Más de 80 años de experiencia cambiando la formación a distancia. Así describe Iñaki Sacristán, director general de CCC, a una de las compañías líderes en educación online en España que, ahora, se lanza a la Formación Profesional (FP). Un importante cambio en su modelo de negocio que va de la mano con la decidida apuesta de la ministra de Educación, Isabel Celaá, por este tipo de educación superior.
Tal vez sean los orígenes vascos de ambos (la compañía, la ministra y el propio Sacristán) o sólo porque quieren ponerse al nivel de Europa, la empresa pionera en la formación a distancia en España da un salto con 14 ciclos oficiales que "se sincronizan con las exigencias del mercado laboral". Un entorno "cada vez más cambiante" donde los trabajos del hoy, no serán los del mañana.
El grupo CCC se ha acreditado como centro oficial de FP en un momento en el que el propio Ministerio de Educación tiene todos sus esfuerzos en mejorar esta área.
Hay que recordar que la actual ministra fue consejera de educación en el País Vasco, un lugar donde la implantación de la FP es muy importante. Está integrada con el tejido empresarial, porque salió de él. Cuando la ministra era consejera, montó un sistema en la FP que funciona y que está muy avanzado respecto al resto de España. Un sistema parecido al alemán, que tantos éxitos está recogiendo.
¿Qué supone para CCC acreditarse como un centro oficial de FP?
Nuestra forma de hacer las cosas es: ver las necesidades laborales e ir dando soluciones desde diferentes perspectivas. La FP es parte de esa diversificación de negocio que se adapta a las necesidades del mercado laboral. Nuestra vocación es formar en profesiones e ir adaptándonos a cada época. Ahora, hemos detectado que había que dar un salto y acreditarnos como centro oficial de FP. Ya teníamos mucha experiencia previa en alianzas con centros, pero el salto importante era desarrollarlo de forma interna y propia.
Tal vez la FP es una de las opciones educativas con la salida más 'rápida' al mercado laboral. Pero sigue estando mal vista, es el patito feo de la educación superior. ¿Creen que su iniciativa, junto con la de Ministerio, va a conseguir un cambio de criterio?
Es uno de los retos en los que estamos empeñados. El prestigio de la FP es necesario. La empleabilidad de esta formación se está demostrando más alta porque responde mejor a las necesidades del mercado. El nivel de educación, tanto de los ciclos medios como superiores, es muy intensivo. La FP se adapta muy rápido a todas las necesidades actuales, como la tecnología o la combinación de lo presencial y lo online.
En este lanzamiento al mercado de la FP oficial han incorporado 14 ciclos de grado medio y superior en cinco familias profesionales: sanidad, informática, servicios socioculturales, administración y marketing. ¿Por qué?
Tenemos el radar puesto en el mercado. En saber a qué necesidades podemos responder. Por eso hemos buscado titulaciones oficiales de gran demanda laboral y con una tasa de ocupación que supera la media.
¿Los profesores suelen ser personas que estén en el mundo laboral?
Buscamos equipos con gente que sea experta en la materia y con una vida profesional aplicada. Además, trabajamos mucho el método de las tres "C". Significa combinar las competencias técnicas, las competencias sociales y las competencias profesionales. Buscamos que el alumno se pueda desenvolver en el aula como en la empresa.
En una situación de pandemia como la que hemos vivido, los aforos debían de reducirse y se limitaba la presencia en los puestos de trabajo para apostar por el teletrabajo. ¿Os ha causado algún tipo de problema las limitaciones Covid?
La modalidad online, que es nuestra forma de trabajar, se ha posicionado como más necesaria que nunca. La pandemia ha puesto a esta modalidad como una forma atractiva de estudios, pero no es una cosa de la Covid, viene para quedarse. En lo que toca a lo presencial, hemos invertido en aulas interactivas, pensando más allá de la pandemia, dotando las clases con medios interactivos.
