Francisco González se retirará en 2019 y dejará la presidencia del BBVA, tal y como marcan las normas internas de la entidad. Se fija en 75 años la edad de jubilación del presidente, edad que cumple el próximo año.
Así lo ha dicho el propio González en la presentación de resultados de 2017, para explicar que "el consejo trabaja en el plan de sucesión; algo en lo que me involucraré en la medida que sea posible".
Reconoce que tiene una organización "fantástica" y que "el día que me vaya será triste para mí, pero de mucho orgullo por todo lo que queda atrás". Sobre su posible sustituto, ha explicado que estará dentro de la casa "porque cualquier otra cosa sería una sorpresa, incluso para mí".
Aunque no ha querido dar nombres, se barajan dos posibilidades: el actual consejero delegado, Carlos Torres o el actual consejero ejecutivo, González-Páramo.
Sobre su legado, González defiende el haber conseguido un banco transparente, y avanzado tecnológicamente. "El mundo es global. Veremos qué ocurre en unos años. Hay mucha gente preparada y con experiencia para dar la batalla al frente de BBVA", ha dicho.
Una despedida que ha hecho durante la presentación de resultados de 2017, en los que la entidad ha ganado 3.519 millones de euros de beneficio en 2017. Supone ganar un 1,3% más respecto al año 2016. Una cifra en la que ya se incluye el ajuste anunciado por su participación en Telefónica. Posición que ha supuesto un ajuste de 1.123 millones de euros.
Se ha mostrado muy crítico el presidente de BBVA sobre el impuesto a la banca propuesto por Pedro Sánchez, el líder del PSOE. A su juicio meter un impuesto a un sector sí y a otro no, "es distorsionados para la economía. Además, eso se termina trasladando", asegura.
Incide el presidente de BBVA que "si se hace por las ayudas, que se haga a las cajas, no a los bancos" que no se han tenido que sanear y los ajustes que se han hecho han ido contra sus accionistas.