Así lo indica la actualización del Programa de Estabilidad que el Ejecutivo envió a la Comisión Europea este viernes. En él se recogen los planes del Gobierno, incluyendo previsiones económicas e iniciativas de futuro. 

Dentro de estas previsiones, está el reparto del gasto público. En este sentido, no hay previsión de que la partida destinada a vivienda y servicios comunitarios, que está en el 0,5% del PIB (y que no aumenta desde hace dos años), registre ni un sólo incremento hasta 2026.

[Aquí están las 21.000 viviendas de la SAREB que se destinarán a alquiler asequible]

Es decir, que esta es la capacidad de inversión con la que cuenta el Ejecutivo para financiar las 113.000 viviendas para uso público y de alquiler asequible que se han prometido estos días. Cualquier aumento en esta partida se deberá, en todo caso, a la subida orgánica del PIB (algo que también está previsto: este año la economía crecerá un 2,1% y en 2024 lo hará un 2,4%). 

Eso supone que en  políticas de vivienda el gasto aumente un 21% al pasar de los 6.635 millones de 2022 a más de 8.000 millones dentro de cuatro años. Todo ello sin incluir el dinero que se va a destinar a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resliencia, así como los préstamos ICO que se van a poner en marcha, según explican fuentes del ministerio de Economía. 

Contrasta, en esta situación, el horizonte de las políticas de Defensa. Junto a a las de Protección Social, es el ámbito en el que más crece la inversión desde 2022 a 2026 -de un 1,1% de PIB a un 1,3% de PIB-. En contraste, Sanidad permanece en el 6,9% del PIB. 

Todo ello en un contexto en el que el Gobierno pronostica que la recaudación tributaria va a seguir creciendo en los próximos años, aunque con una progresiva ralentización. Como ya indicaban los Presupuestos Generales del Estado de 2023, este año los ingresos fiscales se elevarán un 8,8%, hasta los 359.080 millones. 

Esta ruta ascendente se mantendrá en los próximos años, pero se irá ralentizando. La tasa de crecimiento que prevé el Gobierno para 2024, 2025 y 2026 es del 7,4%, 5,2% y 4,9%, respectivamente. 

Impuestos

El objetivo es que se ingresen unos 425.240 millones de euros en 2026, 66.160 millones más que lo previsto para el presente 2023. Con todo, la aportación de algunas figuras tributarias va a ser menor de lo pronosticado. 

Este es el caso de los gravámenes sobre los beneficios extraordinarios para la banca y para las empresas energéticas. El texto enviado a Bruselas insiste en su carácter transitorio y recoge unos ingresos estimados para sus dos años de vigencia de 5.800 millones de euros, 200 millones menos que la última actualización de ingresos que hizo al respecto el Ministerio de Hacienda, de hace unas semanas. 

La actualización del Plan de Estabilidad también recoge que, salvo cambio radical de la situación, se prevé que todas las medidas anticrisis activadas por la guerra en Ucrania (en particular la inflación energética) no se renueven cuando termine 2023.