Frente al optimismo reinante en otoño de 2021, cuando lo peor de la pandemia parecía haber quedado atrás y la UE en su conjunto alcanzó su nivel de riqueza previo a la crisis, el año empieza de nuevo en un contexto de máxima incertidumbre y riesgos crecientes para la economía. La recuperación pierde fuerza debido al impacto de la variante ómicron, a la subida general de precios y a los problemas de suministro globales, según ha avisado este martes la Comisión Europea.
El Ejecutivo comunitario tiene previsto presentar sus previsiones de invierno el próximo 10 de febrero, que con toda probabilidad incluirán una revisión a la baja, según han dado a entender el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, y el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, en una comparecencia conjunta en la Eurocámara. En noviembre, el Ejecutivo comunitario calculó un crecimiento para este año del 4,3% tanto para la eurozona como para el conjunto de la UE (5,5% para España).
"Las lecturas más recientes de los indicadores de crecimiento siguen estando muy por encima de la media a largo plazo, pero apuntan a una pérdida de impulso en diciembre. Así que el crecimiento y la recuperación continúan, pero con una pérdida de impulso, especialmente por un declive marcado en los servicios", ha explicado Gentiloni.
"En conjunto, la economía de la UE está experimentando un ligero bache, pero los fundamentos que sostienen la expansión económica todavía son sólidos", asegura el comisario de Asuntos Económicos. "La incertidumbre es muy alta como lo ha sido durante toda la pandemia. Algunos de los riesgos subrayados en anteriores previsiones parecen haberse materializado y por eso una retirada prematura de la política de ayudas podría socavar la fuerza de la expansión económica", ha insistido.
El primero de los riesgos tiene que ver con el tsunami de contagios en toda Europa provocado por la variante ómicron. Ómicron avanza rápidamente, con un impacto todavía incierto en los sistemas sanitarios. Esto ha provocado la reintroducción y endurecimiento de medidas de contención. Aunque su impacto en la actividad económica ha disminuido con el tiempo y no es comparable con los confinamientos previos, es "improbable" que estas medidas restrictivas dejen la actividad económica "indemne" en el futuro inmediato, admite Dombrovskis.
"Los todavía galopantes precios de la energía siguen siendo otro motivo de preocupación", ha señalado Gentiloni. En los últimos meses se ha producido un rápido incremento en el precio mayorista de la electricidad en la UE. Una subida que se ha trasladado a los precios minoristas, alimentando a su vez la inflación, que "sigue subiendo por encima de lo esperado". En diciembre, la inflación en la eurozona se situó en el 5%, la tasa más alta desde la introducción del euro.
Tensiones geopolíticas
"En conjunto, la inflación en el cuarto trimestre ha estado casi un punto porcentual por encima de nuestras previsiones de otoño. Los precios de la energía son el principal factor que empuja la tasa hacia arriba, pero la continua subida mensual del nivel de precios tiene amplia base en las principales categorías de la inflación", insiste el comisario de Asuntos Económicos.
En la subida del precio de la energía juegan también un papel destacado las tensiones geopolíticas por la crisis en Ucrania. "Ciertamente hay una influencia en el caso de Rusia. Aunque estamos viendo que cumplen sus contratos a largo plazo, rechazan hacer cualquier cosa para aumentar el suministro y aliviar la situación actual. Claramente esto tiene una dimensión geopolítica", sostiene Dombrovskis.
El tercer factor de riesgo que lastra la recuperación económica en Europa tiene que ver con los "cuellos de botella" en la cadena de suministros global. "La escasez de muchas materias primas y productos intermedios están afectado a las economías de todo el mundo", ha apuntado Gentiloni.
La Comisión todavía espera que estos cuellos de botella que afectan al transporte y a las materias primas se resuelvan de forma gradual a lo largo de este año, mientras que la escasez de semiconductores puede continuar hasta 2023. Pero esta hipótesis está sujeta a revisión y volverá a evaluarse en las previsiones económicas de invierno.
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