Tarsis, un avión no tripulado 100% andaluz, está listo para industrializarse y comercializarse. Aertec, la empresa malagueña que este año celebra su 25 aniversario, está completando las recomendaciones del Ministerio de Defensa para esta aeronave.

"Esperamos tener adquisiciones a partir de 2023, ahora mismo es un demostrador de nuestra tecnología, pero hay campañas comerciales en curso", ha explicado el CEO de Aertec, Antonio Gómez-Guillamón.

El avión no tripulado es idóneo para tareas de defensa como la observación, vigilancia y reconocimiento. En la actualidad, la compañía ofrece dos modelos de la aeronave: el 75 y el 25 (por el peso).

El de menor tamaño, Tarsis 25, ya ha volado en Colombia. Durante tres días, ha protagonizado una campaña de vuelos en la que su misión ha sido la de patrullar parte la superficie y localizar diferentes objetivos.

En concreto, esta aeronave no tripulada mide cuatro metros y tiene una autonomía de siete horas. El alcance de sus comunicaciones es de hasta 150 kilómetros de radio y permite detectar objetivos por encima de los 600 metros de altura.

Aeropuerto para drones

Por otra parte, Aertec ha dado el salto a los aeropuertos de drones, más conocidos como vertipuertos. Junto a un consorcio de diez empresas más, participa en un proyecto para crear un vertipuerto en Hamburgo (Alemania).

El objetivo es tener en 2024 el modelo de vertientes modulares. Esto significa que para ese año se tendrán las infraestructuras que se podrán adaptar a los distintos tipos de vehículos aéreos y que incluso podrán trasladarse a otros lugares.

A diferencia de los aeropuertos tradicionales, que son edificios fijos, los vertipuertos buscan poder adaptarse a las necesidades que surjan. "Hoy parece ciencia ficción, pero las aeronaves autónomas que puedan llevar pasajeros o mercancía serán una realidad", resalta el CEO de Aertec. Entre las principales funciones de los vertipuertos se encontrarán las labores de reparto de mercancía. 

La andadura de Aertec se inició hace 25 años en una incubadora de Málaga y, hoy día, ha cogido vuelo en Colombia, Perú, Estados Unidos y Emiratos Árabes, donde cuenta con sociedades filiales. Sus sedes se encuentran en Sevilla, Málaga, Madrid, Hamburgo (Alemania), Chester (Reino Unido) y Toulouse (Francia).

25 aniversario

Con una plantilla de 650 personas, la multinacional espera recuperar su facturación prepandemia de 33,5 millones de euros. En 2021 y 2020, la facturación cayó hasta los 28 millones. 

El objetivo es recuperar para 2023 el crecimiento del 10% anual de la facturación, "llevábamos cuatro años con ese crecimiento", asegura el CEO. "Hemos hecho el valle, pero ya tenemos perspectivas de crecimiento para 2023", remarca.

De su plantilla, el 75% son titulados aniversarios y la compañía espera acompasar el despegue de su facturación con la incorporación de más empleados. Gómez-Guillamón advierte que la demanda de profesionales es mayor que la oferta, "se ha revertido esta situación en solo unos años, antes a los egresados les costaba encontrar su primera oportunidad laboral".

La actividad de Aertec cuenta con tres divisiones. La primera, dedicada a los aeropuertos, es el área más internacional. Consiste en el diseño y planificación de aeropuertos y el 80% de su actividad se da fuera de España. Las otras dos se dedican a la industria aeroespacial y a la tecnología de defensa. Además, la compañía es proveedora estratégica del gigante Airbus.

Uno de los proyectos más ilusionantes de Aertec es la creación de drones de defensa para España y Colombia. "Seguimos sus requisitos para que nuestros sistemas puedan ser operativos para las fuerzas armadas", ha explicado el CEO.

Por el momento, estos dispositivos no están operativos en conflictos, pero se están desarrollando para que sí puedan estarlo en el futuro próximo cuando lo requieran las fuerzas armadas.

Ya cuenta con un contrato con el Ministerio de Defensa que consiste en "desarrollar las capacidades". Es decir, que el dron sea capaz de hacer las funciones que requiere el Ministerio en diferentes escenarios. "Es importante que el Ministerio tenga soberanía tecnológica y hay empresas españolas que podemos garantizarlo", concluye Gómez-Guillamón.