Una nueva denuncia de explotación laboral de proveedores de grandes compañías en Asia. Un mes después de destapar la implicación de refugiados sirios trabajando de forma irregular en talleres textiles de proveedores de Inditex y Mango por parte de la BBC, el diario británico The Guardian denuncia explotación en empresas que proveen a dos gigantes tecnológicos: Samsung y Panasonic.
De acuerdo a los testimonios de algunos de esos trabajadores recogidos por el diario británico, desarrollan su labor “engañados, explotados y mal pagados”.
Los trabajadores relatan que han sido engañados sobre sus sueldos. Sus pasaportes fueron confiscados y habían sido advertidos de que si querían regresar a Nepal antes de finalizar su contrato debían hacer frente a importantes multas.
En concreto, insisten en que trabajaban más de 14 horas al día, sin descanso y con pausas restringidas para ir al baño. Denuncian que han tenido que pagar hasta 1.000 libras a agentes de reclutamiento en Nepal para poder asegurar sus trabajos.
Tanto Samsung como Panasonic han iniciado investigaciones para conocer lo ocurrido. La empresa coreana explica que según sus propios análisis “no han encontrado evidencias de violaciones en los procesos de reclutamiento de trabajadores inmigrantes reclutados directamente por nuestras fábricas en Malasia”.
Otras denuncias
Las acusaciones contra las grupos tecnológicos vuelven a poner sobre la mesa las críticas a las malas condiciones de producción que, hasta ahora, se habían centrado sobre todo en el sector textil, que aprovecha los bajos costes de fabricación en países asiáticos para poder vender sus prendas a precios económicos en los grandes mercados occidentales.
La última denuncia sobre cómo se produce la moda de gran consumo puso su foco en Turquía. Una investigación de la cadena británica BBC señaló hace un mes que proveedores turcos de grandes empresas, entre otras las españolas Inditex y Mango, tenían en plantilla a refugiados sirios. En algunos casos, como el de la británica Marks & Spencer, el trabajo era realizado por menores.
En el caso de estos grupos textiles uno de los principales problemas es controlar cómo producen. En el caso de Inditex, por ejemplo, lo hace a través de auditorías. La compañía fundada por Amancio Ortega afirma que el 60% de los 1.177 millones de prendas que vendió el pasado año se produjo ‘en proximidad’, es decir, en Europa (incluida Turquía) y África, pero, no desvela cómo se distribuye esa producción por países.
Las cifras son sustancialmente diferentes. Como contexto, en España la dueña de Zara cuenta con 216 proveedores que gestionan con 172 fábricas textiles y dan empleo a más de 8.300 personas. En Bangladesh, en cambio, Inditex tiene 340 proveedores, que contabilizan 1.106 centros de producción asociados y casi 303.000 trabajadores.