Alcoa tiene quince días para tomar una decisión sobre el despido colectivo en la planta de aluminio de San Cibrao (Lugo) al finalizar el lunes sin un acuerdo con los empleados el proceso de consulta, para su hipotética venta o un ajuste de empleo (ERTE) sin despidos.
El 13 de agosto de 2020, Alcoa, recuerda en un comunicado remitido esta madrugada a la prensa, anunció que había aceptado llegar a un acuerdo con los representantes de los trabajadores para extender el período formal de consulta del despido colectivo para que la compañía pudiera negociar una posible venta de la planta de aluminio a GFG Alliance. Con todo, el periodo del proceso de negociación se ha completado sin que GFG Alliance y Alcoa llegasen a acuerdo.
Según ese pacto rubricado con la plantilla, en caso de no llegar a un acuerdo de venta el 27 de septiembre de 2020, Alcoa y los representantes de los trabajadores se reunirían durante un día -ha ocurrido este lunes- para negociar un plan social para un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) o la aplicación de un despido colectivo permanente (ERE).
Este 28 de septiembre de 2020, los representantes de los trabajadores, recoge en la nota la propietaria del complejo industrial situado en A Mariña de Lugo, se negaron a negociar un plan social y por ende "no fue posible un acuerdo", por lo que Alcoa cuenta ahora con un plazo de hasta 15 días, conforme a la normativa española, para tomar una decisión en relación al proceso de despido colectivo.
El 25 de junio de 2020, Alcoa inició el proceso formal de consulta para estudiar un plan de reorganización con los representantes de los trabajadores. El plan, destinado a frenar las pérdidas financieras "persistentes y recurrentes" de la planta de aluminio, recomendaba, prosigue el escrito, la parada de las cubas de electrólisis y mantener en funcionamiento una parte de la fundición.
"Alcoa ha negociado de buena fe a lo largo del proceso de venta con GFG Alliance, pero no puede acordar la venta en condiciones que no sean razonables", reitera la multinacional americana.
La empresa, se ahonda en el comunicado, hizo una "oferta equilibrada para ambas partes e hizo varias concesiones" para llegar a un entendimiento. Por el contrario, GFG, según esta versión, "no ha negociado dentro del plazo que se comprometió a cumplir, se ha negado a proporcionar cualquier tipo de financiación para apoyar el futuro de la planta y ha insistido en términos comerciales poco razonables", incluida la aprobación de cualquier venta futura de la refinería, lo cual está fuera del alcance del acuerdo con los representantes de los trabajadores del 13 de agosto.
Alcoa agradece en su nota la predisposición del Gobierno para buscar alternativas ante la falta de progreso por parte de GFG Alliance. A este respecto, el Gobierno también hizo propuestas en los últimos días a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), pero sus propuestas también incluyen, puntualiza esta firma, "una serie de cuestiones que impiden llegar a un acuerdo en condiciones comerciales razonables; entre ellas, aunque no exclusivamente, la solicitud de derechos preferenciales sobre la refinería".
"No se puede exigir a Alcoa que aporte más recursos y financiación de los que ya se ha comprometido a realizar en cantidades importantes en este proceso de venta, ni que acepte condiciones fuera de mercado, ni peticiones fuera del ámbito del acuerdo con los representantes de los trabajadores", alega la multinacional.
La refinería de alúmina de San Cibrao no se incluyó en proceso de consulta ni en el de venta. Los trabajadores de la planta de aluminio primario de Alcoa tildaron de "increíble" lo vivido el lunes. El presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, declaró que están dispuestos a seguir luchando para conseguir su objetivo de preservar el empleo.
Alcoa es un líder mundial de la industria en productos de bauxita, alúmina y aluminio. El año pasado vendió al fondo suizo Parter Capital las plantas que tenía en Avilés y A Coruña, después de un largo proceso que arrancó a finales de 2018 cuando la multinacional estadounidense anunció su intención de cerrar las dos fábricas, que justificó por los altos costes de la electricidad en España, la necesidad de hacer fuertes inversiones en las plantas y la difícil coyuntura en los mercados de aluminio. Pero Parter Capital no tardó en deshacerse de las dos plantas de Alcoa, que fueron adquiridas por el Grupo Riesgo ya bajo la denominación de Alu Ibérica.
El grupo garantizó en principio el mantenimiento del empleo y anunció una inversión de 250 millones en cinco años en las instalaciones, pero las dudas sobre que Riesgo tenga un plan industrial provocó las protestas de los trabajadores, que han pedido al Gobierno que las intervenga. Actualmente, Alcoa solo conserva en España el complejo de San Cibrao.