La nueva hoja de ruta de Iberdrola contempla una inversión de 32.000 millones entre 2018 y 2022. La cifra supone 2.000 millones más respecto al plan anterior, sin contar la integración de Neoenergia. “Las inversiones en Brasil, que alcanzarán los 5.000 millones, serán otro catalizador de crecimiento de nuestro plan”, destacó el presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán.
El 90% de esta inversión se destinará a actividades reguladas o con contratos a largo plazo, una manera de tener un horizonte claro sobre los ingresos. Del total, 15.500 millones irán al negocio de Redes; 11.500 millones al de Renovables; 2.800 millones al de Generación y Comercial; y 1.400 millones al de Generación contratada. En palabras de Galán, este plan “no son sueños, son hechos”. El 75% de las inversiones “ya están comprometidas o aseguradas”, sobre todo en el negocio de Redes -un 86% de los 15.500 millones-.
La descarbonización y la electrificación de la economía están sirviendo de impulso para la demanda eléctrica. Según las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía, la demanda de electricidad crecerá un 60% para 2040. Este escenario, defendió Galán, “está generado interesantes oportunidades de inversión” e Iberdrola quiere aprovechar el tirón.
En este sentido, uno de los hitos que va a poner a prueba la calidad de las redes y la capacidad del suministro es la penetración del coche eléctrico. De los dos millones de vehículos que tenía el parque a nivel mundial en 2016, se prevé pasar a 280 millones en 2040, un 15% del parque total. “Esta mayor penetración del vehículo eléctrico conlleva un crecimiento en la demanda punta y total, lo que requiere inversiones en Redes y en Renovables”, sostuvo la eléctrica durante la presentación del plan este miércoles en Londres. Estas dos patas de negocio serán, precisamente, en las que Iberdrola pondrá el foco de su plan de inversión 2018-2022.
La meta de Ebitda para el fin del período está entre 11.500 y 12.000 millones y el 80% procederá de actividades reguladas o contratos a largo plazo. De ese monto, la mitad lo aportará el negocio de Redes y un 27% el de Renovables y, por divisa, el euro y el dólar serán las de mayor peso -un 35% y un 29%, respectivamente-. Además, según la compañía, el esfuerzo que se está haciendo en digitalización supondrá un Ebitda adicional de 600 millones para 2022.
En ese horizonte, el beneficio neto ascendería a entre 3.500 y 3.700 millones. Como referencia, las cifras del último ejercicio: Iberdrola cerró 2017 con unas ganancias de 2.804 millones y un Ebitda de 7.318 millones.
El mercado, sin embargo, no acogió con el mismo optimismo de Galán los planes de la eléctrica. Tras la publicación de sus resultados y del plan estratégico, la acción de Iberdrola perdía más de un 3% en el parqué madrileño y profundizó su caída hasta un 4,1% al cierre de la sesión, quedando en 5,898 euros por título. De hecho, fue el lastre del Ibex en la jornada, que cerró en rojo (-0,73%). La negativa reacción se explica en que la eléctrica salvó el ejercicio gracias a los extraordinarios (tanto por la fusión de Siemens y Gamesa, como por la reordenación de Neoenergia y la reforma fiscal en EEUU).
Según Renta 4, la "mala acogida" que tuvo en Bolsa se debe a la "debilidad del Ebitda de 2017, así como por la revisión a la baja del objetivo de neto para 2020". "No obstante, creemos que los fundamentales de la compañía siguen siendo sólidos, por lo que aprovecharíamos la corrección para incrementar posiciones en el valor", sostiene el analista Ángel Pérez.
No habrá grandes operaciones
El plan mantiene, según Galán, una política de rotación de activos que les permitirá crecer de forma sólida. Iberdrola se compromete a alcanzar desinversiones por 3.000 millones, aunque, según su presidente, las decisiones a tomar dependerán de cada caso concreto y del nivel de entusiasmo que muestren los compradores.
“Depende de cada país, de las actividades, del nivel de entusiasmo de los compradores potenciales, no tenemos preferencia por una opción o por otra”, ha asegurado el presidente de la eléctrica. “Si hay un proyecto que pensamos que es mejor venderlo porque tenemos otro más rentable, es un trabajo que hay que hacer en la compañía pero no tenemos ninguna preferencia. Lo que queremos es mejorar el desempeño”.
El ejecutivo ha descartado, eso sí, grandes adquisiciones para este período. Analizarán las oportunidades que lleguen pero, a día de hoy, los mercados y el plan es el que es, ha dicho Galán. Los cuatro mercados principales de Iberdrola son Reino Unido, España, Estados Unidos y Brasil, aunque recientemente ingresó al mercado minorista en Italia, tiene proyectos en construcción en Portugal y México y está como finalista en una licitación eólica en Francia.
Diversificación por tecnología y mercados
La ejecución de este plan les llevará a instalar 11.900 MW de nueva capacidad, un 76% de los cuales están ya en construcción. De esa potencia, 3.600 MW corresponderán a renovables y la misma cantidad al negocio de gas en México. 1.900 corresponderán al complejo hidroeléctrico que se está construyendo en el alto Támega, en Portugal, un proyecto que les dará el 15% de la cuota del mercado eléctrico.
Para 2022, Iberdrola contará con 59,5 GW instalados, diversificados por tecnología y país: la eólica y la cogeneración representarán cada una un 20%, seguido de la hidráulica (14,7%). Nuclear y solar representarán menos proporción: 3,2 MW y 1,6 MW, respectivamente.
Por mercado, Iberia tendrá un 45% de la potencia instalada y México será su segundo mercado (21%), por delante de EEUU (16%), Reino Unido (9%) y Brasil (7%). En este escenario, su producción se incrementará en un 48% respecto a 2017, hasta 204 TWh.
Inversión en Redes
El negocio regulado se llevará la mitad de las inversiones, 15.500 millones, y se repartirá entre sus cuatro mercados, con énfasis en Brasil y Estados Unidos. El objetivo es lograr un crecimiento de 11.000 millones en este negocio y sumar 1.000 millones adicionales al Ebitda en 2022.
Con este esfuerzo, se reducirá el peso del negocio español y británico -de un 33% a un 24% y de un 24% a un 21%, respectivamente-, y se incrementará el de Brasil -del 16% al 22%- y el de EEUU -del 28% al 33%-.
En cuanto a los contratos con clientes, se prevé llegar a 32 millones, un 40% más desde los 23 millones de 2017. Más de la mitad en España, un 34% en Reino Unido y el 13% restante en otros mercados.
Consolidación del liderazgo en renovables
Iberdrola buscará en estos cuatro años ampliar su liderazgo mundial en renovables. A los 29,1 GW que ya tiene instalados -54% en España y 23% en EEUU-, suma los 5,6 MW que ya tiene en construcción en proyectos eólicos, solares e hidráulicos. La meta es crecer un 24% en este período para llegar a los 36,2 GW.
De los 7,1 GW a instalar en estos años, un 43% será eólica terrestre, un 10% marina -donde buscará un crecimiento selectivo-, un 27% hidráulica y un 20% solar. Y del total de la inversión prevista, el 90% será para nuevo crecimiento, aseguró el director del área, Xabier Viteri, durante la presentación. Por tecnología, la inversión se irá, sobre todo, a eólica terrestre (44%) y marina (32%). Por mercado, Estados Unidos y Reino Unido serán dos de los puntos de inversión principales.
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