Inseguridad jurídica. Es el trending topic de las empresas que estos días anuncian que abandonan Cataluña. Una treintena de compañías que, desde el pasado jueves, han ido una por una anunciando su adiós a Cataluña.
De nada han servido los augurios de Oriol Junqueras, vicepresidente del govern, asegurando que “no va a haber una fuga de empresas”. Tampoco los datos que muestra el Ejecutivo de Puigdemont cada vez que tiene ocasión para hablar de la fortaleza de la economía catalana con tópicos como que Cataluña está “en récords históricos de inversión extranjera directa” o de “exportaciones”.
Poco a poco, una tras otra, han ido sumándose al rebufo de los bancos. Empezando por las principales cotizadas catalanas del Ibex 35. Se trata, entidades financieras incluidas, de seis compañías que han abandonado Cataluña y que han trasladado sus sedes corporativas. En total, una capitalización de 76.446 millones de euros, lo que supone el 12,5% de la capitalización total del selectivo.
El reguero del selectivo
La primera en abandonar el barco de la independencia fue Sabadell (9.300 millones de capitalización); después Gas Natural (18.317 millones). Y así llegamos al fin de semana cuando Caixabank (24.400 millones) daba la campanada. Tras ellas, el resto. Este lunes han salido Colonial (3.041 millones); Abertis (17.000 millones) y Cellnex (4.388 millones).
En este momento tan sólo queda sin mover ficha en el selectivo Grifols, la compañía de hemoderivados que cuenta con una capitalización de 10.412 millones de euros. Es cierto que Víctor Grifols, su presidente, ha coqueteado con el nacionalismo; incluso ha apoyado algunas de las tesis de Artur Mas. Sin embargo, desde hace meses ha optado por desligarse de la actual deriva.
La propia empresa ha reconocido este lunes que “no tiene previsto cambiar por ahora su domicilio social”, aunque abre la puerta a hacerlo si las circunstancias cambian. En ese caso, “acordaría las medidas necesarias”.
El aviso
Desde luego, todo un ejemplo para “cientos, miles” de empresas de Cataluña que podrían seguir el mismo camino, tal y como ha destacado Fomento del Trabajo -la patronal catalana- quien pronostica la “insolvencia” de la región en caso de que continúe la deriva actual.
Y razón no les falta, porque al éxodo del Ibex se han sumado cerca de una treintena de empresas que -en las últimas horas- han anunciado cambios en su domicilio. O si no lo han hecho, sí que han expresado sus intenciones de hacerlo en caso de que haya una Declaración Unilateral de Independencia.
Pero la situación no queda aquí. Si seguimos mirando hacia el mercado continuo, podemos añadir otros 4.634 millones procedentes de empresas como Catalana Occidente; Naturhouse; Oryzon Genomics, Service Point o Dogi.
Es decir, que en tres días, se han trasladado hacia distintos puntos de España 81 mil millones de euros en cotizadas que estaban en Cataluña y que, desde ahora, tienen su sede en otro punto de España.
Y todo a la espera de que FCC, cuyo domicilio social está en Barcelona se pronuncie. Por ahora la constructora no ha dicho esta boca es mía, pero habría que sumar otros 3.121 millones. Más las que puedan venir en las próximas horas, que cotizan en el continuo.
Unas cifras que desmontan las tesis nacionalistas sobre la viabilidad de la empresa catalana en un país independiente. De hecho, en privado algunas compañías ya se atreven a decir que ellos no reconocerían nunca una Agencia Tributaria Catalana; por tanto, seguirían tributando en España.
Viene de lejos
Por ahora este es sólo el principio de todo; de hecho, sólo en la primera mitad del año han salido 135 compañías, según datos de Axesor. Es decir, casi tantas como en todo el 2016, cuando se fueron 271. Hablamos de saldos netos, es decir, la diferencia entre empresas entrantes y salientes de la región.
Ya son muchas las multinacionales que han puesto encima de la mesa su intención de abandonar la región. ¿Entre ellas? Planeta, Idilia Foods (fabricante de Cola Cao) o Seat. Todas ellas tienen preparados planes de contingencia, y estudian -casi al minuto- la situación en Cataluña por si tuvieran que reunir de urgencia a sus consejos de administración; al igual que muchas de las principales multinacionales que operan en Cataluña.
Pero es que este éxodo de grandes empresas comenzó tiempo atrás, cuando compañías como Suez Environment, Procter & Gamble, Pfizer o Manpower decidieron dar el paso. Eso sí, casi todas ellas aseguraron en su momento que los cambios no tenían nada que ver con la coyuntura política; todo era achacable a criterios operativos o fiscales.