Más de dos meses de subasta, 6.000 millones de euros, 413 rondas de negociación y más de dos meses de subasta. Son los números de la subasta 5G alemana que asustan a las operadoras de telecomunicaciones españolas y de toda Europa. El sector no pasa por su mejor momento y creen que esta puja es un buen ejemplo del afán recaudatorio de los gobiernos europeos que podría provocar un importante desbarajuste en sus cuentas, si es que se trasladase a la licitación española programada para el primer trimestre de 2020.
El gobierno alemán indicó a comienzos de marzo que su objetivo con esta subasta era recaudar unos 5.000 millones de euros, una cifra que ya les parecía desorbitada a algunas operadoras, pero que se ha disparado por encima de los 6.000 millones en poco más de dos meses. Y lo peor es que la puja parece no tener fin. En el caso alemán, solo Telefónica (O2) desembolsará por sobre los 1.200 millones, mientras que Vodafone Alemania ya llega a los 1.800 millones.
El caso alemán calca lo acontecido en Italia en noviembre del año pasado donde se recaudaron más de 6.550 millones en la subasta de espectro para el 5G de 700 MHz, el que falta por subastar en España, superando en más de 4.000 millones de euros los 2.500 millones de euros previstos, según informó el Ministerio de Desarrollo Económico.
El proceso en el que participaron Telecom Italia, Vodafone Italia, Wind, Iliad y Fastweb, se consideró ruinoso en el sector, con unos costes excesivos que lastran el despliegue de la tecnología en este país, al que hay que sumar unos cuantos de miles de millones de euros adicionales que se deberán invertir en los próximos años y que se deberán desembolsar en un contexto de reducción de márgenes y desconfianza de los mercados en el modelo actual de las operadoras.
Subasta española en 2020
Frente a estos dos mercados, la gran pregunta es saber si se podrían alcanzar estos niveles en la subasta española. Los analistas se niegan a responder por qué hablamos de subastas en la que todo depende de estado del mercado y de las pretensiones del ofertante, en este caso el Estado español.
De esta manera, todo está en manos de la ambición del gobierno de Pedro Sánchez y su afán recaudatorio. La lógica indica -según dicen estas fuentes- que si nos atenemos a las declaraciones recientes del gobierno y a la anterior subasta del verano pasado, deberíamos estar en un rango no excesivamente alto y más en la línea de otros pujas que se han desarrollado en Europa como la de Reino Unido.
El noviembre de 2018, el director general de Telecomunicaciones, Roberto Sánchez, indicó que la subasta del 5G -de la banda de los 700 MHz-, se realizaría en los primeros meses de 2020. El Ejecutivo intentará que esta subasta “no sea demasiada onerosa” para las operadoras, como una manera de facilitar el despliegue comercial de esta tecnología, dijo Sánchez. Unas declaraciones que las telecos esperan que se cumplan cuando nos acercamos al proceso y pese a las opciones recaudatorias que se abren tras el proceso alemán.
Los expertos también toman como referencia la subasta del verano pasado en la que el Gobierno recaudó 437,65 millones. Es verdad que se subastó el espectro “menor” de 3,7 GHz, que no permite despliegue masivos a nivel nacional, ni el desarrollo del Internet de las Cosas y que la puja por la banda de 700 MHz debería ser más onerosa, pero las fuentes consultadas consideran que estamos ante una referencia real.
Decisión clave para el sector
En el caso británico, se subastaron 2,3 y 3,4 GHz y el gobierno ingresó 1.550 millones de euros, muy por debajo de lo que está consiguiendo Alemania. En que más pagó fue Telefónica con 600 millones, la mitad de lo que ya tiene comprometido en la subasta del país germano hasta el momento.
De esta manera, el gobierno español deberá elegir los excesivos costes de las subastas alemanas e italianas y los menores del modelo británico. Entre dar un respiro a las telecos para tengan mayores recursos en el despliegue del 5G o lastrarles con una elevada factura que podría retrasar todo este proceso.
Una incógnita que mantiene a las telecos en alerta por el medio de que los precios alemanes contagien la subasta española. No obstante, las telecos consultadas esperan que el ejecutivo de Pedro Sánchez cumpla sus promesas, que no persiga un afán recaudatorio y que no se deje seducir por el modelo alemán o italiano, que -indican- es pan para hoy y hambre para mañana, ya que podría “secar” a las compañías antes de su despliegue 5G.
En estos momentos, el sector en España no pasa por su mejor momento. Los recientes resultados trimestrales demuestran un estancamiento de los ingresos dejando poco margen para soportar elevadas facturas para pagar espectro de 5G y no se espera que las cosas mejoren sustancialmente en los próximos meses.
A eso debemos agregar que las telecos en España son de las empresas que soportan mayores impuestos y que la presión comercial les ha obligado a reducir márgenes. Con todo, son de las pocas compañías que han aumentado su inversión, pese a que sus ingresos han caído en la última década, según las declaraciones de sus propios directivos.