Durante años se ha comportado como una máquina perfecta. Su crecimiento ha sido casi intachable. El todopoderoso iPhone, como producto estrella, ha ejercido de acelerador. Sin embargo, en 2016 la fiesta se acabó. Y llegó la resaca. Este ha sido el año en el que Apple ha mostrado cierta debilidad en sus cifras, tras reducir por primera vez en quince años sus ingresos y pérdidas. ¿Ha tocado techo? Según sus previsiones, sólo es un tropiezo.
Los ingredientes no eran los más idóneos cuando arrancó su ejercicio fiscal, en octubre del pasado año. A un lado, las dudas serias sobre China y la desaceleración de la economía que llevó a la tecnológica a perder hasta 200.000 millones de dólares de valoración en tan sólo unos meses. A otro, un mercado del móvil plano, sin grandes innovaciones tecnológicas que incentiven las ventas y con una mayor competencia, precisamente, procedente del gigante asiático.
Ambas eran, sin duda, dos losas muy pesadas para el gigante fundado por Steve Jobs. China se había convertido en su esperanza para crecer, con un mapa de mercados más maduros en otros continentes. Y el móvil era piedra angular sobre la que se reconstruyó el imperio de la manzana (en 2015 el dispositivo representó el 66% de los 233.000 millones de dólares que ingresó por ventas). Dudas en ambos frentes no eran buenos compañeros de viaje.
Bajada histórica
Y la realidad es que han ejercido como dos de los factores clave en esta bajada histórica. En el caso del iPhone, se vivió el primer descenso en la historia tanto en unidades como en ingresos: de 231 a 211 millones de unidades (-8,3%) en un año y de 155.000 a 136.700 millones de dólares (-11,8%) en facturación.
El otro factor es China. A la desaceleración económica de la potencia asiática, que acumula varios trimestres, hay que sumar también la mayor competencia precisamente en la gama alta en aquel territorio. La consecuencia tiene cifras para este año 2016: después de haber multiplicado casi por cinco los ingresos en lo que ellos denominan Gran China (al pasar de 12.600 millones de dólares en 2011 a 58.700 en 2015), llegó la primera caída. Y no una caída cualquiera: un 17% menos.
El problema es que ante este descenso no ha habido soportes que hayan amortiguado la caída. El iPad ha mantenido su ajuste en plena tendencia hacia el ‘abandono’ de las tabletas: un 11% de caída respecto a 2015 y acumulada del 35% desde que en el año 2013 se tocara techo.
Los ordenadores (Mac) también cayeron en ventas y el único granero importante de ventas que creció aún no es lo suficientemente importante como para ejercer de amortiguador. Se trata de lo que denomina ‘Servicios’, que incluye plataformas como iTunes (para contenido audiovisual), AppStore (su ‘contenedor de aplicaciones móviles) o su plataforma de pago móvil Apple Pay. Pese al incremento del 18% en este capítulo, apenas sumó 4.400 millones de dólares ‘extra’ a la caja (algo menos de una cuarta parte de las ventas ‘perdidas’ en doce meses del iPhone).
Samsung y el iPhone 7
Con esta realidad sobre la mesa, cabe preguntarse si realmente Apple ha tocado techo. ¿Es este el signo de que el crecimiento tiene un límite? Si hay que atenerse a las previsiones de la empresa y de los analistas, nada más lejos de la realidad. En el caso de estos últimos, esperan una subida de casi el 7% de ingresos y de algo menos del 5% para los beneficios.
En el lado de la empresa, su consejero delegado, Tim Cook, ha resaltado que durante el trimestre navideño la empresa volverá al crecimiento. ¿En qué se apoyará? No es ninguna sorpresa que lo haga en el móvil. “La respuesta de los modelos iPhone 7 y 7 Plus ha sido muy positiva”, resaltó.
Esa batalla en estos primeros pasos del nuevo modelo del iPhone lo hará con uno de sus mayores competidores, Samsung, enormemente debilitado por la retirada de su modelo estrella (Note 7) por los problemas con la batería.
El resultado de este cóctel hay que encontrarlo en las previsiones que ha comunicado la tecnológica estadounidense al mercado para el próximo trimestre navideño, clave para su negocio: espera registrar ventas de entre 76.000 y 78.000 millones de dólares, lo que representa un ligerísimo incremento del 1%.
¿Cómo ha reaccionado el mercado a estos resultados y las previsiones? Desde el martes a este viernes, las acciones de la empresa se han mostrado a la baja y se han depreciado en torno a un 4%. Entre los analistas, se mantiene el nivel similar: al igual que a finales de septiembre, apenas un 5% de éstos recomiendan vender las acciones. Es decir, muchos descontaban estas cifras y ahora esperan que el nuevo iPhone y el importante crecimiento de ‘Servicios’ permitan revertir la situación.
¿Es Apple una empresa de crecimiento?
Se da por hecho que la empresa volverá a crecer. Pero, hay quien mira más allá y se pregunta si a medio plazo hay que contemplar a Apple como una empresa de crecimiento y no de valor. “Una cosa está clara y es que Apple ya no es una empresa de crecimiento”, ha asegurado esta semana Abhey Lamba, uno de los analistas que siguen a Apple.
“La vemos como una compañía de valor; tiene una base de clientes muy leal que en realidad está creciendo, aunque no al ritmo que nos gustaría”, ha apuntado. Ahora el contador se pone a cero. Tras el cierre de un año fiscal complicado, Apple busca ahora recuperarse del bache. Y lo volverá a hacer, si nada lo remedia, con el iPhone como principal tractor.