Dos de enero. Primer día laborable del año y primer día en el que Carlos Torres se sentará en la silla de presidente del BBVA. Comienza la era post Francisco González en la que el hasta ahora CEO de la entidad tendrá que fijar el rumbo que quiere tomar de cara a futuro. Una brújula que, a buen seguro, fijará la digitalización y la reconversión hacia una entidad de servicios digitales.
Torres fijará el rumbo, pero el timón de la nave lo dirigirá el nuevo consejero delegado, el turco Onur Genç. Famoso es ya en La Vela su grito de guerra, Let’s go! ¡Vamos! con el que arenga a sus equipos cuando una idea le gusta. Lo que está claro es que, aunque sea el primer día laborable para ambos en sus nuevos puestos, ya tienen tarea encima de la mesa de la que ocuparse.
La evolución del precio de sus acciones es una de las primeras cosas de las que tendrán que preocuparse. Durante el 2018, año malo para los mercados en general (y la banca en particular) los títulos del BBVA se han dejado el 34% de su valor por el camino. Una recuperación en la que influyen factores internos del banco (como la evolución del negocio), pero también externos (como la subida de tipos).
Reducir los costes
Lo que sí parece claro es que la apuesta por el BBVA de la nueva dupla directiva es patente. Carlos Torres tiene el 0,011% de los títulos a nivel personal; mientras que el nuevo CEO ostenta una representación del 0,002% en línea con otros miembros del consejo como José Manuel González-Páramo.
A esa mejora de la evolución en Bolsa debería ayudar la transformación digital del banco, especialmente si logra -de forma palpable- que la apuesta por la tecnología se traduzca en una reducción real de los costes. Esto ayudaría a mejorar también la rentabilidad (ROE) de la entidad que, actualmente, se sitúa en el 12,2%.
En estos momentos el 49% de los clientes del BBVA son digitales, y la intención de la entidad es que al cierre del ejercicio 2018 se supere el 50%. ¿El motivo? Se trata de usuarios más vinculados que -por ejemplo- ‘adquieren’ 4,7 productos frente a los 3,5 de los tradicionales.
México y Turquía
También ayudará en la evolución en Bolsa una posible subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo. Sin embargo, aunque hay ‘halcones’ que todavía ven factible un alza durante 2019, las posibilidades parecen alejarse cada vez más. ¿El motivo? La más que posible ralentización económica que se avecina en los próximos meses, algo que desaconsejaría cambiar la política actual del precio del dinero.
Todo ello acompañado por uno de los grandes riesgos que tiene el BBVA, según los analistas: su exposición a mercados emergentes tan complejos en este momento como son México (del que proceden el 41% de sus beneficios) y Turquía (en donde la entidad posee el 49,9% del Garanti).
En el caso de Bancomer (México) el peligro radica en las intenciones del gobierno de López Obrador sobre las comisiones bancarias. El presidente, con la complicidad de las cámaras, quiere prohibir la mayor parte del dinero que cobran a los clientes, algo que impactaría directamente sobre los ingresos de la entidad.
Turquía, una de las grandes apuestas de Torres, también ha dado grandes quebraderos de cabeza al banco durante 2018. La constante depreciación de la libra ha provocado un fuerte impacto en la evolución en Bolsa de la entidad. Máxime porque la tasa de mora ha pasado del 4,5% en junio al 5,2% en septiembre y porque ha habido que aumentar también los saneamientos destinados a la entidad.
Pese a esta situación, el nuevo presidente del BBVA, Carlos Torres, ha insistido en numerosas ocasiones en que las medidas adoptadas por el Banco Central de Turquía para enfriar la economía van por el buen camino. No sólo eso, ha asegurado que es “un bancazo” y que, por tanto, tiene plena confianza en la evolución que pueda tener el Garanti en los próximos años.
No obstante, acaba de retirarse de Chile -donde ya estudia también vender su financiera de préstamos para coches- y podría hacer lo propio también de Venezuela, en donde está estudiando qué hacer.
Fusiones en España
Torres y Genç también tienen encima de la mesa la evolución del sistema financiero en España. Las negociaciones de fusión entre Unicaja y Liberbank han reavivado el baile dentro del sector financiero, especialmente para las medianas. La apuesta de los reguladores en este momento pasa por una gran fusión (a dos años vista) entre Unicaja, Liberbank e Ibercaja.
Habrá que ver si llega a buen puerto o no, pero desde luego el BBVA será espectador de excepción; pero también podría ser protagonista. Hay muchos en el mercado que lo emparejan con alguna de estas entidades medianas, incluso hay quien dispara hacia una fusión con Bankia (que serviría para quitar el problema de la privatización al Estado). ¿Se hará realidad? Pues no se puede decir que nunca va a ocurrir, pues la lógica del mercado funciona de otro modo, pero sí resulta complicado.
Torres ha explicado en numerosas ocasiones que no están pensando en comprar entidades físicas, y que su gran apuesta pasa por los neobancos. Es decir, entidades estrictamente digitales, que le permitan crecer a corto plazo y adquirir una gran cuota de mercado en un poco tiempo.
En cualquier caso, los nuevos ejecutivos tienen en su agenda de tareas pendientes el crecimiento del negocio en España. Ya sea por la vía inorgánica o por la vía orgánica reforzando la apuesta comercial del grupo. En estos momentos, el BBVA es el tercer banco por volumen de activos en nuestro país por detrás de Santander y Caixabank.
Una tarea nada sencilla para la que Torres ya ha efectuado los primeros cambios en su estructura directiva enfocados, precisamente, a situar la brújula del BBVA hacia el rumbo que se ha fijado para la entidad de cara a los próximos años.
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