El impacto de la crisis sanitaria del covid-19 sobre la economía ha desbordado las previsiones, ya de por sí pesimistas, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó el pasado mes de abril, cuando buena parte de las sociedades de los países desarrollados estaban confinadas.
El organismo ha revisado a la baja sus estimaciones y ha colocado a Italia y España como las grandes economías que más riqueza perderán como consecuencia de esta crisis. El PIB de ambos países caerá un 12,8% en 2020 y el año que viene recuperarán un 6,3%, con lo que serán más pobres de lo que se esperaba cuando nos adentremos en 2022.
En el caso español, el déficit será el que más crezca este año de todos los países que recoge el organismo en su fotografía y se disparará hasta pasar a representar el 13,9% del PIB. Mientras, en Italia se elevará al 12,7%, lo que se debe a que el desequilibrio de sus cuentas era inferior al de España cuando llegó la pandemia.
La deuda de ambos países se desbordará. La española, que partía del 95,5% del PIB a cierre de 2019, pasará a ser del 123,8% y la italiana, que partía del 134,8%, llegará hasta el 166,1%.
La recesión más dura
En el World Economic Outlook (Perspectivas de la Economía Mundial) de junio de 2020, el organismo que preside Kristalina Georgieva reconoce que en abril, no fue capaz de estimar en toda su magnitud el impacto que la crisis del coronavirus tendría sobre la economía global.
Por ello, ha empeorado en nada menos que 1,9% el pronóstico económico para 2020, año en el que ahora espera que el PIB mundial caiga un 4,9%. Se confirma que asistimos a la peor recesión global desde la Gran Depresión.
El PIB de la Eurozona caerá un 10,2%, con Francia sufriendo una pérdida de riqueza próxima a la de sus vecinos mediterráneos (-12,5%) y Alemania con un retroceso del PIB del 7,8%.
La recuperación será lenta y el mundo saldrá empobrecido de esta crisis sanitaria. En 2021, el crecimiento global será del 5,4%, esto es 6,5 puntos porcentuales menos que lo que se estimaba antes del covid-19 fuera una pandemia expandida por todo el mundo, en enero de 2020.
"La pandemia del covid-19 ha tenido un impacto más negativo en la actividad en la primera mitad de 2020 de lo previsto, y se prevé que la recuperación sea más gradual de lo estimado", reconoce el FMI, que señala que este empobrecimiento va a poner en peligro el progreso mundial en la reducción de la pobreza extrema que se venía haciendo desde la década de 1990.
No obstante, sus analistas abren la puerta a la esperanza al afirmar que "la recesión podría ser menos severa de lo previsto si la normalización económica avanza más rápido de lo esperado en áreas que han reabierto sus puertas".
Pone como ejemplo a China, el país que en el que brotó el virus y que antes confinó a su población, donde la recuperación de la inversión y los servicios hasta mayo ha sido "más fuerte de lo esperado".
En el plano de la lucha entre las dos superpotencias, Estados Unidos y China, el país occidental saldrá debilitado en 2020 con un retroceso del PIB del 8%, mientras que el asiático crecerá este año un 1%, según las nuevas proyecciones. El próximo año, la economía estadounidense avanzará un 4,5%, mientras que la china lo hará en un 8,2%, acortando sus distancias.
Menos productividad, más estímulos
El organismo explica que en las economías en las que se empieza a superar la infección, los efectos de las medidas de distanciamiento social hacen que el impacto económico sea más fuerte de lo que se había estimado para el primer y segundo trimestre de este año.
Se empieza a constatar que la 'nueva normalidad' estará marcada por una caída de la productividad, un retroceso de la globalización y una redimensión de muchos sectores económicos.
En ese sentido, el informe pone el énfasis en que las medidas necesarias para preservar la seguridad sanitaria y la higiene en los lugares de trabajo están mermando la productividad de las empresas "supervivientes" a esta crisis.
Los países con fuerte dependencia a sectores relacionados con el "turismo" y el "petróleo" serán los más castigados por los cambios que esta pandemia va a introducir en la economía.
En este contexto, el informe de la institución con sede en Washington enfatiza en la necesidad de mantener los estímulos económicos para aumentar la demanda e incentivar la reasignación de recursos fuera de los sectores que estén abocados a perder tamaño en esta pandemia.
Según sus cálculos, a nivel global las medidas fiscales anunciadas hasta la fecha son próximas a los 11 trillones de dólares, por encima de los 8 trillones que se estimaron en el Monitor Fiscal de abril de 2020. La mitad de esos estímulos ha ido destinado a cubrir gastos adicionales causados por la pandemia e ingresos perdidos. La otra mitad son las líneas de liquidez que han ido activando los distintos países.
Las políticas deben proporcionar un estímulo para elevar la demanda y aliviar e incentivar la reasignación de recursos". En este contexto, la "cooperación multilateral sigue siendo esencial", advierte el fondo.