciendo es evitarle al cliente un paso adicional, pues a través de nuestra verificación propia ya va a tener acceso a nuestro partner", explica la directora general de N26, que destaca como uno de sus fuertes el desarrollo tecnológico: "Desde el punto de vista tecnológico, los avances con los que operamos nosotros la verdad es que son difíciles de batir para competidores nuestros más tradicionales".
En los planes de este futuro cercano, por el momento, no está la concesión de crédito, otra circunstancia que diferencia a N26 de los bancos más tradicionales. "Cuando tú prestas te tienes que asegurar de que te devuelven el dinero. Esto es muy obvio, pero es así porque si no te lo devuelven tienes que provisionar fondos y al final del día es una pérdida de facto para tu cuenta de pérdidas y ganancias. Al final, crear una puntuación de crédito por cliente exige una serie de requisitos regulatorios y de negocio que hemos decidido dejar para una eventual segunda etapa", explica Echarri.
Acceso al efectivo
El banco ha puesto en marcha recientemente CASH26, una funcionalidad que permite a sus clientes ingresar y retirar efectivo en comercios del Grupo Bon Preu y CSQ a través de un acuerdo con Viafintech, con el que N26 tiene un contrato de exclusividad.
Además, los clientes del banco disponen de entre tres y ocho retiradas de efectivo gratuitas al mes en cajeros de toda la zona euro, dependiendo de la modalidad de cuenta que tengan contratada, aunque Echarri reconoce que el efectivo cada vez se utiliza menos.
"Cada vez más la gente prefiere dejar de usar el efectivo, dejar de tocar billetes. No solo cosméticamente, sino que desde el punto de vista de la salud es bastante peor que literalmente pagar con tu teléfono", reconoce Echarri. La pandemia ha acelerado estas dinámicas incluso en el caso de sus clientes, que antes ya estaban "muy familiarizados con los pagos contactless (sin contacto)".
Como cuenta Echarri, los clientes de su banco, de perfil mayoritario entre los 30 y los 40 años, no necesitan llevar nada más que el móvil y las llaves cuando salen a correr, por ejemplo, porque pueden efectuar los pagos directamente desde su dispositivo o sacar dinero a través de la aplicación móvil. Una muestra más de ese caminar "ligero" que guía a la entidad, un neobanco que, frente a las pesadas mochilas de otros competidores, transita su camino en el sector financiero en "pantalones cortos".