Ante la sorpresa de muchos, se han dado la mano más fuerte que nunca. El Corte Inglés y uno de los reyes del comercio electrónico internacional, Alibaba, quieren jugar juntos. A la vista del acuerdo que han firmado, los dos ganan.
Tanto es así que, por un lado, los grandes almacenes accederán a un paquete integral de soluciones tecnológicas proporcionado por Alibaba Cloud, el área de cloud computing de Alibaba Group. Según ha informado la compañía presidida por Jesús Nuño de la Rosa, esto incluye el análisis de big data para la toma de decisiones empresariales en tiempo real y herramientas de inteligencia artificial que ofrecen la personalización de la oferta para una mejor atención al cliente.
Pero no solo eso. El Corte Inglés se aprovechará de las plataformas B2C de Alibaba, incluyendo Tmall y AliExpress, para ofrecer a los usuarios de Alibaba en China y en el resto del mundo sus marcas y productos, incluidas las marcas propias de El Corte Inglés. El objetivo final, ha explicado la compañía, sería permitir a los consumidores de Alibaba acceder a una gama más amplia de grandes marcas españolas e internacionales que se venden en las tiendas de El Corte Inglés, incluyendo la posibilidad de dar a conocer nuevos productos made in Spain.
Y Alibaba, ¿qué parte se lleva? En primer lugar, el gigante del comercio electrónico podrá desarrollar corners y otros espacios físicos en los centros comerciales de El Corte Inglés, algo que ya hizo por primera vez este mes, en el centro comercial de Sanchinarro (Madrid). Además, Alibaba se podrá beneficiar de la logística de El Corte Inglés, utilizando sus centros físicos como puntos de recogida para compras online a través de AliExpress.
Un acuerdo que, más allá de la repercusión en España, supone la entrada a lo grande de El Corte Inglés al mercado chino, uno de los grandes bastiones del comercio internacional.
Vocación internacional
"El acuerdo sobre todo le da entrada al mercado chino, que supone un mercado potencial de 1.400 millones de personas. La iniciativa permitirá que este mercado tenga acceso a las mejores marcas europeas y, sobre todo, españolas", cuenta a este periódico Neus Soler, profesora de Economía y Empresa en la Universitat Oberta de Cataluña (UOC), que recuerda que uno de los objetivos de la alianza es vender el "made in Spain".
Para esta experta, la apuesta tiene un claro objetivo. "El fin último de El Corte Inglés es competir de igual a igual en España con el gigante americano Amazon. Obviamente, el resto de competidores quedarán muy por detrás de quienes a partir de ahora se repartirán el mercado", explica.
La afirmación de que los grandes almacenes pretenden con este acuerdo plantar cara a Amazon es algo en lo que también coincide Laureano Turienzo, experto en distribución y miembro de Retail Institute. "Es un signo de los tiempos, y no es más que lo que están haciendo los grandes retailers internacionales", cuenta Turienzo a este periódico.
A su parecer, es el único arma con el que cuentan las empresas tradicionales para poder adaptarse: "Lo normal es que se alíen con empresas tecnológicas, que en un caso se llaman Google, en otro Amazon, en otro Alibaba...", enumera. En este sentido, insiste Soler, la intención de El Corte Inglés es "no quedarse atrás por el hecho de no dominar el canal de venta online". "Con el acuerdo que ha firmado se sitúa a la altura de los líderes sin tener que efectuar por su cuenta el esfuerzo tecnológico e innovador que requiere desarrollar la venta online", apunta la experta.
Con Jesús Nuño de la Rosa al frente de los grandes almacenes, dispuesto a redoblar la apuesta tanto en comercio electrónico como en vocación internacional -además de dar más protagonismo a sus marcas propias-, este acuerdo supone un antes y un después en la estrategia de la compañía.
Así, si ya se alió con el grupo alemán Karstadt para vender sus prendas deportivas, además de exportar a veinte países sus productos de alimentación, ahora se abre al mercado chino con todo su negocio, con un socio que domina como ninguno el comercio electrónico. Para ver los resultados, sin embargo, hará falta algo más que esta firma.