Las tarjetas 'revolving' se han convertido en el nuevo quebradero de cabeza judicial para la banca española y para los miles de clientes afectados por unos tipos de interés que engordan como una bola de nieve con el paso del tiempo. Según la Memoria Anual de Reclamaciones del Banco de España, aunque las hipotecas siguen copando el mayor número de reclamaciones por parte del cliente, las de tarjetas fueron las que más crecieron el pasado año, debido sobre todo por uso extensivo de las 'revolving' como método de financiación.
En concreto, las reclamaciones sobre tarjetas han subido en 750 respecto al año anterior hasta un total de 2.619, un 40,1% más siguiendo una tendencia que se repite desde 2017, cuando el crecimiento de las reclamaciones fue ¡del 26,7%.
Desde el Banco de España indican que "se observa que hasta 2017 existía una gran correlación entre la categoría de cuentas y la de tarjetas, ya que, cuando una crecía en número de reclamaciones, la otra también pero a partir de dicho año las reclamaciones sobre tarjetas empezaron a crecer considerablemente —recuérdese, el 26,7% en 2018 y el 40,1% en 2019—, habiendo superado en 2019 el valor máximo de la década".
El comportamiento de las reclamaciones sobre tarjetas en los dos últimos años se
debe, principalmente, al crecimiento de las quejas sobre operaciones fraudulentas, que constituye el motivo principal de reclamación sobre este producto, con 814 reclamaciones, el 31,1% de la categoría.
Pero también se debe a ese aumento de las reclamaciones sobre tarjetas 'revolving', que han pasado de 204 en 2018 a 599 este año, con un crecimiento disparado del 193,6%.
Hipotecas
Aunque las reclamaciones sobre tarjetas son las que más crecieron en 2019, las hipotecas siguen copando el mayor número de reclamaciones, representando el 30,5% sobre el total recibidas por el Banco de España. Aún así, esa cifra es muy inferior al 54% que suponían en 2018 o al 81,4% de 2017, debido a una disminución en las 'solicitudes' sobre las cláusulas suelo y los gastos de formalización, que siguen copando, no obstante, los primeros puestos en la lista de motivos por los que reclamar.
El siguiente es la problemática con los productos vinculados, con 579 reclamaciones, el 13% dentro de esta categoría. Con menor peso, se encuentra el cobro de comisiones de diversa naturaleza, con 379 reclamaciones.
Supervisar en tiempos de coronavirus
La Memoria Anual de Reclamaciones del Banco de España hecha pública este miércoles deja dos cosas claras. La primera, que sigue habiendo mala praxis en el negocio bancario y, la segunda, que los clientes no tienen todas las de ganar cuando inician un proceso de reclamación.
En total, el Banco de España tramitó 14.638 reclamaciones y 30.462 consultas de los ciudadanos en 2019. La cifra supone un 25% menos que el año anterior, y retorna esta actividad a volúmenes similares a 2013, año en el que las quejas de los clientes bancarios comenzaron a dispararse a raíz de los casos de clausulas suelo y gastos de formalización de las hipotecas.
Del total de las reclamaciones tramitadas, apenas se pudieron resolver 5.641, de las que 1.604 fueron favorables a la entidad y otras 4.037 al cliente. Eso no quiere decir que estas últimas se 'salieran con la suya' pues, solo en 2.953 casos (un 73,1% sobre el total favorable al cliente), la entidad rectificó su posición.
En una carta que precede a los datos de la Memoria, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos deja claro que el organismo ha reforzado durante la crisis del coronavirus su actividad consultiva y supervisora "para que las medidas que se han ido adoptando sean correctamente comprendidas y aplicadas", en materia de financiación, moratorias, adelanto de prestaciones, etc.
"La adecuada comercialización y puesta en marcha de estas medidas no solo deberá contribuir a facilitar la recuperación económica, sino que es también una excelente oportunidad para reforzar la confianza y la reputación del sector bancario frente a la sociedad española", insiste.