Tres años de huelgas, declaraciones incendiarias y enfrentamientos. Tres años de una guerra, la iniciada por el taxi, que el Tribunal Supremo ha reavivado esta semana con dos sentencias con la que abre la puerta al aluvión de licencias VTC, las que utilizan Uber y Cabify, en el mercado. Ahora, las principales asociaciones del taxi amenazan con un otoño caliente y con incendiar de nuevo las calles.
Pero, ¿cómo se ha llegado hasta aquí? Esta es la cronología de estos tres años de enfrentamiento. El detonante: la irrupción de Uber en el mercado español y la llegada de las primeras licencias VTC por vía judicial.
El año 2014: primeros golpes y huelgas
2 de abril de 2014. Uber, un gigante estadounidense aún desconocido para el mercado español, irrumpe en España con su ‘arma’ más polémica: UberPop. Se trataba de su servicio por el que particulares hacían las veces de conductores, algo que chocaba de lleno con un mercado como el español, ‘hiperregulado’. Su llegada fue el principal detonante.
Junio de 2014: primera huelga. Llega la primera movilización importante del sector del taxi. Barcelona, Madrid y varias ciudades europeas como París, Londres o Berlín vivieron incidencias y complicaciones por las manifestaciones. El lema: “No al intrusismo; fuera aplicaciones ilegales; unidos por nuestro futuro”.
Julio de 2014: segunda huelga. Es la segunda huelga consecutiva en el sector. Desembocó enuna ofensiva policial en Barcelona contra los conductores de Uber, con amenazas de multas de hasta 4.000 euros. El ambiente se caldeaba por momentos.
Octubre de 2014: primeros enfrentamientos duros en la calle. Varios centenares de manifestantes protestaron en las calles de Barcelona. Estos incidentes terminaron provocando la quema de varios coches de Uber. La temperatura no dejaba de subir. Élite Taxi empezaba a movilizarse, al margen de sindicatos y organizaciones ‘tradicionales’ de este sector.
Diciembre de 2014: el juez asesta un golpe a Uber. En un movimiento importante, el juez del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid ordenó la prohibición del servicio UberPop en todo el territorio español como medida cautelar reclamada por la Asociación Madrileña del Taxi y como paso previo a la denuncia contra la empresa. Tras la salida del mercado, la española Cabify se mantenía operativa, aunque con un modelo distinto basado en licencias VTC (en aquel año 2014, apenas había 2.000 permisos activos en el país).
Año 2015: calma tensa
Febrero de 2015: Cabify logra la primera inyección de capital relevante. La compañía española logró 10,5 millones de euros de capital en una ronda liderada por el gigante tecnológico japonés Rakuten. Se hacía más grande.
Octubre de 2015: Cabify, al banquillo. La Federación Profesional del Taxi de Madrid presentaba una demanda ante el juzgado de lo mercantil número 12 de Madrid en la que exigía la suspensión cautelar de la actividad de transporte de la empresa española. Se convertía así en la segunda compañía que tenía que verse las caras con el juez. La cita: el 4 de noviembre.
Noviembre de 2015: Uber y su reconversión. “Quisimos correr demasiado”, aseguraba el responsable en España de Uber, Carles Lloret. Era el inicio de su reconversión como una empresa de licencias VTC, al margen de su servicio entre particulares UberPop. Era la primera vez que puso sobre la mesa la liberalización del sector, que tanto ha rechazado el sector del taxi y que luego esgrimiría la propia Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Más allá de este movimiento, la jueza salva a Cabify de la suspensión cautelar. Sigue operando.
Diciembre de 2015: CNMC acude a la Audiencia Nacional. La Comisión de la Competencia recurre una resolución de la Comunidad de Madrid sobre las VTC en la que se le exigía la contratación previa del servicio en las oficinas o locales del prestador del servicio y llevaran a bordo una hoja de ruta.
2016, el estallido
Febrero de 2016: Las calles se incendian, otra vez. Los taxistas salieron a la calle para protestar de manera muy agresiva contra estas dos compañías y contra la CNMC. ¿La razón? El organismo de la competencia se posicionaba en contra de la limitación de una licencia de VTC frente a 30 de taxis que había ‘resucitado’ el Gobierno ‘in extremis’ en noviembre de 2015.
Marzo de 2016: Competencia incendia el sector reclamando derribar el monopolio. La CNMC se convertía en uno de los grandes enemigos del taxi en una guerra que ya se había desatado en las calles. Sacudía al sector con un informe -que, a la postre, generaría una gran división interna entre los dos bandos del organismo- en el que exigía derribar el “monopolio” eliminando un sistema de licencias restrictivo que cerró, según su opinión, la posibilidad de competencia y representando “un perjuicio para los consumidores”.
