En Acerinox piensan en China a todas horas. Para lo bueno y para lo malo. Y es normal. Por una parte, son los principales clientes, pero se han convertido en un tremendo competidor, y no en igualdad de condiciones. El país asiático iniciaba el siglo con una producción anual de acero de 730.000 toneladas (el 3% del total mundial) y ha acabado el pasado ejercicio rondando los 25 millones de toneladas, por encima del 54% de todo el acero que se fabrica en el mundo.
“Y siguen apretando. Aparentemente no hay nuevos proyectos, pero en lo que va de año su producción ha crecido un 15%”, apuntaba Bernardo Velázquez, el consejero delegado de la multinacional acerera española, durante una comparecencia previa a la junta de accionistas que se celebra este jueves.
Un problema para el resto de productores europeos y estadounidenses, que acusan a los chinos de haber anegado el mercado de acero mucho más barato. Una superproducción que se ha paliado en parte con el plan quinquenal 2016-2020 del gobierno chino para eliminar hasta 150 millones de toneladas de producción anual durante ese periodo.
Medidas complementarias al 'antidumping'
Además de las medidas antidumping acometidas en Europa, Estados Unidos, Sudáfrica o Malasia, con el cobro de elevados aranceles a la exportación de acero chino, desde Acerinox tampoco verían mal que se relajaran los costes medioambientales que soportan las empresas occidentales.
“Habría que procurar que la regulación europea dejara de ser tan severa. Si seguimos con el buenismo medioambiental no quedará más remedio que cerrar plantas europeas”, dejaba caer Velázquez para incidir en la necesidad de que estos costes no bajen, pero que tampoco se incrementen más.
Divergencia desleal en costes medioambientales
Y es que, a pesar de que, en los últimos años, las autoridades chinas han tratado de poner coto a las enormes emisiones de CO2, y han apostado por lograr que en 2030 el 20% de la energía consumida sea ‘limpia’, todavía hoy los costes medioambientales que pagan las siderúrgicas chinas están muy por debajo de los que soportan las empresas occidentales.
Con todo, en Acerinox ven el futuro con gran optimismo después de los casi 100 millones de beneficios obtenidos entre enero y marzo de 2017 -el mejor resultado trimestral de los últimos diez años- y esos 191 millones de ebitda, 4,7 veces más que los 41 millones obtenidos en los tres primeros meses de 2016. “Evidentemente no vamos a poder cuadruplicar beneficios y ebitda durante todo el ejercicio, pero el año será muy bueno”, reconocía Rafael Miranda, el presidente de la acerera.
China, "una bola que no se sabe qué hay dentro"
En esa evolución de lo que pueda pasar en el segundo semestre del año, Acerinox también vuelve la vista hacia China. En este caso, con cierto temor. “Es una bola en la que nadie sabe lo que hay dentro”, reconocía Miranda, ante la previsión generalizada existente de que en el segundo semestre se pueda producir una desaceleración de la economía china.
Las incógnitas que hay detrás del brutal crecimiento registrado por China en los últimos lustros no acaban de despejarse. Sobre todo, una, la relativa a las consecuencias que pudiera tener la menor inyección de capital público en las empresas, como ha ocurrido hasta ahora, recordaba Miranda.
No obstante, de momento no se aprecia retraimiento alguno del gigante asiático. “Sigue creciendo con fuerza la demanda de automóviles, construcción y electrodomésticos”, confirma el consejero delegado. Lo único que se baraja es que, con la subida del PIB al 6,9% en el primer trimestre, y la previsión de que al final de año esté en el 6,5%, “se produzca un ajuste en la segunda mitad del año”, comenta Velázquez.
"Si a EEUU le va bien, a Acerinox le va bien"
Las dudas sobre China se contraponen con las buenas perspectivas que tiene Acerinox en Estados Unidos, donde tiene una cuota de mercado superior al 35%. “Si a Estados Unidos le va bien, a Acerinox le va bien”, señalaba el consejero delegado, quien reconocía que las medidas fiscales y de protección apuntadas por el nuevo presidente Donald Trump “serán buenas para nosotros”.
La multinacional acerera española cuenta con la planta local North American Stainless (NAS), en Kentucky, que fabricará este año fabricará 100.000 toneladas más de acero. Además, Bernardo Velázquez apuntaba la reactivación en Estados Unidos de mercados claves como los de Oil & Gas y transportes, con un aumento, en este caso, de ventas de camiones y vagones de ferrocarril.
El inesperado lunar bursátil
Uno de los pocos lunares en este marco positivo en el que se mueve Acerinox es la evolución bursátil de la cotización, sobre todo después de que cerrara el ejercicio 2016 con una subida anual de casi el 34%, entre los mejores del selectivo Ibex 35. Ahora, en lo que va de 2017, el comportamiento del valor resulta mucho más errático.
Cerraba este miércoles en 12,02 euros, con un retroceso acumulado anual del 4,64%, y una capitalización de 3.285 millones de euros. Rafael Miranda achacaba esta puntual bajada bursátil de Acerinox a meros “factores exógenos, entre ellos esa sensación de que la economía china pueda tirar hacia abajo en el segundo semestre, que pueden provocar nuevas tensiones en los precios de las materias primas”.