Pozuelo de Alarcón, en la Comunidad de Madrid, es la localidad con la renta media más alta de España. Allí, y cuando todavía no era el lugar de referencia para las clases acomodadas, Santiago González decidió inaugurar una ferretería en 1954. Este leonés, que se había trasladado a Pozuelo para emprender, puso el nombre de su origen al establecimiento: Ferretería Leonesa. El lugar elegido, el barrio de La Estación.
A Santiago le fue bien. Para hacer frente al crecimiento de los clientes en su ferretería, en la que trabajaban cuatro empleados, tuvo que cambiar de local, aunque se trasladó a otro cercano, en la misma calle, para no perder el contacto con los vecinos. Por aquel entonces, Santiago no tenía que enfrentarse a competidores como la multinacional Leroy Merlin, que no llegó a España hasta 1989. El dueño de Ferretería Leonesa enseñó el oficio a sus tres hijos desde bien pequeños. Fue Jesús, el primogénito, quien lo heredó.
Quien cuenta esta historia es el hijo de Jesús, Eduardo González, la tercera generación al frente de la Ferretería Leonesa. Lo hace sentado en su despacho del local de Juan Bravo, el que abrió después de Castellana. Pero para entender esta expansión es necesario entender el papel de su padre, Jesús, que lejos de dedicarse solo a la ferretería, también participó en negocios inmobiliarios. Era el año 1979 cuando cogió las riendas de la empresa familiar.
La expansión dentro de Pozuelo
"Mi padre se encargó del modelo de negocio", dice Eduardo orgulloso. Así, estableció cuál iba a ser el surtido que copara los estantes de la ferretería y cuáles iban a ser las secciones en las que se distribuyera el establecimiento. Se propuso innovar. E incluyó perfumería y juguetes, uno de los rasgos que diferencian a Ferretería Leonesa de otras.
A Jesús también se le quedó pequeño el local. Compró un edificio completo en Pozuelo, en el mismo barrio en el que su padre inauguró la ferretería. La planta que da a la calle y el sótano comercial lo dedicó a su negocio. Contaba entonces con unos quince trabajadores. Y volvió a ampliar en 2006. Adquirió el solar que tenía la tienda al lado, hasta entonces un parking de tierra, y construyó viviendas en las plantas superiores. El aparcamiento pasó a ocupar tres pisos subterráneos y pudo ampliar los dos pisos de su ferretería.
Según Eduardo González, los mejores años para el negocio se extendieron entre los años 90 y antes de la crisis. ¿Y después?
A las zonas más exclusivas de Madrid
Eduardo, como su padre, creció correteando entre las estanterías de la ferretería. Aunque tiene otro hermano, fue él quien se interesó por este negocio. Y se propuso sacarlo adelante y hacerlo crecer. Por eso se matriculó en Administración y Dirección de Empresas (ADE). Por las mañanas, trabajaba en la tienda con una especie de convenio universitario. Por las tardes, iba a clase a la universidad. "No he tenido otra experiencia laboral que no sea la ferretería", cuenta el joven, que tras terminar la carrera se matriculó en un máster en Empresa familiar.
"Cuando llegó la crisis, el negocio siguió funcionando gracias a la profesionalidad", asegura Eduardo, que explica que entonces ya contaban con competencia de multinacionales. "La tienda era recomendada por la gente, se conocía por eso", apunta. Fue en 2013 cuando Eduardo dio el salto. Su padre se jubilaba. Al año siguiente, inauguró un local de Ferretería Leonesa en el Paseo de la Castellana.
"Todo empezó porque vimos un local que nos encantó, ya que queríamos un lugar con mucho tráfico". En la antigua sede de un banco, los González abrieron una ferretería "apostando por el comercio de proximidad". Encontraron así un lugar donde la gente paseaba, con disposición a entrar en las tiendas y hacer compras. También lo vio Eduardo en Juan Bravo, donde ha abierto el tercer local.
Eduardo lo reconoce. "Nuestros clientes son de nivel adquisitivo alto, por las zonas en las que estamos", dice. Pero matiza: "Aún así, nuestros precios son competitivos y cualquiera puede comprar en nuestras tiendas". Sí que trata de diferenciar los productos que se venden en sus locales y añadir valor "frente a los multiprecios". ¿Cómo? Sus productos son de marca.
"Hemos generado 'un pelín' de empleo"
Ferretería Leonesa tiene cinco trabajadores en cada uno de los nuevos locales. En total, son 25 entre las tres tiendas. "Hemos sido capaces de generar un pelín de empleo", comenta Eduardo, que señala que para las contrataciones de los últimos locales han recurrido a gente con experiencia, mayores de 45 años que se habían quedado en paro tras el cierre de una cadena de ferreterías. Además, cuentan en sus filas con tres jóvenes menores de 30 años en formación.
¿Seguir creciendo? "Me encantaría, pero primero vamos a ver cómo funcionamos. Siempre supone más riesgo", dice cauteloso. Si hay próxima apertura será, seguro, en una zona de alto standing.
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