El contrato de renovación de trenes de Cercanías es, sin duda, uno de los concursos más esperados de la industria ferroviaria tanto desde el punto de vista social como desde el empresarial.
Los Cercanías son uno de los medios de transporte que más impacto tienen en un porcentaje muy significativo de los ciudadanos de las grandes ciudades españolas. Sin ir más lejos, el año pasado transportaron a 423 millones de usuarios.
Los dos mayores núcleos en los que se presta este servicio son Madrid y Barcelona. En concreto, los trenes de Cercanías de Madrid contaron con 241,71 millones de usuarios, mientras que los de la Ciudad Condal sumaron 113,48 millones de pasajeros en 2017.
La importancia cuantitativa de este medio de transporte contrasta con la ausencia de contratos de renovación de trenes de esta categoría durante los últimos años. Actualmente la edad media de la flota de Cercanías española va desde los 28 años de los más longevos a los 15 de los más modernos.
Si se compara con la flota de alta velocidad, los trenes en circulación más antiguos entraron en servicio en 2005. De hecho, a partir de 2008 la serie 100 de la línea Madrid-Sevilla, cuyos trenes entraron en servicio en 1992, recibieron una renovación total tanto en lo que respecta a sus interiores como en materia de tracción que, según fuentes ferroviarias, supuso de facto estrenar trenes como si fueran nuevos.
En lo que respecta a la parte empresarial, el contrato de Cercanías ha sido largamente esperado por Talgo, CAF, Bombardier y Alstom. De hecho, desde el sector indican que "lleva encima de la mesa desde 2011".
A excepción de Talgo, que se hizo con el último contrato de alta velocidad, la carga de trabajo de las empresas ferroviarias con presencia en España ha provenido eminentemente de contratos extranjeros en los últimos años.
Una circunstancia que ha tenido un efecto positivo ya que ha hecho que estas compañías fueran capaces de competir con éxito en los mercados más exigentes del mundo y que esa carga de trabajo se realizara en las factorías españolas.
Del mismo modo, en el caso de las empresas extranjeras la ausencia de concursos españoles ha sembrado en ocasiones cierta incertidumbre debido a la pujanza que iban ganando otros territorios en el mercado ferroviario.
Pese a que las plantas españolas de estas empresas se nutren de los contratos ganados en otras partes del mundo, contar con contratos locales es un refuerzo muy importante para sus centros de trabajo de nuestro país.
El contrato de los 3.000 millones de euros
El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha reiterado en distintas ocasiones desde que llegó al cargo la importancia que tenía para su gabinete impulsar una renovación en los Cercanías españoles.
Se espera que los contratos, valorados en unos 3.000 millones de euros, se vayan anunciando durante los primeros meses de 2019. "A partir de enero van a ir saliendo licitaciones en función del tipo de trenes, y no creo que nos vayamos mucho más de marzo o abril para tenerlas todas licitadas", detalló Ábalos el pasado martes.
En el sector se ha recibido con especial entusiasmo la idea de que el contrato se vaya a fraccionar. Esto multiplica las opciones para que varios fabricantes se hagan con carga de trabajo en lugar de jugarlo todo a un sólo proveedor. Una opción por la que se optó en el último contrato de alta velocidad con Talgo y que fue muy criticado en su momento.
Se espera que este contrato sea anunciado en alguno de los dos próximos Consejos de Ministros, que se celebrarán el 14 y el 21 de diciembre. La importancia que el contrato de Cercanías va a tener para los Rodalies catalanes puede hacer que se reserve parte de ese anuncio para el día 21 ya que se celebrará en Barcelona y sería un guiño útil para el Gobierno.
El el sector esperan que el contrato permita renovar el 50% de los 750 trenes de Cercanías que actualmente están en servicio. El numero final de unidades, así como la cuantía definitiva del contrato se terminará de pulir junto con el plan estratégico que Renfe presentará a finales de año para el periodo 2019-2023.