El 53,2% de los jóvenes españoles entre 16 y 29 años asegura que tiene dificultades para llegar a fin de mes. Se trata de un porcentaje 5,4 puntos superior al promedio de la población española que afirma sufrir esta situación.
Son las cifras que se derivan del informe presente y futuro de la juventud española que forma parte del programa de investigación en socioeconomía de la Fundación BBVA-Ivie y que suscriben ambas entidades.
Esta coyuntura tiene su explicación en el bajo nivel de ingresos que presentan los hogares cuya manutención depende directamente de las personas jóvenes. En este sentido, los ingresos de los hogares cuyo sostenimiento depende un joven con formación superior son un 15% más bajos que la media nacional. En el caso de aquellas familias que se sustenten por un joven sin estudios, la brecha se dispara hasta un 40%.
El estudio también alerta de que el colectivo joven se encuentran "más expuesto" a los vaivenes de los ciclos económicos que otros segmentos poblacionales. Además, la calidad media de sus ocupaciones es peor.
El 25% de los españoles entre 16 y 29 años trabaja con contratos a tiempo parcial, una cifra que es 12 puntos superior a la media del conjunto de la población. La tasa de temporalidad, que está en el 45%, también dobla el promedio de España.
De igual modo, el análisis retributivo de los jóvenes evidencia diferencias significativas en relación a las generaciones anteriores. Mientras sus padres alcanzaban una cotización similar a la media del país antes de los 27 años, las nuevas generaciones no la lograrán hasta pasados los 34 años.
"Apreciamos que casi tan importante como el origen socioeconómico de los jóvenes es que sean capaces de aprovechar las oportunidades educativas que están a su alcance. Este aprovechamiento es lo que permite que exista movilidad social entre los diferentes estratos", comenta a EL ESPAÑOL-Invertia Francisco Pérez, director de investigación del Ivie y catedrático emérito de la Universidad de Valencia.
Así, según Pérez, el mejor ascensor social que existe en España es la educación. El 59% de las personas que nazcan en una familia que se encuentre en el estrato social más bajo de la sociedad alcanzará la 'clase alta' si logra completar unos estudios superiores. Por contra, en el caso de aquellos que solo tienen los obligatorios, la posibilidad de acceder a los estratos más altos de la sociedad se reduce al 10%.
"No quedarse en el camino, encontrar fórmulas para reducir las tasas de abandono temprano, todas esas circunstancias son clave", detalla.
Además del grado de estudios, otro de los elementos que se erige como fundamental es la elección de la rama de conocimiento. Al igual que existen sectores punteros, como la informática o las telecomunicaciones, otros grados cotizan a la baja en lo relativo a la empleabilidad y cuantía de los salarios.
"Es importante como entorno nos ayuda a elegir estudios. Sabemos que no tiene las mismas condiciones alguien que ha estudiado una ingeniería que otros perfiles. La orientación a la hora de elegirlos es clave", asegura.
Acceder a la 'clase alta'
Para aquellos que nazcan en el estrato social más alto, el acceso a unos estudios superiores no garantiza que vayan a pertenecer al mismo grupo social que sus padres. En este sentido, el 30% de aquellos que alcanzan un grado de formación alto terminarán pertenencienco a la 'clase media' o a la 'clase baja'.
Pese a ello, son los que más posibilidades tienen de seguir pertenenciendo al mismo estrato social si cursan estudios. En este sentido, aquellos que pertenezcan a la clase media y logran estudios superiores sólo logran saltar al siguiente escalón en el 56% de los casos. En el caso de los que provienen de la 'clase baja', logran alcanzar el estrato más alto el 59% de los jóvenes que logra una titulación supeior, como se ha mencionado.
La falta de oportunidades en el mercado laboral y la imposibilidad de acceder a unos salarios acordes a los actuales precios de la vivienda son los principales condicionantes de los jóvenes españoles a la hora de emanciparse. Sólo el 50% de los jóvenes cree que podrá irse de casa en 2028.