El impacto de la crisis del coronavirus es innegable. En solo medio mes, la pandemia ha provocado que el PIB haya caído un 5,3% en el primer trimestre de 2020 respecto al mismo periodo de 2019. Se trata de un impacto que también se ha cebado con el mercado exterior. Y, sin embargo, el déficit exterior ha experimentado un reducción de récord gracias al inesperado 'cable' que ha echado el Covid-19 y sus consecuencias.
Así lo indican los datos de comercio exterior desvelados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Si bien las exportaciones españolas de bienes disminuyeron un 3% en los primeros tres meses del año, hasta los 68.904 millones de euros, la reducción de las importaciones fue aún mayor, llegando al 4,9% interanual y los 76.565 millones de euros.
Esta evolución deja una importante reducción del déficit comercial, que se reduce hasta los 7.661 millones, un 19% menos que el año pasado. Un dato positivo dentro de la cascada de destrucción económica provocada por el coronavirus que tiene visos de repetirse y mantenerse este año.
“Las previsiones que tenemos de déficit comercial y de superávit por cuenta corriente son de que este año alcancen mínimos y máximos históricos, respectivamente, en términos de PIB”, explica el economista Javier Santacruz. “Podemos estar por encima del 3% de PIB en el superávit. El milagro del equilibrio en las cuentas exteriores que España ha experimentado desde 2012 puede continuar”.
Esto se debe, concretamente, a que “España es un país fuertemente importador de productos de consumo intermedio y manufacturado para la industria del automóvil y para la energía. Las importaciones en estos terrenos, y otros, han caído de forma drástica por la reducción de la demanda interna”.
Base exportadora
Santacruz aclara que la mejora de la balanza fiscal no es una simple disfunción provocada por el impacto internacional del Covid-19. “Lo que diferencia esta crisis respecto a otras anteriores es que España ha fortalecido muchísimo la base exportadora real”, es decir, la de exportar bienes y productos tangibles, no solo servicios.
“España es una pieza clave en las cadenas globales de valor de muchos sectores. Y, a pesar de todo, la aportación de España a esas cadenas globales de valor ha continuado”. Y es que el campo de las exportaciones amortigua la caída el sector farmacéutico y químico y el agroalimentario, que han sido ámbitos declarados esenciales por el Gobierno y han mantenido la actividad en los momentos más duros del confinamiento.
Por sectores
Así lo indican los datos del Gobierno, que precisan que los sectores que contribuyeron más positivamente a la tasa de variación interanual de las exportaciones fueron alimentación, bebidas y tabaco, otras mercancías y productos químicos.
Por el contrario, las principales contribuciones negativas provinieron de los sectores de sector automóvil, bienes de equipo, manufacturas de consumo y materias primas.
En cualquier caso, Santacruz aclara que el caso español no es exclusivo en el club europeo. “A los países ahorradores en términos de balanza exterior les pasa. Alemania u Holanda, por ejemplo. Son países en los que las exportaciones caen menos que las importaciones”.
Por otro lado, y centrando el impacto solo en marzo (mes en el que España estuvo ‘cerrada’ durante 15 días por el estado de alarma), las exportaciones decrecieron un 14,5%, hasta 21.769 millones, y las importaciones bajaron un 14,4%, hasta 23.806 millones, con lo que el déficit comercial fue de 2.036,3 millones, un 13,4% inferior.
Por otro lado, y en comparación con el resto de los países de la zona euro. las exportaciones españoles decrecieron en el trimestre en línea con el conjunto de la zona euro (-3,2%) y la UE (-2,8%).
En cualquier caso, estos no son datos para celebrar. Para el presidente del Club de Exportadores, Antonio Bonet, “los datos registrados en marzo anticipan un durísimo impacto de la crisis del Covid-19 en el segundo trimestre del año”.