En la realización de las prácticas tampoco hemos tenido problemas. Algunos alumnos las han hecho algo más tarde, pero nada reseñable. Contamos con más de 2.500 empresas y hemos garantizado estas prácticas, que son tan importantes para nuestros alumnos. Hay que recordar que el 70% de los estudiantes de la FP se quedan trabajando en la empresa en la que hacen las prácticas.
Que el 70% de los alumnos de FP se quedan en la empresa es un dato altísimo. ¿Tiene que ver con el tipo de mercado al que acceden o por el tipo de formación?
Las modalidades que van a ir avanzando son las duales, es un paso que se está dando hasta en la universidad. Ahora mismo, en la FP se apunta por interactuar con la empresa de una forma muy cercana y real. Todo eso facilita luego una incorporación muy natural al mercado laboral.
La FP tiene un aspecto que no sé si es positivo o negativo, la variedad de estudiantes. Tal vez no tiene un perfil tan 'homogéneo' como la universidad presencial. ¿Es una virtud o una dificultad del sistema?
El perfil de los alumnos es diferente de presencial a online. En el presencial se enfoca un poco a una continuidad del bachillerato. Al final, estos módulos pueden ser un paso hacia la universidad. En el tema online, si hay un perfil muy variado. La generación del baby boom, por ejemplo, viene a renovarse, a cambiar con el mundo laboral que se está transformado. Hoy en día hay profesiones que van a cambiar mucho de aquí a 10 años y las necesidades de mercado laboral van a ser totalmente diferentes.
En su modelo de negocio hablan mucho de emprendimiento, tanto para el mismo trabajador como para la necesidad de la empresa en la que trabaja.
Ahora mismo se busca que los trabajadores de la empresa sean emprendedores en sí mismos, no sólo cuando trabajan para ellos mismos. Nosotros eso lo intentamos trasladar a la FP porque el éxito de un trabajador es el de su propia empresa. No sólo hay que ir a la competencia técnica también a saber desarrollarte con un cliente, con tus compañeros o con tu jefe. Como centro de formación nos hemos puesto como reto que nuestros alumnos desarrollen sus competencias para su propia empresa.
Son una empresa privada trabajando con la formación pública. Un modelo mixto que en educación parece que está mejor visto que en otras áreas, como la sanidad. ¿Qué pueden aportar ustedes frente a una formación de FP en un instituto?
Todos, pública y privada, estamos juntos en mejorar y potenciar la educación. Aportar a los alumnos una calidad de vida. Nuestra empresa privada puede aportar dinamismo, adaptarnos a las nuevas tecnologías. Es algo que puede aportar más la privada porque, a día de hoy, está más cerca de las empresas. Intentamos cubrir con mayor velocidad que los entes públicos las demandas de las empresas. Además, tenemos una mayor velocidad de implantación y de desarrollo.
El ministro de Universidades, Manuel Castells, ha intentado capar a aquellas universidades privadas con títulos de tres años que pocas diferencias tenían con cursos de FP. ¿Desde el sector habéis sentido que este tipo de universidades se han metido en vuestro terreno intentando hiperespecializarse en algo más característico de la FP?
La clave está en que se hagan bien las cosas, hay espacio para todos. Es importante generar un sistema eficiente sin duplicidades y tratar de tener claro cuál debe ser la educación. Las cosas van tan rápido que siempre vamos a tener algunos aspectos que se solapen. No lo vivimos como una amenaza, sino que nos centramos en la calidad y en los servicios y en dar una buena respuesta para nuestros alumnos.
Hay una importante partida, dentro de los fondos europeos NextGeneration, que se van a destinar a las FP. ¿Sabéis cuál va a ser esa distribución? ¿Se ha puesto Educación en contacto con vosotros?
Por el momento, no. Tenemos varias expectativas para ver cómo se van a articular estos fondos porque hay muchas cosas que hacer. Hay que implantar la FP dual, nuevos ciclos que respondan a las necesidades de los próximos años… Veremos a ver.