El aceite de oliva español está de enhorabuena. En plena segunda ola de la crisis de la Covid-19, los productores ven la luz al final del túnel con un notable impulso en su comercialización. La caída en la producción de los países competidores y el aumento del consumo han sido los ingredientes que han impulsado las ventas del oro líquido español.
Así lo indican desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) en Andalucía, comunidad autónoma líder en la producción de aceite de oliva. Su secretario general, Miguel Cobos, explica a Invertia que la clave está en los precios. España suma dos años de pérdidas por los precios bajos pero la campaña 2020/2021 se muestra esperanzadora.
La abundante producción de 2018/2019 se encadenó con la campaña de 2019/2020 con unos precios que rondaban los 2 euros por litro de aceite de oliva. Sin embargo, la actual campaña ha marcado dos importantes diferencias. Según analiza Cobos, la actual campaña tiene un rendimiento menor a otras que resalta con unos datos destacados en consumo tanto interno como externo.
A todo ello se suma el papel de los países competidores. Italia, Grecia, Portugal, Marruecos o Túnez estiman una caída de la producción de entre el 20% y el 30%. El descenso en los países del arco mediterráneo propicia que España tome un papel protagonista en el mercado internacional.
Con todos estos ingredientes, el representante de la organización agraria apunta que el precio se sitúa ahora en 2,70 euros por litro de aceite. Confía con ello en que la cifra siga al alza en consonancia con el aumento de las ventas. A su juicio, la clave está en el equilibrio. “Tenemos que buscar el punto medio entre un precio justo para el productor y uno asequible para el consumidor”, propone.
La gran traba: los aranceles
El consumo mundial apunta alto, con un aumento del 2% anualmente, pero la vista está puesta en Estados Unidos. El sector agroalimentario situaba las elecciones presidenciales de EE. UU. como fecha clave para el fin de la guerra comercial marcada por los aranceles. Desde su imposición por la administración de Donald Trump, se aplica un 25% de sobrecoste al precio de entrada del aceite envasado.
La clave está en el origen del aceite por lo que muchos empresarios han optado por comprar el aceite fuera de España y envasarlo con su propia marca. Con la victoria de Joe Biden, desde UPA esperan que las administraciones negocien para dar por finalizados los aranceles a los productos españoles. “Esperemos que sea cuando antes para seguir vendiendo en EE. UU.”, zanja Cobos.