La cancelación del Mobile World Congress por el miedo de las empresas asistentes a un posible contagio masivo del coronavirus va a tener serias consecuencias económicas para la organización del evento, la patronal de las telecomunicaciones GSMA. 

Al haber tomado una decisión unilateral y sin que exista una alerta sanitaria de por medio los seguros no van a ponerse en marcha, por lo que todas las facturas que haya pendientes de este evento quedarán de su mano. ¿Son muchas? Bastantes, según expertos en organización de eventos consultados por este diario: catering, devolución del dinero de los espacios alquilados, azafatas o reclamaciones que puedan llegar por parte de los expositores, entre otros. 

Una primera estimación, prudente, habla de unos 171 millones de euros a pagar por parte de la GSMA. De esa cifra, cerca de 120 millones de euros procede del alquiler de los espacios. La exhibición tenía previsto poner en marcha 120.000 metros cuadrados que se alquilan a una media de 1.000 euros. 

Las que cancelaron

Es cierto que a esa cifra habría que restarle unos 20 millones procedentes de aquellas empresas que ya habían cancelado su participación. Hablamos de compañías como Ericsson, AT&T, Amazon, Facebook, Intel y así hasta una treintena de empresas que suponían cerca del 20% de la superficie alquilable.  La factura a devolver será, por tanto, de unos 100 millones de euros a los expositores por este concepto. 

Según explica Miriam Riera, profesora colaboradora del máster de comunicación corporativa, protocolo y eventos de la UOC, “la organización tendrá que decidir ahora si llega a un acuerdo con los expositores y el resto de participantes”, aunque todo apunta a que lo intentará. 

Hay que tener en cuenta que buena parte de los miembros de la GSMA son también expositores, por lo que es probable que renuncien a la parte que pueda corresponderles.

Todo eso dependerá de los acuerdos internos que hayan logrado alcanzar para abaratar la factura a la que tendrá que hacer frente la organización. Incluso, quién sabe, si la cantidad aportada servirá para que puedan tener presencia en el Mobile de 2021, cuya edición ya se ha anunciado. 

Indemnizaciones

Al margen de la superficie de alquiler, Riera cree que muchas de las empresas que en estos momentos iban a participar y no hubieran cancelado “querrán pedir indemnizaciones” porque incurren en gastos muy elevados para poder acudir a una feria de estas características. 

Hablamos del diseño del stand y su fabricación, las azafatas, los hoteles, billetes de avión o transfers que pudieran estar ya contratados y que tienen una penalización en caso de cancelación.

¿A cuánto pueden ascender estas facturas? Riera ve muy complicado dar una cifra concreta, sobre todo en el caso de los stands ya que “se fabrican para la feria y su precio varía de una a otra”. 

Eso sí, lo que tiene claro es que cancelar a poco más de diez días del inicio de la feria supondrá que los expositores tendrán que pagar casi todos los contratos que habían firmado ya. 

Otras fuentes consultadas hablan de una cifra que puede rondar los diez o quince millones de euros. No hay que olvidar que a esta edición del Mobile iban a acudir cerca de 2.400 empresas expositoras de 189 países diferentes que darían empleo a 13.000 personas durante los días de la feria. 

A esa cantidad hay que sumarle otros 56 millones de euros en la devolución de las entradas. Según la GSMA había vendidos unos 70.000 tickets que, en su precio más bajo, se compran por 800 euros. 

Es decir, que entre los 100 millones de los espacios alquilados, los quince millones de reclamaciones y los cerca de 56 millones que habrá que devolver de las entradas, la factura total se acercará -de forma muy prudente- a los 171 millones de euros. 

¿Podrá la GSMA hacer frente a todas ellas? El tiempo lo dirá. Por ahora desde la organización no dicen esta boca es mía respecto a este tema, pero lo que está claro es que el Mobile ha quedado herido de muerte por el juego de tronos que hay en su interior.