"Viendo los desafíos que afronta España en 2021, uno puede acabar deprimido". Con esta frase triste e ilustrativa, el economista jefe de ING, Steven Trypsteen arranca el capítulo que dedica a este país el informe de perspectivas globales para la economía en 2021.
El equipo macroeconómico del banco naranja prevé que España retome en este trimestre marcado por una Navidad atípica la caída del PIB que aparcó en la desescalada, con un descenso del 3%, que será la puntilla para cerrar el año con un hundimiento económico del 11,5%.
Su estimación para este fin de año es más optimista que la de una institución nacional, como Funcas, que augura una caída del PIB del 5% entre octubre y diciembre por los efectos que la segunda ola ha tenido sobre la actividad. Pero también es más pesimista que la del banco de inversión UBS que prevé un retroceso del PIB en este final de año del 1%.
Que la economía vuelva a caer en este último trimestre sería totalmente desesperanzador de no ser porque la inminente llegada de las vacunas y de al menos una parte de los fondos europeos permiten divisar por fin una luz al final del túnel. En concreto, en el verano de 2021, aunque algunos rayos calentarán el PIB ya el primer semestre del nuevo año.
"El primer trimestre de 2021 todavía será débil, pero después la economía irá tomando fuerza. Estimamos que con un levantamiento de las restricciones, el PIB crecerá un 7% el próximo año y un 6% en 2022 en España", explica a este periódico el director de estrategia de UBS en España, Roberto Scholtes.
Vacuna en verano
En esa previsión macroeconómica se incorpora la hipótesis de que los niveles de vacunación para el verano serán ya fuertes y se recuperará la temporada turística, no el nivel de 2019, pero sí duplicando la actividad en este año.
Si esto se cumpliera, España recuperaría el nivel de PIB y empleo previo a la pandemia a finales del año 2022. Se trata de un horizonte lejano, que además arrasaría con dos años de crecimiento, pero es más optimista que el dibujado por la OCDE, que ha situado ese nivel de la recuperación en 2023.
En cualquier caso, la fuerte caída que va a experimentar España en 2020 va a dejar a nuestra economía rezagada frente a la media europea, según han coincidido en señalar todos los organismos internacionales, empezando por el FMI.
UBS prevé un descenso de la media anual del PIB europeo del -7,4% y un crecimiento el próximo año del 6,2%. España caería en ese cuadro macro un 11,4% y el próximo año crecería un 7%.
"España ha sido golpeada con tal dureza que probablemente irá hacia una lenta recuperación en 2021 y más allá. Es poco probable que el turismo se recupere totalmente en 2021. Y la fuerte presencia de pymes en el sector servicios derivará en un fuerte aumento de las quiebras y los despidos. De hecho, una reciente investigación del BCE muestra que uno de cada siete trabajadores (14%) está en empresas no financieras en riesgo de quiebra, que es la mayor cifra de la eurozona", advierte Trypsteen en su informe que compartió con un grupo de periodistas el pasado jueves.
Difícil arranque de 2021
En este difícil contexto, nadie espera que el arranque de 2021 sea sencillo. El próximo año el tejido productivo español tendrá que superar una prueba de fuego tras haber quedado seriamente tocado de esta crisis de origen sanitario.
Con una economía muy dependiente de los servicios y el turismo, España saldrá de esta pandemia más débil que otros países y con una economía en la que el turismo perderá entre uno y dos puntos de peso relativo en el PIB, según Scholtes.
En este sentido, Funcas advertía en un informe reciente que el nivel de actividad de los servicios será a final de este año un 40% inferior al de antes de la Covid-19, mientras que el de la industria habrá caído un 3%.
Recorrido exportador
El menor peso relativo en el PIB de la industria hace que la recuperación española no pueda aprovechar el tirón de las exportaciones a Asia del que sí se está beneficiando Italia.
En cualquier caso, España sí se está beneficiando de la mayor demanda de bienes que exportamos a otros mercados, como la Unión Europea. Ello, a pesar de que las fuertes restricciones impuestas en algunos países para hacer frente a la Covid-19 han provocado que la Eurozona se resienta en los últimos meses desde el punto de vista económico.
"Si miramos indicadores como el PMI [índice de producción manufacturera], la confianza empresarial o el empleo, este último trimestre va a ser menos malo en España que en otros países con restricciones más fuertes, como Francia o Italia", señala Scholtes.
Sin embargo, Trypsteen destaca que "la escasa presencia del sector manufacturero en España, del 20%, frente al 26% de Italia, hace que España no se haya podido beneficiar demasiado de las exportaciones a China".
Aumentar el tamaño del tejido industrial será uno de los principales retos para el próximo año. Un ejercicio en el que el desempleo seguirá aumentando y en el que el Gobierno ya ha advertido que extenderá los ERTE al menos hasta el verano.
Se trata de un escenario preocupante. Pero por primera vez, el Ejecutivo habla de una fecha para prorrogar los ERTE que comparte con los empresarios, puesto que con todas las miradas puestas en la industria farmacéutica, sí parece posible que por fin, esos trabajadores puedan volver al trabajo. El reto será, mantener hasta entonces a sus empresas con vida.