Los Díaz Cadenas son ocho hermanos que empezaron hace 50 años ayudando a su padre a vender San Miguel puerta a puerta en Lantejuela mientras echaban un cable en la tienda de ultramarinos que tenía su familia en este pueblo sevillano.

Hoy esa tienda de cuatro metros cuadrados se ha convertido en una cadena de 16 supermercados con 327 empleados y una facturación cercana a los 60 millones de euros, según ha explicado a EL ESPAÑOL-Invertia Francisco Jesús, el presidente del grupo de alimentación Díaz Cadenas.

Próximamente celebrarán el 50 aniversario del momento en el que sus padres cortaron la cinta de la tienda de ultramarinos: "Nos criamos tras un mostrador". Ahora el plan de este grupo de alimentación incluye la apertura de cuatro nuevos supermercados cada año.

La tienda de ultramarinos en Lantejuela. Díaz Cadenas.

"Señora, ¿le hará falta a usted cerveza?", era la frase que Francisco Jesús iba repitiendo casa por casa en Lantejuela durante su niñez. Su padre había comprado un solar y había comenzado a distribuir cervezas de San Miguel, Kas, Konga y vinos a granel del condado de Huelva.

Sin embargo, el punto de inflexión en esta familia llega con el fallecimiento del padre, cuando los ocho hermanos tenían edades entre los 14 y los dos años. A partir de ese momento, los niños, junto con la madre, tomaron las riendas del negocio familiar.

Los siete hermanos y la madre de los Díaz Cadenas. Díaz Cadenas.

A medida que los hermanos fueron creciendo, llegó la necesidad de expandirse. "Éramos tantos que, o nos expandíamos a otros pueblos, o no habría trabajo para todos, en Lantejuela había solo unos 1.800 clientes", añade el presidente. 

Así fue como comenzaron a abrir más locales. "Menos mi hermana más pequeña, los siete trabajamos en Díaz Cadenas. Eso sí, aunque ella no trabaje, sí lo hace su marido", matiza Francisco Jesús. 

Supermercado Díaz Cadenas.

El nuevo plan de expansión del grupo pasa por la apertura de cuatro supermercados cada año. Para los Díaz Cadenas es todo un reto llegar a una nueva localidad. "No te conoce absolutamente nadie y cuesta trabajo conquistarles", reconoce.

Para ganarse a los nuevos clientes, ellos optan por patrocinar equipos locales y realizar acciones sociales en el nuevo destino. El año pasado, el grupo desembarcó en Estepa y Cádiz, pero al mes el presidente tuvo que visitarles para subir los ánimos de la plantilla. 

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"Los competidores se rearman tras tu apertura y las ventas caían y caían, pero al final en un año conseguimos consolidar la tienda", asegura Díaz Cadenas, que apunta como principal dificultad a la brecha de marketing entre los grandes supermercados y los pequeños grupos de alimentación.

Aunque la previsión para 2022 indica que la facturación alcanzará los 60 millones, los Díaz Cadenas "no suelen andar mirando a un objetivo", porque "hay otras cosas que cumplir". 

Uno de los proyectos que más le ilusionan es el dedicado al aceite de oliva 'Maruja Vilches'. Han decidido embotellar el 'oro líquido' bajo el nombre de una mujer de 82 años que se dedica a ayudar al Polígono Sur de Sevilla. "Al final, la gente siempre se apunta a cualquier proyecto que se nos ocurra: ya sea el aceite, recogida de libros o donación de alimentos", concluye Francisco Jesús.