Abril de 2016: Cabify recibe una inversión histórica de Rakuten. La compañía sigue rearmándose para seguir creciendo en España y en Latinoamérica. El gigante nipón lidera una ronda histórica en España de 100 millones de euros. Más madera para hacerse un hueco en el sector.
Junio de 2016: otro golpe de la CNMC al mercado del taxi. Competencia volvía a sacudir el sector con un informe sobre el sector de los vehículos con conductor (VTC) en el que señalaban los precios pagados por las licencias en el opaco mercado secundario del taxi: hasta 220.000 euros por permiso. ¿Cómo se pagan? “Muchas de las operaciones se efectúan con dinero negro”, explicaba un alto cargo de la administración. Junto a estas cifras, señala otras: estimaba que la pérdida anual en el bienestar de los consumidores ocasionada por las restricciones a la competencia analizadas asciende, como mínimo, a 324,3 millones de euros al año.
2017, el aluvión de VTC y la batalla en los tribunales
Enero de 2017: las licencias se disparan. Era algo tapado. Muchos miraban a las empresas de transporte y muy pocos a lo que estaba sucediendo en los juzgados. Grandes empresas de la gestión de flotas de transporte y particulares empezaban a tomar posiciones en el sector gracias a la concesión de licencias por vía judicial gracias a un ‘agujero legal’ causado por la liberalización de la ley ‘ómnibus’ de 2009 que logró frenar seis años después por vía decreto en noviembre de 2015. Los permisos se duplicaron en tres años. Éste es el caldo de cultivo de esta segunda fase de esta ‘guerra del taxi’.
Marzo de 2017: arranca una primavera caliente. “Esto es un polvorín que está a punto de estallar”. Así describía un taxista gallego la situación el sector del taxi en otra movilización masiva en las calles de Madrid. Reivindicaban al Ayuntamiento de Carmen que frenara el avance de Uber y Cabify. Justo este mismo mes, los propios taxistas y la empresa española se veían las caras ante el juez en la vista oral del juicio por competencia desleal.
Mayo de 2017: más dinero para Cabify y una huelga general. La empresa española recauda otros 100 millones de dólares para seguir expandiéndose. Este mismo mes, en la feria de Sevilla, nueve coches que trabajaban para la compañía aparecen calcinados. Otro paso más en la escalada que se confirma en unas tensas movilizaciones ante una huelga general del sector el día 30 de este mes en la que se enfrentaron las dos ‘almas’ del taxi: los que defienden la moderación y los que buscan todo lo contrario.
Junio de 2017: Cabify se salva definitivamente del cierre. La jueza de lo Mercantil rechaza la demanda por competencia desleal del taxi y la empresa española puede seguir operando con normalidad. La sentencia es firme. Por su parte, José Antonio Parrondo, exjefe del taxi, toma posiciones y logra una inyección de dinero millonaria para hacer crecer Gestaxi, su negocio de transporte a través de licencias VTC.
Julio de 2017: la CNMC acude al Supremo. De nuevo, la CNMC se pone frente al sector del taxi. El organismo recurre de manera formal ante el Supremo el decreto aprobado por el Gobierno del PP que trató de resucitar el límite de 1 licencia de VTC frente a 30. ¿Dónde se agarra? A la Ley de Garantía de Unidad de Mercado.
Septiembre de 2017: primer borrador del Gobierno para regular la VTC. El Gobierno mueve ficha y presenta el borrador de Real Decreto que prepara para reglamentar el sector. Dos medidas exigidas por el taxi y con el que pretende hacerle un guiño: las licencias no podrán ser transmitidas hasta que hayan transcurrido dos años desde su expedición y aparece la posibilidad de crear un registro de servicios de estas compañías.
Noviembre de 2017: prometen un otoño caliente. El Tribunal Supremo ha incendiado el sector con las dos primeras sentencias favorables a empresas que reclamaron licencias VTC por vía judicial después de la reforma de 2013 impulsada por el Gobierno del PP. De esta forma, se abre la puerta al gran aluvión que se espera de permisos. Ante esta situación, las principales organizaciones del taxi han anunciado duras movilizaciones.
La primera de estas movilizaciones tendrá lugar el próximo 29 de noviembre, en la que los taxistas amenazan con colapsar Madrid y Barcelona. La ‘guerra del taxi’ continúa, tres años después.