En Sevilla, una de las ciudades más calurosas de España, se encuentra la mayor fábrica de hielo sintético del país. Xtraice vende sus pistas de patinaje de 'falso hielo' en 95 países y prevé disparar su facturación este año por los altos costes energéticos.
"El año pasado hemos facturado seis millones, con un millón de Ebitda, pero este año tenemos previsión de récord de beneficios", explica Adrián Ortiz, CEO de Xtraice. ¿El motivo? El hielo sintético no consume electricidad, ni agua, ni gasóil. Sin embargo, una pista de patinaje al uso, con auténtico hielo, tiene un consumo medio de 25.200 kilovatios, 30.000 litros de agua y 15.375 de gasoil.
La idea de este negocio surgió en 2004, cuando el padre de Adrián trabajaba en una empresa del grupo Acciona y visitaba una feria en Orlando. Allí conoció a una persona que patinaba con cuchillas en una pista de hielo sintético.
"Se sorprendió con el invento y siendo de Sevilla se le encendió la bombilla y pensó que era una gran idea", explica el actual CEO. Poco más tarde, consiguieron traer la distribución del producto canadiense para España y Portugal.
Fue entonces cuando llegaron las curvas: aquellas pistas era de plástico y había que mantenerlas con un líquido que se evaporaba con las temperaturas del sur. "Los canadienses no querían buscar otra solución porque a ellos les funcionaba de maravilla", matiza Ortiz.
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A partir de ese momento, el fundador vio la oportunidad de negocio de Xtraice y consiguió financiación "de amigos y de Caixa Capital Risk". En la actualidad, con una plantilla de solo 35 personas, su producto estrella son las pistas de hielo sintético para pueblos de Estados Unidos y Francia.
Más allá de que el hielo es sintético, con este producto se usan patines de cuchillas tradicionales y también puede contar con sistema de vallado. La pista se puede instalar tanto en interior como exterior y no necesitan más mantenimiento que la limpieza de polvo o suciedad que pueda acumularse.
Pistas domésticas
Una de las líneas de negocio de Xtraice son las pistas domésticas. Consisten en unas instalaciones de entre 15 y 20 metros cuadrados, habitualmente en el garaje, en el patio o en el jardín.
La mayor demanda de este producto se da en Estados Unidos. "Lo usan sobre todo para entrenar movimientos de hockey, los patines te elevan entre cinco y diez centímetros por lo que es fundamental entrenar en condiciones parecidas", explica Ortiz. Aunque el precio depende de las características y extensión, se puede conseguir una pista doméstica desde el medio millón de euros.
El hielo sintético se puede personalizar con colores o logos, según las preferencias del cliente. Una prueba de ello es la pista que instalaron los sevillanos en una fábrica de cacao de Brasil.
Entre los hitos de esta compañía se encuentra que Disneyland Paris decidiera sustituir su pista convencional ubicada en el Hotel Nueva York por una de hielo sintético de Xtraice o haber creado la pista más alta y la más grande del mundo.
La primera se ubica en la planta 94 del rascacielos de Chicago John Hancock Center, a más de 300 metros de altura. La segunda cuenta con una extensión de patinaje de 1.858 metros cuadros en Tokinosumika (Japón).
También son numerosos los deportistas que han elegido este material: los Florida Panthers o los Detroir Red Wings cuentan con pistas de Xtraice para sus entrenamientos.