Los bancos se han cansado y están dispuestos a plantar cara al Banco Central Europeo y, por extensión, al Banco de España. Las broncas constantes que les llegan desde los reguladores, así como las exigencias para que aumenten sus colchones anticrisis, han acabado con su paciencia y están dispuestos a demostrarlo.
El aviso lo ha lanzado el presidente de la patronal bancaria (AEB), José María Roldán, que este jueves ha hecho una de las críticas más duras que se recuerdan al marco normativo que rodea al sistema financiero. A su juicio, las peticiones de aumentar el capital sólo llevan a un camino: el de reducir la oferta de crédito disponible a los clientes.
“Si la presión es mucha, al final estás empujando a prestar menos”, ha dicho Roldán. A su juicio lo que está haciendo el regulador es pedir que la banca sople y sorba al mismo tiempo. Es decir, que no se le puede exigir incrementar los ratios de capital y rentabilidad a la vez, porque una cosa conlleva disminuir la otra. Por tanto, el camino más corto para poder cumplir es acabar con el crédito.
Demasiada norma
El problema que tienen los bancos actualmente es que incrementar el capital por sí mismos en el mercado es muy complejo. Por tanto, lo mejor que pueden hacer es reducir el balance para obtener un mayor ratio de rentabilidad y tener una figura más estilizada cuando haya que salir a buscarlo.
Roldán ha recordado que hace una década los reguladores exigían a los bancos un capital de máxima calidad del 3%, ahora es del 12% -y quien sabe- si podría incrementarse en los próximos años. “Es una subasta al alza” que no está justificada, ha dicho. Por tanto, cree que es momento de que haya un cambio en la política del BCE.
Ese cambio debe venir también motivado por una cuestión de imagen. A medida que se aumentan las exigencias “da la sensación de que el supervisor ve algún daño en el sector que los mercados no han detectado, lo que hace bajar la valoración de la banca en bolsa”.
“Las normativas y los desarrollos ocupan más páginas que la Biblia, y en algún momento tendremos que pensar en simplificar toda esa maraña”, ha insistido. Sobre todo porque, según su diagnóstico, se trata de reglas que no serán capaces de resistir la llegada de nuevos competidores tecnológicos. De hecho, ha vaticinado que “tendremos un sector bancario perimetrado y regulado, pero la actividad crediticia se hará en segmentos donde no llegará” la normativa.
El BBVA se suma las quejas
Las quejas de Roldán se han producido en el XXIV Encuentro Financiero organizado por Deloitte, en el que también ha estado el director financiero del BBVA, Jaime Sáenz de Tejada. Éste ha asegurado que avanzar en una regulación europea “es bueno con carácter general”, pero que no siempre deben exigirse “requerimientos de capital que parece que no tienen fin”.
El responsable del BBVA cree que si los requerimientos a los bancos suben de forma sistemática estamos abocando a los bancos a “ser un sector no invertible en la medida en que no se perciba que las reglas del juego están claras”.
No sólo eso, es que ha incidido en la importancia de que los bancos sean seguros, pero ha recordado que también deben ser sostenibles y, por tanto rentables.
Las quejas de ambos directivos llegan después de que la subgobernadora del Banco de España (BdE), Margarita Delgado, acusara a las entidades financieras de estar a la cola en términos de solvencia en Europa. También acusó al sector de estar pagando dividendos por encima de sus posibilidades, e instó a los bancos a tomar medidas para evitar problemas en caso de crisis.
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