No todo va a ser competencia. La liberalización del transporte de pasajeros por ferrocarril se ha presentado mayoritariamente como una amenaza para los ingresos de Renfe. La entrada de competencia en el mercado de la operadora ferroviaria supuestamente debería de suponer una reducción de sus ingresos. Una visión que no es para nada compartida desde la compañía pública española.
La liberalización se ve, precisamente, como una oportunidad para ampliar el negocio de Renfe. Sin ir más lejos, la propuesta que el operador ha presentado a Adif para hacerse con el paquete más importante de los tres que están en juego supondrá incrementar la oferta de Renfe un 31%. Esto supone pasar de las actuales 79 frecuencias por día y sentido a 104, a partir de 2021.
Pero la liberalización no sólo va a tener un impacto en el número de trenes que Renfe va a poner en las vías españolas. La entrada de competencia va a impulsar un negocio que, pese a que ya es importante, puede ganar mucho más peso en las cuentas del operador público: el mantenimiento.
Actualmente Renfe ingresa unos 700 millones de euros al año por este negocio. Una cifra que supone un 19% del total de la facturación de la compañía que, en 2018, alcanzó los 3.639 millones de euros.
Pese a que desde el sector apuntan a que todavía es pronto para hacer proyecciones debido a que no se conocen las flotas definitivas de los nuevos operadores, se da por supuesto que, una vez que las compañías tengan la primera tanda de trenes los ingresos de Renfe procedentes del mantenimiento podrán superar fácilmente los 1.000 millones de euros.
La nueva configuración del sector ferroviario hará que, por lo menos, haya dos nuevos operadores además de Renfe. Esta previsto que la competencia comience en diciembre de 2020. Una fecha para la que los operadores nuevos no tendrán capacidad de contar ni con toda su flota, ni mucho menos, con toda su estructura operativa.
Papel clave de Renfe
Renfe va a jugar un papel clave en los primeros compases de la liberalización. Inevitablemente, en lo que respecta al mantenimiento del material rodante, la operadora va a ser la encargada de prestar este servicio. Una condición que la CNMC ha considerado fundamental en sus análisis sobre el proceso de liberalización y que Renfe ya ha puesto en marcha.
La empresa pública española ha compartido con las compañías que participan en el proceso de liberalización el catálogo de precios y servicios de sus instalaciones de mantenimiento ferroviario. Un primer documento que ha sido bien recibido por los interesados tras un primer análisis preliminar.
De esta manera, Renfe abrirá este negocio a terceros. Una experiencia que tiene ciertos paralelismos con la vivida por Iberia. La aerolínea española también vio una oportunidad de aumentar sus ingresos con la entrada de competencia.
Pese a que la aerolínea no desglosa los ingresos de este negocio, tiene un peso muy importante para la compañía ya que emplea a cerca de 3.000 empleados y presta servicio a unos 50 clientes. En 2018, Iberia Mantenimiento realizó cerca de 1.100 revisiones de aviones y más de 160 revisiones y reparaciones de motores, además de mantenimiento a 44.000 componentes.
En este contexto, Renfe se enfrenta a una apertura de un nuevo tiempo en el que, si bien la competencia va a obligar a la compañía pública a repensar y evolucionar gran parte de sus procesos, también le va a permitir tener acceso a nuevas fuentes de ingresos. Un negocio que tendrá un importante tanto en sus cuentas, como en el buen funcionamiento del conjunto de la operación ferroviaria.